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CRÍTICA

'American Honey': La carretera hacia la nada

Andrea Arnold dirige 'American Honey', ganadora del Premio del Jurado en el 69º Festival de Cannes. Protagonizada por Sasha Lane y Shia LaBeouf.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 16 de Noviembre 2016 | 13:02
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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La nueva generación de jóvenes en Occidente ha sido una constante en el cine de los últimos años, especialmente con un enfoque claramente decadente y pesimista sobre una juventud que carece de futuro en una sociedad excesivamente capitalizada. La británica Andrea Arnold, que ya habló de ese tema en 'Fish Tank', se adentra en la juventud estadounidense con 'American Honey', su primera película rodada en Norteamérica y que se alzó con el Premio del Jurado en el 69º Festival de Cannes.

American Honey

Star es una adolescente que vive con una familia desestructurada. Harta de su situación, la joven decide escapar de allí. Pronto se une a un grupo de jóvenes que gana la vida vendiendo casa por casa suscripciones de revistas. De esa manera, Star recorrerá el medio oeste de Estados Unidos con una banda de marginados que disfrutan de la vida entre alcohol, sexo, pequeños delitos y algún que otro romance. En medio de ello, Star conocerá a Jake, el líder del grupo y un alma libre.

Un rumbo sin destino

Como se ha comentado, Arnold ya tiene experiencia sobre la juventud, en 'Red Road' mostró la venganza de una joven ante el hombre que destrozó su vida; en 'Fish Tank' enseñó la ambivalencia de una adolescente ante la llegada del nuevo novio de su madre; mientras que en 'Cumbres borrascosas' abordó la pasión del amor en plena época de primavera.

American Honey

En 'American Honey', Arnold se enmarca en su proyecto más arriesgado, no sólo por su metraje, sino por la forma en la que está filmada, llegando a tener momentos en los que parece que se está ante un documental sociológico. La directora pretende criticar cómo el capitalismo más salvaje ha dejado a toda una generación de jóvenes no sólo sin futuro, sino también sin esperanzas ni ánimo de seguir hacia delante. No obstante, Arnold peca de ser excesivamente efusiva en este relato de "outsiders" que malviven pero que se sienten libres, lo que provoca que la cinta incite hacia una vida apartada del sistema.

Eso resulta un potente mensaje pero la directora se empeña en remarcar que es posible ser feliz sin dinero tanto que logra convertirse en una película autocomplaciente en la que Arnold ha tenido una idea pero que no desarrolla, quedándose en una superficie en la que todo son fiestas, sexo, alcohol y libertad. Eso sí, deja momentos realmente impactantes como la llegada del personaje de Shia LaBeouf a la fiesta de los vaqueros a la que se ha apuntado Star (Sasha Lane). Sin embargo, la cinta no deja de ser una constante de flashes impactantes que se convierten en reiterativos gracias a su excesivo metraje, casi tres horas de duración.

American Honey

Lo profundo de Estados Unidos

Y ahí reside el principal problema de 'American Honey' y que sorprenda su victoria en Cannes, que la cinta no llega a tener un camino concreto, provocando que se convierta en un valioso largometraje pero sólo en escenas, sin saber claramente qué quiere transmitir la directora más allá de lo injusto del capitalismo en los lugares más recónditos de Estados Unidos, aquellos donde hay aún vaqueros y muchas pistolas.

Esto provoca que 'American Honey' no sea una película mala, pero que dista mucho de una cineasta con títulos impactantes como los nombrados anteriormente, quedándose en pequeñas fotografías de unos chicos que viven fuera de los márgenes de la sociedad pero nada más, y eso no justifica sus casi tres horas de metraje. Eso sí, el que sea una "road movie" la convierte en una propuesta exótica que recuerda a 'On the Road', de Walter Salles, otra película de jóvenes que se van de aventura por la carretera. Dos películas que no se quedarán guardadas en el recuerdo del espectador, sinceramente.

Nota: 6

Lo mejor: Escenas concretas donde se puede ver el hartazgo y la furia de unos jóvenes sin futuro.

Lo peor: Es reiterativa, no se sabe qué quiere decir y su duración es demasiado extensa.

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