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CRÍTICA

'Ben-Hur' Un comienzo esperanzador para un final decepcionante

La nueva adaptación de la novela de Lewis Wallace empieza bien pero no aguanta el pulso. En cines el 2 de septiembre.

Por Mario Tejedor Pérez 1 de Septiembre 2016 | 17:58

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¿Era necesario un remake de la mítica 'Ben-Hur'? Necesario por supuesto que no, pero al fin y al cabo la aclamadísima 'El precio del poder' es un remake, incluso la 'Ben-Hur' que todos conocemos y ganó once Oscars también es un remake. Así que necesario no era, pero, ¿por qué no probar? Como ya hemos visto muchas otras veces, se pueden hacer cosas buenas en un remake. Mejorar la película con más Oscars de la historia (junto a 'Titanic' y 'El Señor de los anillos: El retorno del rey') era algo impensable, pero hacer un remake decente, y una buena taquilla, era posible.

Pero no nos confundamos, que fuera posible hacer un buen remake, no significa que sea este el caso. No lo es, la película tiene sus aciertos, no lo vamos a negar, pero también sus fallos, por supuesto. Pero vayamos por partes. Lo primero que debemos hacer, aunque no sea fácil, es ser justos con esta película e intentar juzgarla sin tener en cuenta la película de William Wyler de 1959, esa era una película, y esta es otra. Es normal que se tienda a la comparación, pero, igual que nos pasa con las adaptaciones de los libros (que de hecho 'Ben-Hur' es también una adaptación de una novela) intentemos juzgar la película por lo que es y no por lo que podría haber sido.

La carrera de cuadrigas de 'Ben-Hur'

La trama de la película no ha sufrido muchos cambios. Judah Ben-Hur pertenece a una rica familia judía, quienes adoptan al romano Messala Severus. Judah y Messala tienen una relación excepcional, son realmente como hermanos. Messala se va a la guerra para servir al imperio romano, y se convierte en uno de los comandantes del imperio. Cuando Messala vuelve a Jerusalén, pedirá ayuda a Judah para que la ocupación de la ciudad vaya bien. Pero un rebelde intenta asesinar al prefecto y Judah es acusado de ello, rompiendo de golpe la amistad que unía a judío y romano.

La película arranca con fuerza, una buena presentación de los personajes, consiguiendo que entiendas a la perfección sus motivaciones. Aunque sea algo desproporcionado, puedes entender lo que lleva a Messala a hacer lo que hace. Es una relación decentemente construida para todos los personajes de la familia. Cómo se siente Messala en esa familia a la que realmente no pertenece, lo que siente Judah por una esclava y lo que eso conlleva... La primera hora de película es muy decente. Una primera parte de la película muy esperanzadora, que a pesar de no ser brillante, no se le puede poner prácticamente ningún pero. Es muy entretenida y funciona bien.

Jesús de Nazaret en 'Ben-Hur'

¡Pero era una trampa! Cuando ya estás en tu butaca pensando que todo va bien, y que aunque no estés viendo una de las películas del año, estás ante una película mas que decente... se acabó lo que se daba. En cuanto aparece Morgan Freeman con rastas ya puedes intuir que lo bueno se acabó. Y así es. La segunda mitad de la película va en picado, y poco a poco, van destruyendo lo que seguro que tanto les ha costado construir en la primera mitad. Las comparaciones son odiosas, y no estamos hablando de las comparaciones de esta película con la de William Wylder, estamos hablando de las comparaciones de esta película consigo misma. Poco antes de la mitad de la película, hay una escena en un barco que es impresionante. Está bien rodada y queda espectacular, es entonces cuando piensas: "Si esto es así, verás la carrera de cuadrigas". Sin rodeos, la carrera de cuadrigas en la que los protagonistas van en un carro impulsado por CGI es de las peores escenas de 'Ben-Hur'. Sería la peor si se terminase ahí la película, pero los 15 minutos restantes son aún peores.

Morgan Freeman con rastas en 'Ben-Hur'

Sus principales fallos

Si empezamos a fijarnos en que ha ido bien y que ha ido mal, lo primero que nos llama la atención es el montaje. El montaje, aun si no tuviéramos en cuenta los numerosos fallos de raccord (un fallo de raccord es un error en la continuidad de la película, por ejemplo, si el personaje tiene la mano apoyada en el hombro de su hermano adoptado, y en el siguiente plano la tiene encima de su muslo) seguiría siendo un montaje bastante mejorable.

El reparto es otro de los puntos débiles de la película, en especial Toby Kebbell como Messala, que utiliza la misma entonación para el 90% de sus frases. Ni siquiera Morgan Freeman está a la altura en su enésima vez haciendo el mismo personaje flemático. Jack Huston, sin llegar a destacar, sería el único que está correcto de todo el reparto. De los tres personajes femeninos, sólo podemos opinar sobre Nazanin Boniadi, la mujer que hace el papel de Esther y tampoco podemos decir que lo haga bien. Intentar juzgar la interpretación de Sofia Black D'Elia o Ayelet Zurer en esta película es como opinar sobre el papel que hace Brad Pitt, pues no aparecen mucho más que él. Por si alguien no lo sabía, Brad Pitt no aparece aquí.

'Ben-Hur' de 2016

En definitiva, podría haber sido peor, desde luego. Alternando de esa manera acierto y error es difícil sacar una conclusión clara, puesto que tienes escenas espectaculares, y de repente alguna escena que parece haber sido hecha por un grupo de amigos que se hayan juntado en el descampado del pueblo de uno de ellos para grabar cualquier cosa. La música que provoca lo que quiere en algunos momentos, pero en otros da la risa (la música de la escena final es lamentable). El director ruso Timur Bekmambetov, conocido por 'Guardianes de la noche' allí en Rusia y por 'Abraham Lincoln: Cazador de vampiros' en Hollywood, alterna momentos de lucidez con errores garrafales. Yo supongo que la elección del director de 'Wanted (Se busca)' se hizo pensando más en la carrera de cuadrigas que en los otros 100 minutos de película... y no salió bien. Aunque, seamos sinceros, si no existieran el resto de versiones de 'Ben-Hur', esta película no sería tan odiada como lo está siendo.

Nota: 5

Lo mejor: La primera hora, sobre todo el hecho de poder comprender incluso al malo.

Lo peor: La segunda hora, sobre todo el dejar de entender a todos y cada uno de los personajes.