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CRÍTICA

'Profanación (Los casos del departamento Q)': Convencional thriller danés

La cinta cuenta una historia con buena atmósfera, pero que no deja de resultar conocida por su poca innovación, pese a la profundidad de algunos de sus personajes.

Por Carlos Manuel Hernández Fernández 30 de Junio 2015 | 13:20

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Quizás inspirado en el universo literario creado por Stieg Larsson, 'Profanación (Los casos del departamento Q)' se presenta como una cinta sobria en su planteamiento y forma, que bebiendo del misterio y un caso por resolver, propone seguir una investigación que por momentos resulta interesante, pero que adolece de ser terriblemente convencional en su contenido y manera de narrarlo.

Profanación

La cinta, secuela de 'Misericordia: Los casos del departamento Q', se centra en la investigación por parte del Departamento Q de un suceso ocurrido en los años 90, en el que murieron dos jóvenes de forma brutal. En su momento se había entregado un hombre, que se declaró culpable, pero no lograron encontrar el motivo de semejante asesinato. Por eso, 20 años después, el caso vuelve a abrirse con el equipo del detective Carl Mørck a la cabeza.

La atmósfera que refleja el filme, desde sus localizaciones a su estética visual, es uno de los puntos fuertes que ofrece, ya que llega a tener una estética bastante propia, obviando alguna inspiración en la serie 'True Detective' que ya comprendía su primera entrega. Las idas y venidas de la historia, pese a que tienen puntos interesantes y entretenidos, no deja de caer en cierta convencionalidad, como si lo que estuviéramos viendo en pantalla ya lo hubiéramos visto tiempo atrás.

Siendo una película sobria en todos sus aspectos, gana más gracias a los matices de sus personajes, ya que según avanza el metraje se van cargando de más circunstancias interesantes que hacen que crezcan en su texto, aunque no encuentro ningún intérprete especialmente inspirado en el filme, y a diferencia de su protagonista principal, no descubro especial carisma en el modo en que los actores y actrices han abordado sus personajes.

El modo de contar la historia nos irá proponiendo flashbacks donde se mostraran parte de la acción, y es en estos momentos donde veremos algunas de las escenas más jugosas y atrayentes del filme, ya que estos recuerdos cuentan con algunas secuencias rodadas con verdadero mimo, lo cual hace contraste con otras que caen en la convencionalidad.

Uno de los puntos flacos del filme en materia de narración se encuentra en que, a excepción de pocos detalles, todo aquello que se comenta como pasado en la historia acabará teniendo su correspondiente flashback para ilustrarlo al espectador. Por poner un ejemplo inventado, es como si el protagonista dijera a su compañero que ayer compró una barra de pan, y por si no ha quedado claro o igual estuviera mintiendo, más a delante se muestra el flashback con el tipo comprando pan.

Profanación

Para muestra un botón

Esto provoca una sensación extraña en el disfrute del filme, ya que impide que el espectador imagine nada de la acción ocurrida, y los diálogos pierden fuelle al estar ilustrados poco después con una secuencia donde se muestra lo explicado. Todo ello solo hace que no se confíe en lo contado, y que al remarcarlo todo, simplemente se esté alargando el metraje y mermando la imaginación del público.

Por lo demás, la cinta es entretenida en su medida, y tanto su atmósfera como tratamiento visual en general está a un gran nivel. Lástima que no se confiara del todo en su historia, y con esas ganas de dejar todo bien mascado al espectador, se pierda una parte importante de la carga de sorpresa y misterio que debería tener todo buen thriller.