¿Existe el amor verdadero? Miles de filósofos y mentes pensantes han intentado descifrarlo desde los principios de la historia y lamentablemente nunca se ha descubierto una respuesta clara. En definitiva, eso es lo bonito del amor, que exista o no, cuando te llega no sabrías como definirlo. 'No es mi tipo' es un filme rebosante de encanto que nos muestra diferentes maneras de reconducir las relaciones con el sexo opuesto.
Nuestra existencia está llena de primeros momentos, unos eternos en nuestra memoria y otros etéreos cuya fugacidad hacen de ellos algo irrepetible. Lucas Belvaux trata de ofrecernos una historia que aunque a priori pudiese parecer común, guarda tras su filo una hermosa reflexión. Escrita y dirigida por él mismo, se basa en la novela de Philippe Vilain, por la que dos jóvenes de mundos distintos se encuentran en un escenario y unas circunstancias rebosantes de encanto.
Clément (Loïc Corbery) es un profesor de filosofía parisino (y enamorado de París) que será destinado durante un año a la pequeña Arras. Allí conocerá a la encantadora Jennifer (Emilie Dequenne), una peluquera con un hijo a su cargo que caerá rendida a los brazos de Clément. Mientras uno es lineal y un incrédulo del amor, la otra es soñadora y cariñosa. Uno lee a Kant y la otra prensa rosa o novelas de amor. ¿Quién dijo que el amor fuese algo fácil?
En este filme se tocan diversos temas. La predestinación a enamorarse, el miedo a estar sólo, los tabúes de las relaciones sentimentales o las barreras culturales y sociales a la hora de encontrar a tu otro yo. 'No es mi tipo' puede estar enfocada a todo tipo de públicos, pero muchos de nosotros nos sentiremos identificados con cada una de las situaciones que vive la pareja y su devenir en el tiempo. La vida es un constante aprendizaje y gracias a las diferentes personas que pasan por nuestra existencia nos hacen madurar y apreciar otras perspectivas. El espíritu francés y el sentido del amor pasional expuestos de una forma sensacional y con una ejecución perfecta.
Siempre se tiene la extraña (y forzada) necesidad de tener que aplicar un término o descripción a las relaciones sentimentales. Ni los hombres ni las mujeres sabemos lo que queremos en esta vida en innumerables ocasiones, pero gracias a la comunicación estas cosas podrían verse zanjadas antes de comenzar a sufrir. El personaje de Clément es un escéptico del amor, utiliza la filosofía para resolver las dudas que encuentra a su alrededor (pienso, luego existo) e intenta crearse una barrera para evitar ser dañado y seguir en su zona de confort. Sin embargo Jennifer representa a la mujer del siglo XXI: bella por dentro y por fuera, se deja llevar por sus sensaciones y una vez encuentra el amor da todo lo que tiene y vive cada minuto como si fuese el último.
La fortaleza de este filme se basa en los contrapuntos que ofrece el dúo protagonista. El público se sentirá identificado con ambos protagonistas a lo largo de la trama y no dejará de preguntarse: ¿Alguna vez he actuado así? Las interpretaciones son más que correctas (sorprendente Emilie Dequenne con un papel rebosante de energía y sentimiento) y nos hacen olvidar la necesidad de contar con personajes secundarios relevantes. Un guión que prima lo emocional a lo racional y que deja plasmada de una forma excelente la evolución de los personajes cuando son hechizados con la flecha de Cupido.
El amor no es una forma de sufrimiento sino de gratitud. Mientras (lamentablemente) hay muchos individuos en esta sociedad superficial que no saben disfrutar de la soledad, hay otros que prefieren llevar una vida más existencialista y dejarse llevar por los caminos de la incertidumbre. Este concepto nos hace conocernos un poco más a nosotros mismos y sacar lo mejor (y lo peor) de nuestro ser. Tengas 20 años o tengas 60 no sabes lo que te depara la vida y esto es lo que el director trata de transmitirnos.
Los espectadores acuden al cine a ver cualquier comedia romántica conocedores de aquello acostumbrados a visionar. Pues bien, en esta ocasión podrán disfrutar de un filme con una gran moraleja final y con capacidad de autocrítica. Decía Nietzsche que "Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal", toda la razón. La filosofía como lazo de unión entre la realidad y los sueños.
'No es mi tipo' hace una profunda reflexión ante aquella frase tan recordada como "polos opuestos se atraen". Aunque más que dedicarle un alto grado de importancia a esta definición, hemos de recordar que lo difícil de una relación sentimental es el avance conjunto (y en la misma dirección) de dos personas gobernadas por el amor, en ocasiones algo imposible. No sabemos que nos deparará la vida, pero en ocasiones hay que actuar de forma empírica y dejarse llevar. Sí al amor.
