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CRÍTICA

'Mi "perfecta" hermana': El fin de la familia nórdica

'Mi "perfecta" hermana', drama sueco sobre la adolescencia y la familia con la enfermedad como trasfondo. El 17 de junio en cines.

Por Javier Parra González 16 de Junio 2016 | 14:36

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Con una trayectoria iniciada en 2004 como realizadora de cortometrajes y volcada en la dirección de telefilmes y de capítulos de series, Sanna Lenken firma su primera película para cine tratando un tema tan espinoso como puede resultar el de los desórdenes alimenticios y su impacto en la familia. O en lo que puede quedar de ella.

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Y es que, lo quiera o no, con 'Mi "perfecta" hermana' Lenken habla de muchas más cosas y pasa de forma elegante por el trance que supone el descubrimiento para los miembros de la unidad familiar el hecho de que la hija mayor padezca anorexia, sin llegar a caer en el sensacionalismo o en el marcado aire de telefilm que llegan a adquirir productos similares.

La historia nos presenta a Stella, una jovencísima Rebecka Josephson como gran revelación del film, quien en plena ebullición adolescente descubre que su hermana mayor, Katja (Amy Diamond), oculta que padece un desorden alimenticio. La joven, dedicada en cuerpo y alma al patinaje artístico y ojo derecho de sus padres, convertirá a su hermana menor en su cómplice, siendo conocedora de la idolatría que siente hacia ella.

Un drama familiar sin histerismos de por medio

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Ganadora del Oso de Cristal a la Mejor Película Generation KPlus de la Berlinale de 2015, donde también recibió una Mención Especial del Jurado Internacional dentro de su misma categoría; Mejor Película Nórdica en el Festival de Gotemburgo y varios reconocimientos más, la película de Lenken funciona como retrato realista hacia una de las instituciones que hasta ahora habían parecido siempre ser fruto de algo idílico: la familia nórdica.

Y es que por encima de tratarse de un canto a la transición de la niñez a la adolescencia en el que los sueños, el florecimiento de la sexualidad y el descubrimiento de los valores personales de una joven, 'Mi "perfecta" hermana' sirve para dejar en entredicho algo que hasta entonces parecía incuestionable. En una sociedad supuestamente perfecta como bien podría parecer la sueca, con una calidad de vida por lo referente a los horarios laborales que debería ser perfectamente compaginable con la vida familiar, eso no es algo que quede plasmado en el film en cuestión. Stella juega el papel de la hija no pródiga, y pese a que podría haberse convertido en una suerte de rebelde en la búsqueda del amor paternofilial, juega sus cartas como protagonista absoluta cuyo único fin es el de volver a tener por hermana a esa persona que se había convertido en su ídolo.

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Con una partitura musical de las que invitan a dejarse llevar por lo dramático de la situación, asistiremos a la no-existencia de unos padres que, pese a estar presentes en forma física, no lo están para con la problemática que ante ellos está teniendo lugar. Con ello, la institución queda fragmentada cuando todo estalle y deba ser la pequeña de la familia quien, de un modo u otro, encamine con sus actos a sus padres y hermana, convirtiéndose en una heroína a tener en cuenta que entre jugar a maquillarse, practicar besos con lengua con tomates y luchar por ser una campeona del patinaje como su hermana, se percatará de que la "perfección" que idolatra no existe.

Idónea para los que habían perdido la fe en el drama familiar sin histerismos de por medio.

Nota: 7

Lo mejor: Rebecka Josephson, todo un descubrimiento.

Lo peor: Que no arriesgue más y acabe optando por convencionalismos.