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LA MEJOR

Unas interpretaciones y dirección impecables pueden hacer de 'Room' la sorpresa de 2016

Brie Larson y Jason Tremblay son una madre e hijo secuestrados en una habitación de 3 x 3 metros: según los críticos, la veracidad con que transmiten sus circunstancias son extremadamente veraces

Por Diego Pla Portell 17 de Octubre 2015 | 13:48

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Puede decirse que las películas de secuestros son un género en sí mismo. O casi. Porque siempre hay un añadido, un matiz, un digresión hacia otros subgéneros; para que la historia pueda desarrollarse siempre acompaña otro topic: una investigación policial ('El silencio de los corderos'), la urgencia por encontrar al secuestrado ('Prisioneros'), la venganza ('Old Boy'), el proceso de huida ('Misery'), etc. En este caso, en 'Room', y antes de que hayamos podido visionarla, se deducen dos subtemas: la aclimatación a las circunstancias y el posterior enfrentamiento con el mundo real (una vez dejada atrás la reclusión).

Brie Larson y Jacob Tremblay

Ganadora del premio del público a la mejor película en el Festival de Cine de Toronto, 'Room' está siendo elogiada notablemente desde todos los frentes. Uno de los parámetros que suelen mentarse como sinónimo de éxito o fracaso, la puntuación en Rotten Tomatoes, apunta a que hablamos de uno de los films del año: ha recibido un 93% de valoraciones positivas.

Como principal punto fuerte: las interpretaciones de los dos protagonistas, Brie Larson y el jovencísimo Jacob Tremblay. Ella es la madre de él, Jack, un niño de 5 años (el actor tiene, en realidad, 9), y ambos viven recluidos en un habitáculo de poco más de 3 x 3 metros. Las crecientes curiosidad del niño e inquietud de la madre (que lleva allí dentro siete años) apuntan hacia una única e inminente vía: salir de la habitación.

Qué dicen los críticos

Como decíamos, los críticos se han deshecho en halagos, tanto hacia los intérpretes como hacia el director de la cinta. El crítico de TheWrap, Inkoo Kang, ha definido la historia como "una importante exploración del sufrimiento postraumático y la resiliencia"; sobre su director, Lenny Abrahamson, ha destacado su "empatía con realidades alteradas y extremas", y sobre la enorme Larson: "te inocula una devoción materna feroz y un nerviosismo y desesperación extremos".

La crítica coincide en que la clave de la interpretación de Larson es la contención: sobre todo, ha sabido mostrar cuánto debe retener su personaje. Joe Morgenstern, del Washington Post, lo explica con detalle: "La Sra. Larson y el joven Jacob Tremblay... trascienden cualquier rastro de artificio. Eso es fácil de entender en el caso del niño; es joven, sus respuestas son puras y su director, el Sr. Abrahamson, ha sabido cómo preservar esa pureza. Pero la Sra. Larson, sin embargo, ha estado practicando (perfeccionando, de hecho) su arte, desde que ella misma era una niña. Y pese a ello, su personaje parece haber sido cogido al vuelo, sacado de la realidad, no parece una interpretación. Sea cual sea el estado en que la vemos (amando, bromeando, imaginando, protegiendo o inmersa en las miserias más profundas y oscuras de su alma) ella es por completo, incluso sorprendentemente, la criatura de la habitación".

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