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ENTREVISTA ECARTELERA

Andrés Gertrúdix, protagonista de 'Las altas presiones': "Somos una generación marcada por las ilusiones"

Entrevistamos al director y a los protagonistas de 'Las altas presiones'. Estreno en cines el 8 de mayo.

Por Jorge R. Tadeo 9 de Mayo 2015 | 09:00

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'Las altas presiones' es el segundo largometraje del cineasta gallego Ángel Santos y llega a los cines españoles este fin de semana tras su paso por varios festivales como el de Sevilla, donde el pasado mes de noviembre pudimos entrevistar al director y a los protagonistas de esta interesante historia de vacío emocional y regreso a los orígenes.

Andrés Gertrúdix,  protagonista de 'Las altas presiones':

eCartelera: La película se siente muy cercana. ¿Cuánto hay de personal en la historia que nos cuenta y de ti mismo en el personaje de Miguel, interpretado por Andrés Gertrúdix?

Ángel Santos : Hay bastante de personal. No soy una persona que tenga facilidad para tomar un tema ajeno y desarrollarlo, sino que necesito partir de un impulso. Trabajo con mi intimidad, mis temas y mis motivaciones y acabo hablando de algún modo de mí mismo y de la gente que me rodea, de un ambiente que me acompaña. Lo hago, eso sí, con la perspectiva de estar construyendo un trabajo creativo al que otros aportan muchas cosas.

eC : ¿Los intérpretes os sentís cercanos emocionalmente a los personajes que interpretáis ?

Andrés Gertrúdix: Es cierto que puede haber ciertos vínculos con el personaje en los que apoyarte, pero a partir de ellos hay que crear lo que siente. Ángel tenía claras ciertas referencias, como el cine de Hong Sang-Soo o Louis Malle, pero a partir de ellas había que construir un universo propio y en ese sentido, el entorno de la historia es clave para definir quiénes somos.

Itsaso Arana: Sí, de hecho el guion que nos dio Ángel estaba muy construido, pero nos pedía toda la vida que le pudiéramos insuflar a los personajes. Ángel es una persona muy sensible y ha elegido un elenco que pudiese completar sus ideas y además transformarlas en algo colectivo.

Diana Gómez: Es verdad que hay parecidos entre nosotros y nuestros personajes. Aunque la historia se desarrolla en Galicia, que no es mi tierra, si es cierto que ese entorno gris evoca de algún modo ciertos momentos de mi vida y transmite un tipo de energía que ayudaba a construir el personaje.

eC : ¿Cómo trabajaste con la idea de un paisaje físico conectado al estado emocional de los personajes?

A.S : En efecto fue una parte fundamental. Me gusta partir de un espacio antes que de la historia y tener en la mente un lugar que luego pasan a habitar determinados personajes. Hay también una referencia meteorológica en el titulo, con las altas presiones (el buen tiempo) frente a las bajas que son casi una constante en Galicia y cuyo tono gris podía acompañar lo que siente el personaje que interpreta Andrés. Sin embargo, quisimos huir de lo obvio e intentamos que el personaje se encuentre en ciertos momentos en un paisaje más vivo y luminoso, concretamente en las escenas que rodamos más cerca de Portugal y que funcionan como contraste. A menudo se trataba simplemente de observar el entorno y tratar de sacar las emociones que nos transmitía con mayor afán de sentirlo que de explicarlo.

eC : Hay un esbozo de retrato generacional, quizá un tanto piadoso, de una cierta juventud relacionada con el mundo del arte. ¿Crees que es una generación víctima de las circunstancias sociales o ves cierta apatía criticable en su modo de afrontar la realidad que les ha tocado vivir?

A.S : De partida, no me interesa juzgar a los personajes, simplemente mostrar. El protagonista está en un estado apático, casi depresivo, pero no es un reflejo colectivo sino de un problema individual. Sí hay cierta idea algo egoísta en relación con lo artístico y con hacer las cosas por mero capricho, pero cada individuo tiene una manera de relacionarse con sus inquietudes y el arte es una opcion válida. Es verdad que siempre hay algo superficial en nuestro oficio, por eso me interesaba mucho transmitir esa imagen del protagonista relacionándose con el mundo obrero en ciertas escenas en las que los filma, reflejando esa idea de sentirte un artesano trabajando de igual a igual a su lado, pero siendo incapaz de relacionarse con ese mundo.

A.G : Evidentemente para alguien dedicado a un trabajo artístico, en un mundo bastante endogámico, hay una cierta sensación de elitismo que te aleja de la realidad social. Pero no creo que haya una mirada indulgente a nivel generacional, hay una cierta crítica soterrada. Sin embargo, no se puede negar que somos una generación marcada por las ilusiones y por unas expectativas frustradas, viéndonos finalmente obligados a reinventarnos. Hay un problema generacional por creernos aquello que nos vendían, pero también un problema social, aunque también nos damos cuenta de que podemos vivir de otra forma y ser más felices sin necesitar tanto.

A.S : También hay que aprender a vivir con esas inquietudes y creo que ese es el mensaje : si tienes un impulso creativo hay que seguirlo, no hay que sentirse culpable por querer ser un artista en un momento concreto.

A.G : En ese sentido, creo que hay un cierto cine español autoral en este momento, que nos libera de ciertos complejos y que cuenta historias que desde lo personal acabarán calando en el subconsciente colectivo y quedarán como el reflejo de una época y como testimonio de lo que sucede en este momento.

eC : Siguiendo con esa idea, ¿para un intérprete es también más edificante trabajar en un proyecto más personal frente a las producciones televisivas o trabajos más comerciales?

D.G : Este es un tipo de cine que me gusta ver y también hacer. Hacer televisión puede ser también interesante dependiendo del proyecto o del personaje. Algunos proyectos más comerciales me han aportado cosas y las he disfrutado y otras quizá no tanto. Es cierto que en este tipo de cine hay una sutileza y un cuidado a la hora de trabajar que se pierde en televisión. Resulta finalmente más edificante sentir que todo el mundo está tratando de construir con mayor implicación.

I. A : El sentido último de la interpretación es tratar de ofrecer cosas al mundo que no existirían sin las ideas de uno mismo. En ese sentido los trabajos autorales y personales tienen más sentido que otro tipo de proyectos en los que la idea no es de nadie y esa falta de alma al final lo impregna todo. Para mí son como dos deportes distintos. Yo interpreto para vivir pero también como reto personal, por eso me llaman mucho la atención este tipo de producciones. Los que pensamos que este tipo de cine es el necesario, debemos empezar a perder los complejos y dejar de sentirnos los raros de cada familia, porque hay un montón de 'raros' como nosotros.

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