'Alien: Covenant' finaliza su rodaje y lo celebra con una nueva foto

Antes incluso de haber estrenado 'Terminator' (1984), James Cameron ya flirteaba con la idea de poder llevar a cabo una secuela de su admirada 'Alien, el octavo pasajero' (1979) que expandiera las ideas apuntadas en el film de Ridley Scott y cerrara algunos cabos que, de manera deliberada, se habían quedado sueltos en el primer film. Así se lo transmitió al productor David Giler, quien no vio con malos ojos este planteamiento, pero sí vio dos problemas: 'Alien' no había recaudado tanto como para pensar firmemente en una secuela y el canadiense era un completo desconocido. Cameron no se amedrentó, y, tras el inesperado éxito cosechado por su thriller de terror tecnológico protagonizado por Schwarzenegger, presentó a Giler un primer tratamiento de 'Aliens' de noventa páginas. Con el productor entusiasmado ante esta nueva perspectiva, todo empezó a rodar.

Uno de los fundamentos que más claros tenía James Cameron era que su película funcionaría, a un nivel subliminal, como fábula futurista sobre la Guerra de Vietnam: si en el conflicto asiático las tropas americanas tenían la misión de liberar a la sociedad de la amenaza del comunismo, en 'Aliens' los marines son enviados también a un destino remoto con un objetivo oficial (rescatar colonos), y tras verse mermados por un enemigo teóricamente más débil y peor armado, en ambos casos se descubre que, detrás, hay en realidad también intereses económicos y corporativos.

Una curiosidad: Al Matthews, que en la película interpreta a Apone, había servido en Vietnam, siendo el primer soldado de color promocionado como sargento en la historia del ejército norteamericano.

En un principio, ni los productores ni Sigourney Weaver estaban demasiado interesados en recuperar a la única superviviente de la Nostromo; los primeros se negaban a pagar el alto caché que por entonces exigía la actriz, y ésta no quería hacer un refrito de la primera cinta. Sin embargo, para James Cameron el protagonismo de este personaje era crucial como nexo de unión entre ambas películas, y una vez Weaver dio el visto bueno al guion definitivo (que incluía algunas aportaciones hechas por ella misma), el cineasta peleó hasta lograr la aprobación de su fichaje. De los 18,5 millones que terminaría costando 'Aliens', uno fue a parar al bolsillo de Weaver (cobrando así treinta veces más que su salario en el primer 'Alien'), una inversión que se vio recompensada con una nominación al Oscar a la Mejor Intérprete Femenina Protagonista, la primera en la historia de los premios para una mujer por un personaje de acción.

James Cameron convocó un casting para conformar su ecléctico grupo de marines. Aunque el grupo estaba formado por personajes de diferentes nacionalidades, el director insistió en contratar actores que tuvieran o supieran imitar el acento norteamericano (!). De los más de cinco mil actores que se presentaron, tan solo unos pocos pasaron la criba, ya que el cineasta terminó repescando a algunos de los que ya habían trabajado con él en 'Terminator', como Bill Paxton, Lance Henriksen y, a última hora, Michael Biehn.

También hubo un proceso de selección para encontrar a Newt, la niña superviviente de la colonia. Casi quinientas aspirantes probaron suerte, pero todas, con experiencia en spots publicitarios, terminaban su frase con una sonrisa, algo incompatible con el personaje. Finalmente, el papel fue a parar a Carrie Henn, hija de un militar estadounidense destinado a una base cercana al lugar de rodaje, que se presentó casi por casualidad y que era la única que nunca antes se había puesto delante de una cámara, ni lo volvería a hacer: 'Aliens' es su único trabajo como actriz y se gana la vida como maestra de escuela.

James Remar, que interpretaba el papel del cabo Hicks, fue despedido a los pocos días de comenzar el rodaje por "diferencias creativas" con el director, quien llamó a su amigo Michael Biehn para que acudiera raudo a sustituirle. Años después, Remar confesaría en una entrevista televisiva que, en realidad, le habían pillado con drogas en el set, "un problema muy serio que tenía por aquel entonces", justificando la decisión tomada entonces por la producción del film.

Durante varios meses, los actores se sometieron a un duro entrenamiento para ponerse a punto físicamente y aprender a manejar con soltura las armas de atrezzo, y, aunque la película no se rodaría secuencialmente, Cameron comenzaría la filmación con las escenas de la Sulaco, para aprovechar el ambiente de camaradería que había entre el elenco. También tuvieron que leer 'Starship Troopers', la novela original de Robert A. Heinlein, ya que el guion de 'Aliens' tenía múltiples referencias a esta obra.

Los únicos que no se vieron obligados a realizar este entrenamiento fueron Sigourney Weaver (Ripley), Carrie Henn (Newt) y Paul Reiser (Burke), por la naturaleza civil de sus personajes. William Hope (Tte. Gorman) también estuvo apartado del grupo, precisamente para reforzar la desconfianza de la tropa hacia su personaje, y Michael Biehn tampoco pasó por el entrenamiento al incorporarse al rodaje una vez ya había comenzado.

El rodaje se llevó a cabo en los míticos estudios Pinewood de Londres. Syd Mead creó toda la concepción artística de la película, desde los claustrofóbicos entornos industriales de la colonia hasta el nido de los xenomorfos (siguiendo el legado del mítico H.R. Giger), pasando por las armas de los marines (un mix basado en el diseño de diferentes armas reales) o el tanque APC (reciclado de un remolcador de aviones). Algunos de los decorados no se desmontaron después del rodaje, se aprovecharían poco tiempo después para ambientar la fábrica de productos químicos Axis de 'Batman' (Tim Burton, 1989).

Una de las primeras tareas que tuvo que afrontar el equipo de Arte de 'Aliens' fue la reconstrucción de la 'Narcissus', la cápsula de salvamento en el que Ripley (Sigourney Weaver) era recogida al comienzo de esta secuela, ya que no se conservaba absolutamente nada del decorado original. Unas cuantas fotografías de rodaje y lo que se veía en el metraje de 'Alien, el octavo pasajero' fueron su única ayuda.

Cameron puso mucho empeño en dar una pátina de verosimilitud a la naturaleza de los aliens. Basándose en lo poco de sabíamos a partir de la primera película, creó un ciclo vital inspirado en las colonias de insectos como abejas o avispas, con una reina ponedora de huevos (físicamente más grande que sus congéneres, y que en realidad era una sofisticada marioneta diseñado por Stan Winston); unos zánganos (los llamados Alien Warriors, similares al que acabó con la tripulación de la Nostromo), encargados de proteger el nido y conseguir presas para exponer a los huevos; y los facehugger de forma arácnida, que ponen los parásitos en dichas presas. Una teoría natural brillante, sencilla y eficaz.

Con un elenco eminentemente americano y un equipo técnico puramente británico, no era raro que surgieran ciertos choques durante la producción, debido a diferentes estilos de afrontar el trabajo. Cameron, con un calendario tremendamente ajustado, no comprendía los parones y descansos que imponía el sindicato inglés; éstos, poco impresionados con 'Terminator', veían al canadiense como un recién llegado sin apenas experiencia, que había tenido la osadía de despedir al director de fotografía Dick Bush un mes antes de empezar a rodar (sustituyéndolo por un novato, Adrian Biddle, hasta entonces operador de cámara de, entre otras, 'Alien, el octavo pasajero') y que imponía a unos actores cuyos métodos eran desconcertantes para la gran mayoría (les resultaban incomprensibles, por ejemplo, las morcillas que Bill Paxton metía en sus diálogos).

Si hubo un enfrentamiento que coleó durante años fue el de los dos James creativos, Cameron y Horner. El director contrató al músico para que compusiera el score original, pero cuando éste llegó a Londres en la fecha indicada para ver un primer copión del montaje (y poder así trabajar sobre la propia película), se encontró con que el rodaje aún no había finalizado. Horner pasaría semanas sin nada que hacer y con la sensación de estar perdiendo el tiempo, y Cameron, demasiado preocupado con finalizar a tiempo la grabación y comenzar la edición, no atendía a sus requerimientos. A todo esto, Fox tenía marcada una fecha de estreno y era inamovible, por lo que el tiempo consumía al pobre Horner, quien finalmente, en apenas unas pocas semanas, creó, escribió y orquestó una de las bandas sonoras más reconocidas y aplaudidas de su carrera (nominación al Oscar incluida), pero harto por el trato recibido, no volvería a cruzar palabra con el director hasta que, diez años después, éste le llamó por teléfono para pedirle que se hiciera cargo de la composición de la que sería su obra más exitosa: 'Titanic' (1997).

Para desesperación de la Fox, no fue posible programar pases de prueba debido a que la película no fue finalizada y enlatada hasta una semana antes del estreno. Por suerte, 'Aliens: el regreso' funcionó de manera excepcional en la taquilla, y, a partir de un coste de dieciocho millones y medio, logró recaudar más de ochenta y cinco solo en Estados Unidos y un total de más de ciento treinta y uno a nivel mundial.

Este éxito fue refrendado con críticas muy positivas, que valoraran el hecho de que se mantuviera la atmósfera opresiva y claustrofóbica de la primera película así como el cambio de registro que suponía esta secuela, así como con dos Oscar (Mejores Efectos Visuales y Mejor Montaje de Sonido) de siete nominaciones.

En 1991, Cameron lanzó en formato doméstico una edición especial de la película que añadía varias escenas (ninguna verdaderamente relevante) y diecisiete minutos al metraje original. Entre las nuevas secuencias: cuando Burke (Paul Reiser) le comunica a Ripley (Sigourney Weaver) la muerte de su hija, ya anciana (la mujer que vemos en la foto es la madre real de la actriz); el descubrimiento de la nave alienígena por parte de una familia de colonos en LV-426; o la introducción de los robots centinelas.

A pesar de lanzar una versión extendida, hubo escenas que se filmaron pero nunca llegaron a la sala de edición. Quizá la más llamativa sea ésta en la que (SPOILER) Ripley (Weaver) encuentra a Burke (Reiser) atrapado en el nido alien, y éste le pide que le mate; Ripley decide darle una granada y, una vez le ha dejado atrás, oye una explosión.

Durante los años ochenta, dos videojuegos oficiales homónimos aparecerían con el lanzamiento de la película: un shooter en primera persona para PC (una versión monocroma inspirada en 'Doom' en la que el jugador tenía tantas vidas como marines quedaban vivos en el equipo) y una versión en plataformas para máquinas recreativas.

En 2013, Gearbox Software recuperó el concepto del primer videojuego y, con una notable evolución gráfica, lanzó 'Aliens: Colonial Marines', que distribuiría Sega para PC, Xbox 360 y PS3.

Tras los irregulares resultados de 'Alien 3' (David Fincher, 1992) y 'Alien resurrección' (Jean-Pierre Jeunet, 1997), así como de la precuela 'Prometheus' (2012) de Ridley Scott, Neill Blomkamp ('District 9', 'Elysium') publicó en la red los bocetos de una hipotética continuación de 'Aliens'. Aunque en un primer momento el rodaje de 'Alien: Covenant' de Scott (que se estrenará en 2017) dio al traste con la idea de Blomkamp, el aliento de los fans (entusiasmados con sus concept arts) y la buena predisposición de Sigourney Weaver parecen haber dado un nuevo impulso al popularmente conocido como 'Alien 5', cuyo desarrollo obviaría las tramas de las dos secuelas directas ya conocidas. Solo el tiempo dirá si finalmente se convertirá en película.