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CRITICA SITGES 2008

'Fighter', algo más que otro 'Karate Kid'

La cineasta danesa Natasha Arthy nos trae una película en la que los combates abarcan desde las artes marciales a la tradición familiar.

Por Óscar Martínez 3 de Octubre 2008 | 16:45

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Dirigida por Natasha Arthy y protagonizada por Semra Turan, Nima Nabipour, Cyron Bjørn Melville, Molly Blixt Egelind, Sadi Tekelioglu y Behruz Banissi, 'Fighter' (originalmente titulada Aicha) es la representante danesa en la Secció Oficial del Festival de Sitges.

La película cuenta la historia de Aicha, una estudiande de la High School y tambien apasionada por el Kung Fu. Sus padres esperan que ella saque buenas notas para entrar en la facultad de medicina, pero la escuela no le fascina y empieza a entrenarse en secreto con un grupo profesional expertos en kung fu.

Ser una joven adolescente no es fácil; ser una joven adolescente mussulmana en un país eminentemente católico como Dinamarca lo es todavía más; y ser una joven adolescente mussulmana en un país eminentemente católico como Dinamarca que, además, se siente fascinada por el Kung Fu es ya el súmum de la desesperación.

Pues bien, de dicha premisa se sirve la realizadora Natasha Arthy para confeccionar una mescolanza entre cine teenager, drama social basado en el fenómeno migratorio y artes marciales, en una película mucho más valorable de lo que cabría esperar en primera instancia.

Kung Fu, familia e inmigración

'Fighter' batalla contra tres frentes al unísono y sale relativamente bien parada de todas y cada una de esas confrontaciones, si bien las artes marciales quedan relegadas a un segundo plano que, por contra, logra que la faceta dramática de la película de Natasha Arthy adopte ciertos niveles de introspección mucho más completos de lo que han aportado títulos en esencia similares como 'Karate Kid' o la más reciente 'Rompiendo las reglas'.

Por ello, el retrato de una familia de creencia musulmana en un país eminentemente católico se erige como principal objetivo de la película, aderezado con el valor añadido del inevitable conflicto paternofilial presente en todo drama adolescente, y acercándose por momento -salvando las distancias, por supuesto- más al cine de Fatih Akin que a un liviano drama teenager de autosuperación.

Pero, seamos realistas, 'Fighter' no es otra cosa que, precisamente, un drama de autosuperación por parte de una adolescente que encuentra en la práctica la vía del Kung Fu la vía de escape perfecta para desprenderse de los dogmas y tabúes impuestos por su cultura de origen, conflicto de intereses que Natasha Arthy se encarga de reflejar en diversos pasajes de la película a través dle metafórico combate de artes marciales que la protagonistas deberá realizar consigo misma. De este modo, 'Fighter' sorprende más por su retrato social que por su espectáculo visual, sobirmamente vistoso aunque sin llegar nunca al espectáculo propio del cine de acción asiático, en beneficio siempre del realismo, principal clave a la vez que objetivo de la película.

'Fighter', además, rehúsa abiertamente de uno de los mayores tópicos de este tipo de cine, como las enseñanzas del Maestro en clave pequeño saltamontes -por cierto, interpretado por Xian Gao, actor y responsable de las coreografías de la oscarizada Tigre y Dragón-, si bien es incapaz de eludir un inevitable y previsible happy ending.

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