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LAS PARADOJAS DE 'TERMINATOR'

No hay destino: Todas las líneas temporales de la saga 'Terminator'

De 2029 a 1984, de 1999 a 2007, de 2027 a un 1984 alternativo y luego a 2017... una pequeña guía para tratar de no perderse por las líneas, saltos y paradojas temporales de la saga 'Terminator'.

Por Israel Calzado López 11 de Julio 2015 | 10:32

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Desafiando todas las leyes de la física cuántica y de la continuidad espacio-tiempo, 'Terminator Génesis' reescribe por completo no sólo el futuro de la humanidad y la guerra contra las máquinas, sino también el pasado. Sin embargo, conviene recordar que, a su manera, todos y cada uno de los capítulos de la saga han caído en sus propias paradojas, sólo explicables bajo la teoría de los múltiples futuros. Para todos aquellos que puedan sentirse algo aturdidos con tantas idas, venidas y saltos temporales, recapitulamos aquí todos los episodios y batallas de un conflicto armado cuya batalla más cruenta se libra en una cuarta dimensión que ha sido modificada, estirada y relativizada a conveniencia de los cineastas...

1 'Terminator': la primera batalla, en el 84

La mitología nos dice a comienzos del s.XXI las máquinas tomarán conciencia de sí mismas, provocarán un holocausto nuclear y comenzarán una guerra contra los humanos en pos de su exterminio. En 2029, con la Resistencia ganando terreno, el caudillo cibernético Skynet urde un ambicioso plan: enviar a uno de sus cyborgs cuarenta y cinco años hacia atrás en el tiempo para eliminar a la madre del líder de los rebeldes antes de que éste haya nacido. Por suerte, éstos podrán también enviar a un soldado para protegerla.

Arnold Schwarzenegger

La línea temporal parece bastante clara y definida: de 2029 a 1984. Es más, el deprimente epílogo nos sugiere que la guerra será inevitable. Sin embargo, y aunque hoy sigamos disfrutando de 'Terminator' como el primer día (con sus magníficas secuencias de acción, su ambientación taciturna y deprimente y su atmósfera de terror tecnológico), no se puede negar que cae en unas cuantas paradojas: si el T-800 (Arnold Schwarzenegger) viaja hacia atrás en el tiempo, podemos suponer que de manera inmediata cambiaría el futuro, antes incluso de que a Reese (Michael Biehn) le diera tiempo a transportarse también y evitar la muerte de Sarah Connor (Linda Hamilton); pero si cambia el futuro, nunca viajaría al pasado ya que los humanos nunca se hubieran rebelado, y si no va al pasado, ¿cómo puede evitar el nacimiento de John Connor?

Linda Hamilton y Michael Biehn

Pongamos por caso que el T-800 y Reese se transportan a la vez a 1984. Dejando a un lado el hecho de que Reese se convierta en el padre de John, aunque el soldado admita que "con éstas armas, no sé si podré detener al Terminator", está claro que sí lo va a conseguir; de no ser así, volvería a producirse la paradoja que hemos comentado antes. Quizá la clave está en la respuesta que le da Reese a Sarah cuando ella le pregunta si viene del futuro: "de un posible futuro".

2 'Terminator 2': nuevo combate, en año indeterminado

Después del fiasco con el primer Terminator, Skynet repite la maniobra pero enviando ahora a un cyborg mucho más sofisticado, el T-1000 (Robert Patrick) hasta una fecha indeterminada de los años noventa del s.XX. La resistencia humana envía a un T-800 reprogramado para que sea el nuevo ángel de la guarda de un John Connor preadolescente (Edward Furlong).

Edward Furlong y Arnold Schwarzenegger

La gran pregunta es: ¿cuándo se desarrolla la acción de 'Terminator 2'? El film es de 1991, pero en una secuencia descubrimos que John Connor nació el 28 de febrero de 1985; está claro que el chaval no tiene seis años, más bien parece tener unos trece (como se confirmará posteriormente en uno de los diálogos de 'Terminator 3'), lo que situaría la trama en 1998. Y eso es imposible, habida cuenta de que Sarah Connor vaticina el Día del Juicio Final para el 29 de agosto de 1997.

Robert Patrick

La verosimilitud cronológica de la historia (que, no lo olvidemos, no deja de ser un blockbuster de ciencia-ficción) se sostiene en que el espectador obvie conscientemente todo tipo de fechas concretas para poder disfrutar plenamente de un (indiscutible) espectáculo audiovisual. La continuidad de la serie cinematográfica pudo ser posible gracias a que James Cameron descartó el final original previsto (en el que una anciana Sarah Connor observa a su hijo y su nieta jugando en un parque infantil de un idílico 2027), optando por el futuro incierto "como una oscura carretera por la noche", más acorde con la moraleja de la película: "el destino no está escrito, sólo existe el que nosotros hacemos".

3 'Terminator 3': la guerra sólo sufrió un retraso

Kristanna Loken y Arnold Schwarzenegger

En el año 2003, John Connor (Nick Stahl) es un joven alcohólico, un bala perdida sin oficio ni beneficio. Su madre falleció de leucemia, "aunque vivió lo suficiente para ver que no se producía el Juicio Final". Sin embargo, los acontecimientos de 'Terminator 2' tan sólo retrasaron el inevitable alzamiento de Skynet, el holocausto nuclear y la guerra contra las máquinas, que comenzará... hoy mismo.

Claire Danes y Nick Stahl

Con James Cameron fuera del proyecto (ni siquiera se molestaron en acreditarlo como creador de los personajes originales), la película calca las pautas de las antecesoras, esta vez con una Terminatrix (Kristanna Loken) decidida no sólo a acabar con John, sino también con sus futuros lugartenientes (¿?). Aquí si hay consonancia (de edad) con el anterior episodio, pero lo único que nos ofrece es el origen de la inevitable guerra planetaria. ¿Pensabais que había esperanza? El futuro empieza hoy.

4 'Terminator Salvation': batallitas de guerra

Sam Worthinton

2018. La guerra dura ya quince años. John Connor (Christian Bale) es un líder militar de rango intermedio admirado por sus hombres pero discutido por sus superiores. En su lucha hacia la victoria contra Skynet, se encontrará con Marcus (Sam Worthington), un prototipo de Terminator de primera generación (claramente imperfecto, al conservar conciencia, recuerdos y órganos vitales humanos), y deberá encontrar a un jovencísimo Kyle Reese (Anton Yelchin), a quien las máquinas han puesto precio a su cabeza (adivinad por qué...).

Bryce Dallas Howard y Christian Bale

Siendo justos, 'Terminator Salvation' es una correcta película bélica y de acción, bastante respetuosa con la saga y los personajes de la saga, situada cronológicamente a medio camino entre el estallido del Juicio Final y los eventos temporales de 2029 (que desencadenan toda la mitología). Su talón de Aquiles está, precisamente, en su futilidad e intrascendencia: este episodio, con todo ese conflicto presuntamente trascendental sobre la naturaleza de Marcus, aporta poco o nada, y todo el interés se resume en presenciar el primer encuentro entre el adulto John Connor y su futuro padre, el todavía adolescente Reese.

5 'Las crónicas de Sarah Connor': un arco disfuncional

Lena Headey

Verdaderamente, esta serie de la Fox producida entre 2008 y 2009 debería aparecer justo después de los eventos de 'Terminator 2' en esta cronología, ya que arranca en 1999 con un adolescente John Connor (Thomas Dekker) que se ve obligado a huir incluso en el tiempo (logran saltar a 2007 ya en el episodio piloto) junto a su madre (Lena Headey) y un cyborg protector con el rostro de Summer Glau ante la constante llegada de androides asesinos del futuro. Las bajas cotas de audiencia y los altos costes de producción hicieron que fuese cancelada en falso al final de la segunda temporada, en la que John llega a un futuro bélico en el que resulta ser un completo desconocido... Lástima, nunca podremos saber cómo se las hubieran ingeniado para hilar esta serie con el comienzo de 'Terminator 3', por lo que ha quedado como una línea argumental (y temporal) paralela en vía muerta.

6 'Terminator Génesis': líos espacio-temporales

Arnold Schwarzenegger

Buscando el beneplácito del público, volvemos al año 2027 (aunque en la primera película fue 2029), donde la Resistencia ha conseguido poner contra las cuerdas a los cyborgs y a Skynet que, en un último ataque, enviará al famoso T-800 a 1984 (utilizando al mismísimo Schwarzenegger de entonces reconstruido digitalmente). Kyle Reese volverá a viajar para proteger a Sarah Connor (esta vez interpretados por Jai Courtney y Emilia Clarke); el problema surge cuando llegan a los años ochenta a una realidad supuestamente paralela a la que ocurriese en el primer film, pero la llegada del primer T-800 coincide con la que vimos en 'Terminator', por lo que se produce la primera paradoja espacio-temporal: si no están en la misma línea de tiempo que anteriores películas, ¿qué tipo de futuro existe? El enigma podría explicarse como una realidad paralela, dado que inclusive Sarah Connor fue atacada cuando fue una niña por un cyborg, hechos que no ocurrieron en anteriores películas, y además fue criada por un T-800, que podría corresponder al del segundo film (lo que hay que hacer para meter al viejo Arnie en la cinta). En esta nueva realidad, Reese empieza a tener nuevos recuerdos "nunca vividos", consiguiendo convencer a Sarah Connor para viajar a 2017, en vez de a 1997. Allí encontrarán a John Connor (Jason Clarke), que también ha viajado en el tiempo, pero si no están en la misma realidad ¿cómo ha conseguido sobrevivir?

Emilia Clarke y Jai Courtney

Las explicaciones que se dan es que todo sigue un mismo curso, por lo que no se plantea una interpretación lógica, consiguiendo que el espectador se pregunte: ¿en qué universo estamos? La mezcla de distintas realidades crean vacíos argumentativos que no llegan a determinarse, provocando que en la 'Terminator Génesis' haya una misma línea temporal mezclada con otras nuevas pero que no siguiendo un razonamiento lineal sino que es utilizado en beneficio del guionista para meter nuevos elementos en la trama para entretener. Nos encontramos con un único futuro que van cambiando a merced de lo que le apetezca al personaje que entré en acción, ya no se sabe ni siquiera quién es realmente John Connor. Al final hasta los propios personajes deberían plantearse su existencia, además de darle a Skynet una nueva imagen demasiada renovada, aprovechando el auge de las redes sociales y la tecnología en nuestros tiempos, que no termina de convencer, dejando una imagen de oportunismo patente.