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LA FUERZA DE SARAH

Analizamos la BSO de 'Réquiem por un sueño' en su 15º aniversario

Homenajeamos el 15 aniversario del estreno del segundo film de Darren Aronofsky comentando, quizás, lo más icónico de la película: su banda sonora.

Por Alejandro Mateos Ramírez 15 de Diciembre 2015 | 16:08

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'Réquiem por un sueño' se estrena en el año 2000, solo dos después de que Darren Aronofsky consiguiera con 'Pi, fe en el caos' que toda la crítica especializada tuviera sus ojos puestos en él. Y volvió a confirmar lo que ya había demostrado, que era un cineasta con una personalidad muy particular, irregular, con un sentido de lo visual afinadísimo y una retórica narrativa efectista que aunque a veces camufle un discurso vacío, al final siempre trasciende en poesía.

'Réquiem por un sueño'

En este caso vuelve a tirar de todos los cabos sueltos a su alcance para conseguir anudarle cierta calidad a un metraje impregnado del aire de telefilm del que no se desprendería a lo largo de su carrera, utilizando recursos clásicos de la manera más vista -alteración de la velocidad, iluminación, contrapicados- y pasándolos luego por la batidora del montaje y, y aquí queríamos llegar, de la banda sonora. Una banda sonora que no ha dejado de resonar en nuestras cabezas desde que arrancaran las primeras notas del caluroso verano en el que Jared Leto y Marlon Wayans arrastran una televisión por las calles de Conney Island.

Porque en este tríptico que toma las estaciones como capítulos de una Divina Comedia inversa, la música funciona como sublimación de toda la expresividad de la historia: la conjunción del amor latente, las frustraciones y el desarrollo de una reflexión -ya bastante obvia en la novela original- sobre la adicción y la destrucción de los sueños.

'Réquiem por un sueño'

Si el drama fagocita a los personajes sin dejarlos perder la humanidad es, en mucho, gracias a la labor de Clint Mansell, antiguo vocalista de la banda de rock alternativo Pop Will Eat Itself y ya colaborador de Aronofsky en su anterior trabajo. Con la ayuda de la maestría del cuarteto de cuerda Kronos Quartet, emula a Bernard Herrmann al minimizar el vibrato de los violines y conseguir un caracterísitico sonido cortante que se entremezcla con electrónica, pistas de ambient y teclados de evocación onírica.

La división en tres partes hacen que la lírica del tema más conocido se inicie en 'Summer Overture', a la par que las posibilidades de los protagonistas parecen renovarse, y acabe por evolucionar en violines cada vez más secos superpuestos a una conga ('Bialy&Lox conga') cada vez más distorsionada, finalizando en el 'Lux Aeterna' que reúne toda la carga emotiva, ya con la dimensión orquestal que requiere la sordidez del relato.

Sarah Goldfarb

Si cada cambio de estación es un paso en falso más hacia el hundimiento, la música ayuda a que la separación entre realidad y alucinación sea mayor, un abismo difícil de salvar en el que resuenan los mecheros, las balas, el zumbido de una nevera y las risas histriónicas que salen del televisor.

Jennifer Connelly

Repercusión

Más allá de que la propia banda sonora se editara en distintos formatos, y que sin duda haya sido una de las más repetidas y escuchadas -no falta el tema principal en ninguna recopilación sobre el cine de estos quince años-, también se ha utilizado en anuncios, e incluso en otros largometrajes. Además de integrarse en 'Soy leyenda' o en 'El código Da Vinci', para el tráiler de 'El señor de los anillos: Las dos torres' se volvió a grabar el tema principal interpretado por orquesta y coro. Ante el éxito obtenido, finalmente fue publicada en iTunes como 'Réquiem for a Tower'. En 2002, por otro lado, se lanza 'Requiem for a Dream: Remixed', que contiene remezclas y añadidos de perfil más electrónico, realizadas entre otros por Paul Oakenfold o Jagz Kooner.