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CRÍTICA

'Tomorrowland: El mundo del mañana': Un futuro esperanzador

Llega a nuestras pantallas la nueva superproducción de Disney, dirigida por Brad Bird y protagonizada por George Clooney, Britt Robertson y Raffey Cassidy. En cines el 27 de mayo.

Por Héctor Alabadí Toledo 27 de Mayo 2015 | 11:30

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Este viernes llega a los cines españoles 'Tomorrowland: El mundo del mañana', una superproducción de ciencia ficción que cuenta con el sello característico de Disney. En una época marcada por incontables reboots, secuelas, franquicias y adaptaciones, nos presenta una apuesta más arriesgada y original con un universo propio por explorar.

Tras 'Los Increíbles' y 'Misión imposible: Protocolo Fantasma', Brad Bird dirige este largometraje que hará volar nuestra imaginación convirtiéndonos en soñadores. La cinta reúne los ingredientes necesarios para ser un auténtico blockbuster con el que los espectadores iniciarán un emocionante viaje cargado de aventuras.

Tomorrowland: El mundo del mañana

Un genio (George Clooney) cansado de desilusionarse y Casey (Britt Robertson), una reivindicativa y optimista adolescente, terminan unidos por un mismo destino. Ambos se embarcan en una peligrosa misión para desvelar los secretos de un lugar enigmático en alguna parte en el tiempo y en el espacio conocido como Tomorrowland. Su labor allí cambiará el mundo, y a ellos, para siempre.

El guión de Damon Lindelof ('Perdidos') y Bird queda en un segundo plano ante el despliegue visual del que hace gala la ciudad futurista de Tomorrowland. Aunque ya estamos más que acostumbrados a mundos imaginarios de este calibre, este fantasioso lugar huye de las tendencias actuales y está más cerca del mundo de Oz que de las ciudades oscuras como el Gotham de Christopher Nolan en la trilogía de 'Batman'. Entre estos deslumbrantes e impolutos edificios el espectador más avispado podrá descubrir la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Aunque no es la primera vez que los productores americanos se fijan en estos emblemáticos diseños arquitectónicos de Santiago Calatrava, ya hicieron una pequeña aparición en el remake de la serie de ciencia ficción 'V'.

Tomorrowland: El mundo del mañana

Una mirada optimista

Disney sigue fiel a sus principios y continúa decantándose por una propuesta optimista. Al contrario que otras obras, como 'Fahrenheit 451' de François Truffaut o 'Terminator' de James Cameron, donde se ofrece una visión más oscura del futuro, en el que los humanos están destruyendo el planeta. 'Tomorrowland' apuesta por ofrecernos un ápice de esperanza. Como si de una nueva corriente se tratase, al igual que ocurre en 'Interstellar', nos pide que tengamos fe en la humanidad, nuestro mundo puede salvarse de la destrucción. La decisión está en nuestra mano, somos la esperanza y la clave es la imaginación.

A nivel interpretativo mantiene el excelente listón con el que cuenta en su apartado técnico. Britt Robertson y Raffey Cassidy suponen un descubrimiento para los espectadores que disfrutarán de su solvente labor. Mención especial merece la pequeña Cassidy, que ilumina con su mirada cada uno de los planos en los que aparece. Todo ello capitaneado por un intachable George Clooney ('Gravity'), acompañado de un descafeinado Hugh Laurie ('House') que no termina de convencer.

Tomorrowland: El mundo del mañana

El inicio de una saga

La cinta sienta las bases del inicio de una posible saga cinematográfica que promete más entregas. La totalidad de su historia queda reducida a una especie de extenso prólogo que plantea un punto de partida para construir una franquicia que podría contar con numerosas secuelas.

'Tomorrowland: El mundo del mañana' supone una mirada nostálgica al pasado, que recuerda a míticos largometrajes de aventuras de lo años ochenta como 'Los Goonies' o 'Exploradores'. Además, cuenta con numerosos guiños a películas de este género como 'La Guerra de las Galaxias'.

A pesar de ser un producto con clara vocación Disney, destinado especialmente a un público infantil, quedaréis atrapados por su magia si sois capaces de entrar en su universo. No se trata de una obra maestra, ni vamos a negar su carácter naïf o puramente comercial, pero cumple su cometido y nos ofrece dos horas de entretenimiento cargado de ciencia ficción y acción, con un trasfondo social que nos puede hacer reflexionar.