15 películas gore recientes que tienes que ver (con el estómago vacío)

En 2007, Corea del Sur se sumaba a la producción de títulos extremos con 'The Butcher', ópera prima de Kim Jin-won en la que seremos testigos de cómo cuatro personas encerradas en una granja, se convierten en protagonistas de una película snuff.

Lo novedoso viene dado por el hecho de que las víctimas llevan una cámara de vídeo sujeta a su cabeza, lo que convierte al espectador en voyeur absoluto, pues vivirá como si fuese en primera persona la barbarie que el perturbado director y un psicópata con una máscara de cerdo están dispuestos a llevar a cabo.

El espíritu del splatter más gamberro y del slasher ochentero se dan la mano en 'Gutterballs', título de semi-culto en determinados círculos que demuestra una de las máximas del cine de terror: con poco presupuesto y mucho amor al género, pueden hacerse grandes cosas.

Dirigida por Ryan Nicholson, con un presupuesto de 250.000 dólares, se trata de un ejemplo de cine realizado según la old school, que no se anda con ningún tipo de remilgo a la hora de mostrar escenas de sexo, sangre a raudales y gore, mucho gore. Que ya que queremos clasificación R, la queremos por todo lo alto.

Dos años después de escandalizar a medio mundo con 'The Human Centipede' (título que también podría formar parte perfectamente de la presente selección), Tom Six le dio una vuelta de tuerca a la premisa de su enfermiza película para regalarnos un ejemplo de metacine à l'auter.

Para ello, creó un personaje aún más perturbado que el Dr. Heiter (Dieter Laser) de la primera entrega, la cual convierte en película dentro de una película, con la que Martin (Laurence R. Harvey), un solitario trabajador del turno de noche de un parking de Londres, vive obsesionado hasta el punto en que decide homenajear su film favorito creando un ciempiés humano aún mayor.

Quienes la hayan visto, podrán corroborar que se trata de una de las películas más enfermizas y desagradables que se han rodado, la cual lleva hasta el límite lo grandguiñolesco de su puesta en escena, y para la cual se agradece mucho el hecho de que se optase por una fotografía en blanco y negro, por aquello de suavizar ciertos tipos de salpicadura.

Con 'Hatchet' (la primera de una trilogía), Adam Green recupera el splatter e instaura en los pantanos de Lousiana la leyenda local de un despiadado monstruo dispuesto a todo por vengar la muerte de su querido padre.

Con claras reminiscencias a la historia de Jason Voorhees, conoceremos al salvaje Victor Crowley (Kane Hodder), una versión 2.0 del típico film de asesino serial, donde asistimos al nacimiento de una nueva estrella para el género que será la protagonista absoluta de una trilogía donde primarán el bodycount y las brutales ejecuciones en mitad de una historia llena de clichés y personajes tópicos dispuestos a perder la vida ante las temibles garras de la muerte.

Por si fuese poco, las tres películas, en las que podemos ver los rostros de Robert Englund, Tony Todd, Danielle Harris o Joshua Leonard ('El proyecto de la bruja de Blair'), se alzarán como claro homenaje al género.

Desde Hong Kong, en 2010 llegó una de las críticas más feroces a la crisis económica iniciada en 2008 y a la especulación inmobiliaria.

Dirigida por Ho-Cheung Pang y protagonizada por Josie Ho (Mejor Actriz en el Festival de Sitges de 2010), cuenta el desengaño del personaje que interpreta esta, Cheng Lai, quien desde niña ha vicido en un viejo edificio frente a Victoria Bay, con unas impresionantes vistas al mar y al resto de la ciudad.

Dispuesta a todo por conseguir su sueño, hará lo que sea por hacerse con una de esas viviendas, aunque tenga que hacer que los vecinos estén dispuestos a vender a un precio asequible.

Impulsor del denominado 'Nuevo Extremismo Francés', Alexandre Aja continuó ligado al remake (Las colinas tienen ojos', 'Reflejos') con una revisión del clásico de Joe Dante.

La 'Piraña 3D' de Aja se convierte en un festín de sangre sin concesiones y en un divertimento que, bajo el clásico formato de monster movie, consigue estallar en la memorable escena del ataque masivo de las adorables pirañas prehistóricas sobre los jóvenes sedientos de alcohol y sexo, dispuestos a pasar unas vacaciones de primavera en el lago Victoria inolvidables.

El 'Hobo with a shotgun' original fue un tráiler falso que acompañó a 'Grindhouse: Planet Terror' y 'Grindhouse: Death Proof' en su estreno en cines estadounidenses, y como pasó con 'Machete', logró convertirse en película dadas las expectativas que levantó.

Dirigida por Jason Eisener y protagonizada por Rutger Hauer, cuenta como un vagabundo decide tomarse la justicia por su mano y, acompañado por una joven prostituta, limpiar las calles de pandilleros y policías corruptos bajo del lema del "todo vale". Con cierto espíritu trash de la Troma (sin serlo) y su sentido de autoparodia, se trata de un buen ejemplo de recuperación del exploit setentero al que le sobran litros de sangre.

En territorio europeo, queda claro que la hegemonía del ultragore le pertenece a Alemania, pero no olvidemos que más al sur, en Italia, es de donde surgieron grandes clásicos del gore y figuras clave para el terror como Dario Argento, Ruggero Deodato, Lucio Fulci, Umberto Lenzi o Sergio Martino.

Con los ojos puestos en el cine de Olaf Ittenbach, Timo Rose y Andreas Schnaas, pero consciente de la historia del cine de género italiano, Emanuele De Santi presentó en 2011 'Adam Chaplin', brutalísimo ejercicio de serie B de carácter gore-festivo, donde las explosiones de cráneos, las tripas, desmembramientos y litros de sangre son el principal elemento de una historia de venganza al más puro estilo de 'El Cuervo' con sobredosis de LSD y anabolizantes. Una delicia para los amantes del gore más puro.

Remake no confeso de 'Posesión infernal', la segunda película de los suecos Sonny Laguna & Tommy Wiklund, 'Wither', nos regala unas actuaciones bochornosas, donde el espíritu amateur consigue impregnar cada secuencia.

Para contrarrestar, cuando deciden pasar a la acción, no escatiman en gastos y convierten el film en una orgía sangrienta que, pese a algún desliz de sangre generada con ordenador, contenta a los más puristas del género, aquellos que seguimos apostando, en pleno siglo XXI, por los efectos especiales artesanales.

Lloyd Kaufman, mandamás de nuestra querida Troma, en 2012 decidió sacar del baúl de los recuerdos una de las sagas míticas de su factoría, 'Class of Nuke 'Em High' ('Mutantes en la universidad'). Para ello, realiza una secuela directa del título original (que ya tuvo dos continuaciones a principios de los noventa).

En 'Return to Nuke 'Em High. Volume 1' ('Mutantes, el regreso. Volumen 1') vuelven los fluidos radioactivos a Tromaville, por no hablar de los vómitos de colores, los cuerpos derretidos, granos y pústulas. La Troma que siempre hemos querido, en todo su esplendor.

Apadrinado por los mismísimos Sam Raimi y Bruce Campbell, en 2013 el uruguayo Fede Álvarez presentaba su visión personal de un clásico de la talla de 'Posesión infernal'.

Apostando por los efectos artesanales y un gore como el que hacía tiempo que no veíamos en una pantalla de cine, la nueva 'Evil Dead' no solo homenajeó a su homóloga, sino que se pasó a formar parte del selecto grupo de remakes que sí merecen la pena.

De nuevo, Italia como país de producción de un título ultragore, dirigido esta vez por Giulio De Santi y bajo el nombre de 'Hotel Inferno'.

Con una puesta en escena que imita a la de los videojuegos, y en la que el punto de vista del protagonista es la del espectador (como en 'Hardcore Henry'), viviremos como si fuese en primera persona cómo un asesino a sueldo, obligado a portar unas gafas a través de las que su contratante podrá ver los asesinatos que lleve a cabo, deberá enfrentarse a una serie de enemigos y fuerzas de un más allá que parecen amenazar no únicamente su existencia, sino la de todo el planeta.

Salvaje hasta decir basta, es el divertimento perfecto para observadores de partidas de videojuegos.

Los más instruidos en el gore (y los que no, seguro que también) conocerán a la perfección una de las sagas más infames del cine japonés, 'Guinea Pig', compuesta por seis mediometrajes rodados entre 1985 y 1989.

A nadie mejor que a Stephen Biro se le ocurriría el realizar su homenaje a la serie. Presentada bajo el nombre de 'American Guinea Pig: Bouquet of Guts and Gore', se trata de su personal carta de amor al gore más enfermizo, además de ser una especie de remake velado de 'Flowers of Flesh and Blood', aquella en la que una mujer era secuestrada, torturada y descuartizada de forma minuciosa por un perturbado.

En esta ocasión, y con el aspecto enfermizo de estar ante una película snuff real, dos mujeres que han sido secuestradas por una banda de maníacos serán desmembradas en un espectáculo no apto para sensibles.

'Headless' es el spin-off de 'Found', y se trata de la película con la que el asesino de ésta vivía obsesionado.

Clara candidata a ser uno de los títulos más desagradables del cine reciente, su principal problema es que también es aburrido como pocos. Presentada como "una película perdida de 1978", se trata de una orgía de sangre, tripas, desmembramientos, necrofilia y canibalismo que, si bien podría tratarse de un film harto transgresor al estilo de títulos como 'Nekromantik' o 'El Rey de la Muerte', pasa a jugar en la liga de otros ejemplos del ultragore alemán en la línea de Ittenbach, creador de festines de sangre sin alma como 'Schraam' o 'Premutos, el ángel caído'.

Fue una de las sensaciones en el circuito de festivales de género en 2015. Basada en su cortometraje homónimo, Can Evrenol presentó 'Baskin' en casi todos los rincones del mundo, levantando odios y pasiones a partes iguales, en un título que trae a la memoria el universo malsano de Clive Barker.

Un mundo de pesadilla, sucio y repleto de unas criaturas tan abominables que convierten a 'Silent Hill' en Disneyland, 'Baskin' es uno de los descensos al Infierno más escabrosos del cine reciente. Porque Turquía está despuntando en la producción de cine de horror, y la ópera prima de Evrenol es un gran ejemplo de ello.