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CARTA DE AMOR

Por favor, no me queméis a Belén Cuesta

Pedimos en esta carta de amor a Belén Cuesta que la industria sepa tratar su talento con cuidado y mesura, para que el público no acabe pasando del cariño a la saturación.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 14 de Marzo 2016 | 11:48
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Siempre es una enorme alegría entrar en un teatro y salir alucinado con el talento de uno de los actores o actrices que uno acaba de ver sobre las tablas. Es lo que me pasó a mí cuando fui a ver 'La llamada', el musical creado por Javier Calvo y Javier Ambrossi que poco a poco se ha convertido en un must del circuito teatral madrileño. Todo el montaje es altamente recomendable, pero no puedo negar que había alguien que brillaba con una intensidad descomunal, y esa era Belén Cuesta.

La llamada

La malagueña llevaba bastantes años sobre las tablas o con algún que otro papel en televisión y cine, pero fue con Milagros con quien tocó, nunca mejor dicho, el cielo. Los espectadores no fuimos los únicos en ver que Cuesta era un diamante en bruto que podía hacerse muy, muy grande. Pronto, su teléfono empezó a sonar, y eran de esas llamadas que son difíciles de rechazar.

Casi sin darnos cuenta, Belén Cuesta había pasado a ser una de las protagonistas de la secuela de la película española más taquillera de la historia. 'Ocho apellidos catalanes' fue su trampolín y su carta de presentación para todos aquellos que no la habían visto ya en el teatro o en alguno de sus trabajos previos. Y de ahí pasó a la pequeña pantalla, como parte del reparto de una de las grandes apuestas de Antena 3: 'Buscando el norte'. Mientras, vuelve al cine con 'Tenemos que hablar', una de las primeras grandes apuestas del año del cine español.

Ocho apellidos catalanes

Pero lejos de parar, la malagueña sigue metiéndole el turbo a su carrera, y bien que hace. Pronto, mientras caminamos por la calle, podremos ver su cara en los carteles de 'El pregón' y de 'Kiki, el amor se hace'. La primera, protagonizada por Andreu Buenafuente y Berto Romero. La segunda, el regreso de Paco León como director tras el dúo 'Carmina'. No me sorprende lo más mínimo que todos quieran trabajar con ella. Bien que hacen. Es ver un clip de 'Kiki' en el que sale ella y solo con oírla hablar me enternece y me deshace en carcajadas a partes iguales. Ese encanto no se puede enseñar. Me alegro tantísimo por que le lluevan tantos proyectos tan interesantes. Y, sin embargo...

Tu caso me suena

Sin embargo, su caso me está empezando a sonar a otro. De otro malagueño, otro que se dio a conocer sobre un escenario, en este caso como monologuista, y de pronto lo teníamos hasta anunciando las rebajas. Sí, Dani Rovira. Otro que no sorprende nada que le llegara la oportunidad de saltar a la gran pantalla y la cogiera, como todo lo que ha hecho en su carrera, con fuerza y determinación. 'Ocho apellidos vascos' le hizo conocido en todo el país, pero ya era un ídolo con sus chistes, con ese desparpajo también imposible de enseñar. También era una alegría verle triunfar, ver cómo le llovían las ofertas, verle hacer de maestro de ceremonias de unos Goya que, gracias a él, no fueron tan soporíferos como de costumbre, verle recoger un cabezón.

Casos como el suyo los hemos visto muy a menudo. Es normal que, visto que es capaz de atraer a gente a los cines (cuánto hacía que no veíamos eso en el cine español), de pronto productoras, canales de televisión y prácticamente toda la industria audiovisual quiera el teléfono de Rovira. Y él, por supuesto, está en todo su derecho de aprovecharlo. Sin embargo, de pronto llega la temida sobreexposición, las frases soltadas en televisión que se hacen una bola de nieve por ser el actor de moda, una segunda presentación de los Goya que puede que no estuviera a la altura de la primera. Y empieza a no salir a cuenta, a "no compensar". Ya se le ha oído decir alguna vez a Rovira que no tendría ningún problema en volver a sus monólogos si la ola desaparece. Solo espero que el público no acabe perdiendo el interés por culpa de estar en todas partes, y por desgracia ya me he encontrado con algún que otro que era fan de su trabajo y ahora está un poco cansado de verle en cada esquina, en cada serie, en cada película. Solo hay que ver la reacción tras su anuncio como 'Superlópez' para la película de Javier Ruiz Caldera, ¿habría sido la misma antes del "huracán Rovira"?

El pregón

Después de ver un caso tan reciente como el suyo, me da mucho miedo lo que puedan hacer con alguien tan fresco, tan adorable y tan descacharrante como Belén Cuesta. De nuevo, adoro que esté teniendo el éxito que merece, y espero que siga viniendo mucho más y mejor, que siga pudiendo verla en películas y series y que siga haciéndome reír como esa vez que me fui con ella de campamento de verano y salí enamoradito. Pero el no romperla no es solo cosa suya, sino también de la industria. Por favor, seguid dándole oportunidades, porque se las merece todas. Pero por favor, tratadla con cariño, no la explotéis demasiado, dejad que disfrutemos de sus trabajos sin que nos sature, que su frescura nos dure todo lo posible. Que haya venido para quedarse, porque se va a quedar y nos va a enamorar, pero que no se nos acabe el amor de tanto usarlo.

Rostros