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CRÍTICA

'Bridget Jones' Baby': Carcajadas y momentos entrañables en una secuela más que digna

El film recupera la esencia de la original mientras se ríe de todo con un sarcasmo y una inteligencia que, junto a la estupenda interpretación de Renée Zellweger, hacen de esta secuela una comedia romántica muy divertida.

Berta F. Del Castillo
Por Berta F. Del Castillo Más 15 de Septiembre 2016 | 17:03
Creadora de contenido digital y periodista especializada en cine y series. Fan de 'Star Wars'.

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En 1993 Annie, personaje al que diese vida Meg Ryan en 'Algo para recordar', le decía a una compañera de trabajo que "es más probable que te maten en un ataque terrorista que encontrar marido más allá de los 40". En 2006 Amanda a.k.a Cameron Diaz en 'The Holiday (Vacaciones)' compartía esa misma conversación con los miembros de su equipo, a los que comentaba que "las mujeres solteras de más de 35 años tienen más probabilidades de morir en un ataque terrorista que de casarse", y con todo y a pesar de todo Bridget, la soltera de oro por excelencia, inaugura su cuarta década incansable, quizá no buscando el amor de esa manera tan determinada con la que nos hacía reír en 'El diario de Bridget Jones', pero si con un optimismo sentimental que brillaba por su ausencia en esas líneas de los films de Nora Ephron y Nancy Meyers.

'Bridget Jones' Baby' arranca con unas notas inconfundibles para todos los fans de la comedia romántica y sin duda imperdibles para aquellos que recuerdan con cariño a esta londinense amante de las palabrotas, los propósitos de año nuevo, el alcohol y los cigarrillos. Comienzan a sonar justo antes de que podamos ver a esta soltera de oro disponiéndose a soplar una única vela, una vela que marca el inicio de un año más. Un año más soltera, un año más aguantando los chascarrillos de turno, ¿un año más compadeciéndose de si misma?

Renée Zellweger en 'Bridget Jones Baby'

No, bienvenidos a la comedia romántica del siglo XXI. Bienvenidos a la representación de un desastre de mujer que no se rinde y que ha conseguido todo por si misma. Una mujer independiente, que ha triunfado en el mundo laboral y que decide celebrar su cumpleaños desmelenándose como nunca, sí, a los 40. Dándolo todo sin medida y sintiéndose culpable después. "No, soy una mujer que disfruta de su vida y hace lo que quiere". Bridget se lo tiene que recordar a si misma y eso no es más que uno de los detalles que hacen maravilloso a este personaje interpretado por Renne Zellweger, una mujer que 12 años después del estreno de la secuela de la saga, sigue dando vida como nadie a esta "solterona" que de una manera u otra se te mete bajo la piel

"Solterona". ¡Qué maravilla! Qué maravilla como el guión, escrito por Dan Mazer y Emma Thompson, con la colaboración de la propia autora de la novela, Helen Fielding, se ríe de todo. Del machismo, del feminismo, de los tópicos, de los cuentos de hadas y de la vida en general. Y lo hace con una sutileza y un tono, con un humor y una picardía, con un sarcasmo y una inteligencia, que es una pena vayan a pasar desapercibidos para muchos que no se acercaran ni a kilómetros a este film porque es una comedía romántica y encima una tercera parte.

Renée Zellweger, Colin Firth y Patrick Dempsey en 'Bridget Jones Baby'

Lo mejor es que Mazer, Thompson y la directora del film Sharon Maguire, simplemente aprovechan estos dos factores para sumergirse en un mundo femenino que aun aterra lo mismo que despierta indiferencia en muchos. Un universo que lo mismo es hilarante, como entrañable, contradictorio o inocente. También absurdo, como la protagonista de la cinta, pero sobre todo rico, y rico de la manera más difícil posible: rico sin que te des cuenta. Lleno de reflexiones ocultas detrás de las risas ligeras. Carcajadas que por cierto, vienen de la mano de Thompson gracias a su libreto, pero también gracias al personaje secundario que se reserva en un film sorprendentemente bien hilado.

Una película que arranca con una Bridget que se queda embarazada y no sabe quién es el padre. Si Mark (Colin Firth), su adorado señor Darcy con el que no logró comer perdices, o Jack (Patrick Dempsey), un apuesto y rico príncipe azul que cae del cielo a la cama de está productora más que acostumbrada a pasarse la vida apagando fuegos. Total que el desaguisado es fino y ¿predecible? Quizá en algún momento, algo que no impide que la historia cumpla su cometido: el de hacer reír, entretener y plantear cuestiones que no estaría de más se siguieran debatiendo en el día a día.

Renée Zellweger y Gemma Jones en Bridget Jones' Baby

Liberada y reivindicativa

La independencia de la mujer, la maternidad más allá de los 40 y sin pareja, la compatibilidad del trabajo con la vida familiar, los estereotipos asociados a las etapas de la vida y todas esas casillas que se supone tenemos que ir marcando, la frivolidad de la sociedad en que vivimos... Quizá en alguna escena la insistencia por reivindicar según que temas se plantee de manera algo forzada, detalle nada difícil de perdonar teniendo en cuenta que a cambio lo que nos queda es un ¿final? de la saga más que perfecto (sobre todo después de aquella fallida segunda parte).

Firth y Dempsey hacen su trabajo como deben, dejando que Zellweger se luzca mientras cumple cada uno su cometido, el primero representando ese gran amor, y el segundo encarnando ese mundo de posibilidades que existen más allá de "Mr. Right", eso si, el primero acierta bastante más, con a esa llama que logra volver a encender junto a Zellweger, y esos guiños a algunos de los mejores momentos de la saga. Dempsey, que no cuenta con esa ventaja, además de tener que luchar contra una pareja más que asentada, lidia con un problema de química difícil de solventar, que no perjudica demasiado en conjunto, pero que sin duda le resta emoción a un tira y afloja que cuando cuenta con el trío en la escena, funciona a las mil maravillas.

Emma Thompson y Renée Zellweger en 'Bridget Jones Baby'

Eso si, la ausencia del Daniel Cleaver de Hugh Grant se siente en cada fotograma, y es que a pesar de que está justificada con una escena estupenda, pone de manifiesto la falta de empaque del nuevo, un Dempsey que parece haber perdido parte de ese carisma que derrochase en la pequeña pantalla, en el momento en que pasó a mejor vida en 'Anatomía de Grey'. Aún así como contrapunto de Firth no esta desacertado y tampoco es insufrible al lado de un elenco de secundarios que sigue funcionando como un reloj, quince años después de que conociésemos a esta mujer que por mucho que se caiga no deja de levantarse. 

'Bridget Jones' Baby' es un batiburrillo de chistes más o menos originales o ingeniosos que no descubre América ni falta que hace, porque esconde, bajo una patina de chascarrillos conocidos, esa mirada sarcástica hacía la vida de una mujer que en su etapa madura no encaja en lo que la sociedad, su madre loca, o sus expectativas esperaban, algo que sin duda motiva y sostiene una historia que funciona. Con Bridget sientes y te ríes, y también lo haces por ella, un vínculo que nace de lo entrañable del personaje y de una esencia que, más de dos décadas después, vuelve a brillar.

Nota: 7

Lo mejor: El regreso de la Bridget que vimos en el film original, caótica, autentica y divertida.

Lo peor: Que ciertas reivindicaciones se cuelen con calzador.