El 24 de mayo de 2014 se celebraban elecciones anticipadas en la Academia de Cine, después de que su presidente Enrique González Macho las convocara para poder salir del cargo. Sin embargo, la suerte no estuvo de su parte, y como se volvió a presentar, volvió a ganar. Pero cuatro años ya han sido suficiente para este productor, distribuidor y exhibidor, que el pasado 19 de febrero anunciaba que dejaba definitivamente la presidencia de la Academia.
En un acto celebrado la mañana siguiente a la notificación de la notica, González Macho ha explicado por qué ha decido que ahora es el momento de dejarlo, asegurando que deja todo en perfecto estado, "la Academia está bien. Juro y perjuro que si esta casa estuviese mal no me iría, y además, el motivo es única y exclusivamente porque tengo una actividad profesional, he pasado momentos difíciles y ahora me toca dedicarme un poco a ella. La palabra dimisión no se entiende mucho en nuestro país, pero yo he creído siempre en la renovación y en que venga gente nueva y buena, siempre hay personas más válidas que uno mismo. Uno se debe marchar cuando debe, eso es muy positivo".
El ya ex presidente quiso agradecer la labor de todos los miembros de la Academia, y en especial a sus dos vicepresidentes Antonio Resines y Judith Colell, de los que dice sentirse muy "orgulloso por acoger a un colectivo ampliamente diverso, con procedencias e ideologías de todo tipo". También quiso pedir disculpas por no haber conseguido su principal objetivo, que era la bajada del IVA, pero es que, según él "desde 2011 tuve que bregar con un poder político que no nos ha sido de ayuda". Pero a pesar de todo, ha querido recalcar que "me importa y quiero al cine español: se han hecho menos películas que nunca y con mayores dificultades, pero aún así, nuestras películas han conseguido que éste sea el mejor año de la historia, en lo que a nuestro cine se refiere".
Nuevos propósitos
González Macho también ha querido destacar las dos aptitudes principales que debe tener su sucesor, "ganas y entusiasmo, pues en una institución como esta, en la que siempre estamos en el ojo del huracán, las ideas también se acaban y hacen falta nuevos propósitos para hacer cosas diferentes". También ha reconocido que tiene una "gran pena" pero que va a guardar "un recuerdo maravilloso de la Academia. Lo contrario sería cínico, he estado porque he querido, por el deseo de servir a los demás. Mucha gente me ha agradecido esta labor, pero no tienen que hacerlo, nadie me ha obligado a estar aquí y no es momento de falsos heroísmos, otros vendrán...". De momento el que ha llegado ha sido Resines, que ha calificado el puesto de "marrón" y está dispuesto a convocar elecciones en los próximos meses.
