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CRÍTICA

'El pregón': involución

Analizamos 'El pregón', comedia dirigida por Dani de la Orden con Andreu Buenafuente, Berto Romero y Belén Cuesta.

Por Pedro Gómez Alberdi 18 de Marzo 2016 | 11:38

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Debe haber pocos productores en España a los que no les gustaría repetir el exitazo de 'Ocho apellidos vascos'. Solo hay que echar un vistazo al catálogo de la producción nacional más reciente para atestiguar que el efecto 'Ocho apellidos' es algo real e inquietante. Parecía que aquellos años oscuros de 'la españolada' habían pasado, una etapa vergonzosa de nuestra historia, particularmente estéril en lo creativo, en la que la comodidad infundida por el laxo sistema de subvenciones derivaba en una sucesión infinita de comedietas estomagantes. El triunfo mastodóntico de la comedia de Dani Rovira amenaza con destruir el valioso equilibrio alcanzado y devolvernos a una de las etapas más infames de nuestro cine.

Si algo bueno podemos reconocerle a la crisis (a cualquier crisis) es su capacidad para agudizar el ingenio de los que la padecen. El cine español, repantingado en su dejadez, comenzó a experimentar una tímida transformación a mediados de la pasada década, un cambio de temáticas y modelos que se valió de la austeridad de la crisis para concretarse e impulsarse. Cineastas como Daniel Monzón, Juan Carlos Fresnadillo, o Nacho Vigalondo se atrevían con géneros reservados a Hollywood, como la ciencia ficción o el thriller. Un necesario soplo de aire fresco que con el éxito comercial de películas como '[REC]' o 'El orfanato' animó a las productoras a apostar por un repertorio de géneros más amplio. Pero tras haber vivido relegada a un segundo plano los últimos años, la comedia está volviendo con energía renovada; algunas de las películas españolas más ambiciosas estrenadas durante 2015 se inscriben dentro de este género ('Perdiendo el norte', 'Cómo sobrevivir a una despedida', 'Ahora o nunca'). Habrá que ver si el éxito de 'Palmeras en la nieve' no genera una especie de efecto 'Palmeras': un torrente de películas de época de gran producción basadas en libros superventas.

 El pregón 1

'El pregón', dirigida por Dani de la Orden, es una digna hija de su tiempo. Trata descaradamente de aprovechar el rebufo de 'Ocho apellidos vascos', y posiblemente lo consiga. Efectiva en sus humildes aspiraciones, te hará pasar un buen rato, aunque casi con toda seguridad la olvides una vez abandones la sala.

De los creadores de...

Atresmedia Cine, productora del film, no iba a confiar el éxito de su misión a cualquiera, por eso reclutó a dos guionistas españoles históricos, como son Diego San José ('Ocho apellidos vascos', 'Ocho apellidos catalanes') y David Serrano ('El otro lado de la cama', 'Tenemos que hablar'). El currículum de ambos debería bastar para garantizar, al menos, la calidad del libreto, condición indispensable para construir una película decente. El duo entrega un guión ciertamente divertido, pero que languidece en su convencionalismo y en el que se echa un falta un poco más de mala baba. Quizás es una cuestión de gustos, pero encuentro el humor de 'El pregón' demasiado familiar, naif... incluso casposo. Sin ser uno de los mayores defensores de 'Ocho apellidos vascos', sí que me parece que en esa película se percibía un tipo de humor que al menos trataba de distanciarse de lo que se había hecho en España hasta entonces, que conseguía arrancar alguna carcajada incontenible. Quizá se debiera al innegable talento cómico de Dani Rovira, pero sospecho que algo de culpa también la tenía el guión. 'El pregón', en cambio, se queda en la sonrisa satisfecha, y pocas veces provoca la risotada desinhibida.

 El pregón 2

El punto de partida de 'El pregón' es ciertamente prometedor. Dos hermanos en la treintena tardía, pardillos a más no poder; uno, el personaje interpretado por Buenafuente, limpiador de piscinas, que no gana lo suficiente ni para pagar el aparato de dientes que necesita su hijo. El otro, interpretado por Berto, un músico frustrado, que vive en un pasado glorioso pero clausurado, arruinado hasta el punto de no poder permitirse el alquiler del piso que comparte con unos estudiantes erasmus. Ambos se verán forzados a retomar una relación que habían roto hace años, y actuar una última vez como el grupo musical Supergalactic, con el que vivieron su fugaz instante de fama en los 90. Es una lástima que un planteamiento tan atractivo termine siendo desaprovechado en una película que se resiente ante un desarrollo excesivamente rutinario.

Con la participación de...

Quizá uno de los aspectos más llamativos de esta película sea su reparto. Como duo cómico Berto y Buenafuente actualmente son dos de las figuras más reconocibles de la televisión española. Buenafuente no es un principiante total en esto del cine; con papeles pequeños, muchas veces testimoniales, ya había hecho sus pinitos en el séptimo arte, pero esta es la primera vez que afronta un papel protagonista, hecho que puede representar un gran reclamo para el público. Por su parte Berto puede considerarse el veterano de los dos, con una carrera cada vez más centrada en el cine. Tanto uno como otro efectúan un trabajo correcto, aunque si tengo que quedarme con uno diré que las tablas de Berto se aprecian para bien. No solo cuenta con el personaje más interesante de los dos, si no que su interpretación se antoja más comprometida que la de Buenafuente.

 El pregón 3

De todo el elenco, sin embargo, la que más sobresale es Belén Cuesta. Resulta increíble que con tan solo un par de apariciones en pantalla sea capaz de acaparar toda la atención. A esta actriz deberían dejar de darle papeles secundarios y aprovecharla más, e incluso ofrecerle papeles en otros géneros mas allá de la comedia. Jorge Sanz está correcto en un papel que por otro lado difícilmente puede caer simpático. Lo de Goyo Jiménez es sencillamente ridículo: parece que lo contrataron para rellenar el cartel porque su participación en la película se limita dos frases y tres gruñidos. Una pena ya que el cómico ciertamente tiene más que ofrecer.

Dirigida por...

El joven Dani de la Orden dirige esta película tras su díptico de Barcelona, 'Barcelona, noche de verano' y 'Barcelona, noche de invierno', que aunque no se convirtieron en grandes éxitos comerciales sí que llamaron la atención sobre el talento de su director debutante. Sin haber visto las dos cintas anteriores del realizador tengo que decir que Dani de la Orden no destaca como un director particularmente brillante, pero sí ciertamente solvente, sorprendentemente seguro para su corta carrera. Estaría bien comprobar qué sería capaz de hacer fuera de la comedia o el drama romántico, que por otro lado son géneros que permiten pocas florituras o alardes estilísticos.

Nota: 5/10

Lo mejor: El planteamiento y la entrega de los actores.

Lo peor: El tufillo a ya visto y oído.

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