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CRÍTICA ECARTELERA

'El abrazo de la serpiente': La belleza necesaria

'El abrazo de la serpiente' competirá en los Oscar por el galardón a mejor película de habla no inglesa.

Por Diego Pla Portell 16 de Febrero 2016 | 16:17

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El tercer largometraje del colombiano Ciro Guerra, 'El abrazo de la serpiente', es un alegato contra la globalización y, en particular, contra las nefastas repercusiones que esta opera en las zonas del planeta con recursos naturales aún por explotar. ¿El escenario escogido para ello? El corazón de la selva amazónica, uno de los lugares más dañados por las ambiciones y necesidades capitalistas.

Karamakate de joven es Nilbio Torres

'El abrazo de la serpiente' narra la relación que el chamán Karamakate establece con dos expedicionarios, hombres de ciencia: el estadounidense Richard Evans Schultes y el alemán Theodor Koch-Grünberg. Con este último, Karamakate entabla una relación de amistad en sus años de juventud. Sin embargo, cuando conoce a Evans, en torno a medio siglo después, el chamán poco recuerda de su amigo Theodor. El joven Evans ayudará al anciano a recuperar unos recuerdos que Karamakate necesita para hallar la paz y reconciliarse con su selva, con la humanidad y consigo mismo.

El recorrido que el chamán realiza con ambos hombres blancos es prácticamente idéntico: atravesar la selva para encontrar una extraña planta, la yakruna, de la cual se dice tiene propiedades sanadoras: ayuda a soñar. Dadas las exigencias narrativas que impone la trama, el relato va saltando en el tiempo, en una historia que parece estar siendo contada en paralelo.

Sin embargo, y pese a que ello no deja de ser cierto, las connotaciones pretendidas con esta estructura pesan tanto que se transforman en uno de los mensajes clave: el tiempo no pasa, no al menos en lo tocante a la temática abordada. La avaricia de los hombres civilizados permanece intacta, y lo único que cambia son los rostros y las tretas tras los que se enmascara.

El chamán anciano es interpretado por Antonio Bolívar

Guerra escoge la fotografía en blanco y negro (a cargo de David Gallego) para dotar a su film del halo atemporal y simbólico tan característico de las leyendas. Porque 'El abrazo de la serpiente' es precisamente eso, una leyenda, una fábula sobre el hombre contemporáneo y su relación con la naturaleza. La banda sonora (Nascuy Linares) viene a cimentar de forma ejemplar esta obra de arte escrita en mayúsculas: son los árboles, la tierra y los sueños los que parecen poner música al relato.

El texto, coescrito por el propio realizador junto con Jacques Toulemonde, redondea el carácter poético de la película. Tanto las palabras puestas en boca de los dos expedicionarios, como, sobre todo, las que salen pausadas de la de Karamakate, así como los precisos y abundantes silencios, son el acompañamiento perfecto para las imágenes preciosistas y labradas que discurren amplias como el omnipresente río Amazonas (el film fue rodado en Súper 35mm).

Reconocimiento unánime

'El abrazo de la serpiente' ha ido pasando de festival en festival, a lo largo de todo el mundo, recopilando más y más premios. El reconocimiento más llamativo es la nominación a los Oscar como Mejor película de habla no inglesa. El film se ha convertido así en la primera película colombiana en optar a la estatuilla de la Academia hollywoodiense.

No obstante, consiga o no el premio el 28 de febrero, la película de Ciro Guerra ya puede darse por satisfecha en cuanto a galardones se refiere: entre otros, obtuvo en Cannes el Art Cinema Award a Mejor película de la Quincena de Realizadores y el Astor de Oro a Mejor película en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

Nota: 8

Lo mejor: Produce la sensación de estar dentro de un sueño.

Lo peor: No estamos acostumbrados a soportar un tempo tan lento, dilatado durante más de dos horas.

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