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CRÍTICA

'Election: La noche de las bestias': Mátalo antes de que muera

La tercera entrega de la saga sobre la noche más larga del año va un paso más allá y está a punto de pasarse.

Por Mario Tejedor Pérez 15 de Julio 2016 | 09:45

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Nos volvemos a adentrar una vez más, (y ya van tres) en ese oscuro mundo de 'La purga' donde una noche al año, y durante 12 horas, el crimen, y esto incluye el asesinato, es legal. Con una sola excepción: No se puede atacar a políticos ni se pueden usar armas por encima de clase 4 (es decir, que explotan, como granadas, lanzamisiles y esas cosas que cualquiera compra en el súper de su barrio). Pero esta vez las reglas han cambiado. Esto se debe a que las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos están a la vuelta de la esquina, y la senadora Charlie Roan, según las encuestas, podría quitarle el puesto a los Nuevos Padres Fundadores después de 20 años de mandato, puesto que últimamente se ha descubierto que la noche en la que el crimen es legal les sirve para llenarse los bolsillos. La senadora que aspira a llegar a la Casa Blanca, vio 15 años atrás como asesinaban a su familia la noche de la purga (¿No era la intención que la película fuera futurista para dar la impresión de que esto puede ocurrir? Si la película es en 2025, 15 años atrás... ¡La purga ya estaría en vigor!). Por ese motivo, la senadora quiere llegar a la presidencia para prohibir la purga... Y eso es inadmisible para los Nuevos Padres Fundadores. De modo que dos días antes de la purga anual cambian las reglas y sí que se puede matar a los políticos durante esas 12 horas (Lo cual no es naaaaada sospechoso). Y, efectivamente, a la hora señalada, un escuadrón se presenta en la casa de la senadora para acabar con ella, que no cuenta con más ayuda que su jefe de seguridad Leo Barnes, a quien ya vimos en 'Anarchy: La noche de las bestias'. Ahora, los dos juntos deberán sobrevivir a las 12 horas que dura la purga, mientras son perseguidos sin descanso.

Tres películas, tres estilos diferentes, aunque esta tercera es más parecida a 'Anarchy' que a 'The Purge: La noche de las bestias' pero está claro que el objetivo era tratar un tema diferente en cada una de ellas. En la primera, el escenario era una casa de la que no se podía salir. Un ambiente claustrofóbicamente oscuro y muy tenso para plantearnos un gran dilema moral. Los protagonistas se encerraban en casa para huir de la locura que se vive en las calles durante esas 12 horas. De modo que DeMonaco nos mostró en la segunda parte lo que era vivir una purga en la calle. Cambiábamos la tensión y la angustia de la primera por la desesperación y la adrenalina de la segunda, que también nos acababa planteando otro gran dilema moral. ¿Y ahora qué? Lo hemos vivido en una casa, lo hemos vivido en una calle ¿Qué nos queda? Ahora la crítica pasa de la sociedad norteamericana (sí, en las dos primeras había crítica a lo violenta e hipócrita que es la sociedad) a las altas esferas. Los políticos mienten, son corruptos y no tienen escrúpulos. Por el otro lado, tenemos a la clase baja. Lo que nos presentan aquí es una guerra de clases (la única política que es noble y buena, viene de una familia humilde). Lo malo es que en cuanto suena la campana que indica que empieza la purga, se pierde todo ese mensaje y damos paso a una película de acción.

La estatua de la liberpurga

El estilo de 'Election: La noche de las bestias' es mucho más salvaje y desgarrado, donde abundan las imágenes de gente siendo torturada o asesinada en plena calle de las formas más grotescas, personas con disfraces extravagantes o vehículos estrambóticos celebrando la gran noche (incluso extranjeros que viajan sólo para experimentar la purga disfrazados de presidentes o monumentos norteamericanos). Pasamos de la tensión que teníamos en las dos primeras a una película que es cada vez menos tensa y más llena de tiroteos, persecuciones en helicóptero y escenas de acción conforme pasan los minutos (no me malinterpretéis, también tiene sus momentos de apretar el culo, pero menos que en las anteriores). El director da la sensación de estar más pendiente de conseguir imágenes impactantes que de crear situaciones potentes. Esto se debe a un fenómeno que se da a menudo en el cine moderno, la multiplicación de lo que se da en pequeña escala y gusta, acaba llevándose al extremo, y como es bien sabido, lo poco gusta, pero lo mucho cansa. Y en mi opinión, en esta tercera entrega se han pasado de la raya de lo que en las anteriores estaba en perfectas dosis.

Otro cambio que encontramos respecto a las anteriores entregas, es la relación entre los personajes. Se intenta darles una evolución más grande. En parte se consigue, desde luego están más desarrolladas, pero no en todas está bien hecho. No son Leo y Charlie los únicos personajes de 'Election' también encontramos a Joe Dixon, el dueño de una tienda que se queda sin seguro y decide hacer guardia toda la noche en su tienda para protegerla junto a Marcos, su único empleado. La relación que tienen estos dos personajes por ejemplo es una maravilla; bien planteada y bien desarrollada. Sin embargo, la relación del propio Joe con el protagonista, Leo, va dando tumbos durante toda la película y queda muy artificial.

A purgar hermanos y hermanas

Un gran punto a favor a destacar en esta tercera entrega son las tramas alternativas. Tenemos nuestra trama principal, que gira en torno la senadora y su escolta. Pero también tenemos otras tramas que gozan de interés propio. Lamentablemente, estas tramas alternativas tienen poca duración, DeMonaco no encuentra la fórmula para hacer un buen cocktail y prefiere ir cerrando y abriendo tramas alternativas a ir condensándolas, lo que habría sido muy pero que muy interesante. Esto da una sensación de constantes giros de guión. Giros sorprendentes sí, pero también giros algunas veces innecesarios o sin sentido.

Otro de los puntos débiles de la cinta son los diálogos, muchas veces absurdos, intentando meter un toque de humor (¡Un comic relief en una película de la purga!). O eso creo, o eso quiero creer, que el toque de humor, aunque sin mucha gracia, está hecho a propósito, porque la otra opción es que son cosas serias pero demasiado absurdas para tomarlo así.

Bésame dice

La música, muy parecida a Hans Zimmer, es perfecta para la ocasión y crea en todo momento el clima que se desea transmitir. También la fotografía de Jacques Jouffret está muy cuidada y pulida, mucho más parecida también a 'Anarchy' que a 'The Purge', con diversas zonas muy iluminadas, pero a la vez siendo la escena bastante oscura. Una maravilla.

En definitiva, una película irregular, que combina buenos momentos con momentos tirando a desastrosos. Intenta mantener el espíritu de La purga, pero sólo a ratos. Se ha convertido más en una película para puro entretenimiento, lo cual hace sin problemas, que en una película para profundizar, que era el pus que te daban las dos anteriores... Y también entretenían de lo lindo.

Nota: 6

Lo mejor: Entretenimiento puro, la película se pasa volando. Es un espectáculo.

Lo peor: Cuando le da por desvariar y hacer o decir cosas absurdas.