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CRÍTICA

'La madriguera': La eterna trampa

El debut de Kurro González en la dirección fracasa a la hora de mantener el interés en unos personajes apresados por las cadenas del género mal conducido.

Por Alejandro Rodera Herrero 2 de Diciembre 2016 | 13:30

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Encierra a tus personajes y sácales todo el jugo emocional. Esa es una práctica muy habitual en el cine, ya que no hace falta contar con veinte localizaciones diferentes para ser grandilocuente. Pero como sucede con toda práctica, si no se aplica de la forma correcta, el resultado final no hace otra cosa que destapar las vergüenzas del mecanismo elegido para contar la historia. Dentro de esa tradición del espacio (casi) único, la ópera prima de Kurro González, 'La madriguera', tiene detalles formales llamativos, pero sobre todo denota un exceso de confianza en un refugio que no genera tanto interés como debería.

'La madriguera'

El debut de González cuenta con un personaje principal que, lógicamente, justifica ese encierro, físico y emocional. Francisco Conde interpreta a un escritor traumatizado por eventos sucedidos en el pasado y en proceso de elaboración de su siguiente novela. Emergen así las habituales inseguridades del creador y la dosificación de información acerca de qué provocó ese estado de shock psicológico. Aunque no salga de su casa, ligeramente bajo el nivel del suelo, cual guarida animal, no es tanto una víctima de la agorafobia, sino de la pérdida del interés por vivir. La pasión ha huido de su vida, y aparentemente nada podrá reponerla. Pero ahí entra la joven interpretada por Adriana Torrebejano, que llega de la editorial para impulsar la finalización del libro. La dulce mirada y el flirteo propio de quien admira a la persona que tiene delante, y quiere conseguir algo de ella, son las cartas de presentación de esa aspirante a escritora, que será la que sufra la verdadera lucha de la película.

Lo más elaborado por parte de González no son esos dos personajes, que a medida que pasa el metraje van perdiendo latidos y potencia, sino el espacio en el que se mueven. El problema reside en que por muy detallada que sea la construcción de la atmósfera en la que sucede prácticamente toda la historia -que no es para nada una tarea fácil-, esa carencia de atractivo de los dos protagonistas va minando progresivamente lo que tenía potencial suficiente como para ser un inquietante thriller. Las dudas se van desperezando, uno se cuestiona si el encierro de ella es deseado o si realmente está recluida a la fuerza. Tantos fracasos seguidos y la falta de una química más sólida entre ambos revientan por ambos bandos la capacidad de atraer de forma regular. González mantiene un buen ritmo durante la mayor parte del film, ya que este arranca con fuerza y algo de ese primer empuje va sobreviviendo, pero por mucho que ponga a sus personajes contra las cuerdas, lo que saca de ellos no merece el tiempo completo de la película. Y unos personajes débiles es la mayor losa que puede tener una película.

'La madriguera'

La experiencia que el espectador viva con 'La madriguera', como sucede con todas las películas, dependerá totalmente de hasta qué punto se vea atrapado por la burbuja de la narración. En mi caso el estallido de esa pompa se produjo demasiado pronto, convirtiéndome en un mero testigo del transcurso de unos eventos demasiado ajenos. Una pesada losa que se deposita sobre la cinta es el estreno este mismo año de otra película con la que comparte demasiados detalles, lo cual hace inevitable la comparación. 'Calle Cloverfield 10' planteaba un encierro similar, pero en aquella la tensión estaba latente en cada secuencia. Preocupaba el destino de los personajes, sobre todo el de Mary Elizabeth Winstead. En un espacio muy reducido se manufacturó una acción trepidante con pequeñas situaciones, mientras que en 'La madriguera' las delicadas paredes se van derrumbando a base de empujar demasiado con una relación que se siente incómoda en todo momento.

De los pequeños papeles que aportan algo de aire a la película destaca el policía interpretado por Carlos Santos, mientras que la aparición de Cristina Castaño, aunque fundamental en el transcurso de la historia, no tiene tanto impacto en pantalla. En definitiva, Kurro González no ha conseguido intrigar con 'La madriguera', y esa es la mayor traición que se puede propinar a un género como el thriller.

Nota: 4

Lo bueno: Es un debut atrevido por parte de Kurro González, aunque no consiga un resultado satisfactorio.

Lo malo: Cuando un thriller no es capaz de mantenerte interesado por sus personajes, hay que replantearse algo.