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CRÍTICA

'El perdido': Primitivismo experimental

Crítica de 'El Perdido', la nueva película de Christophe Farnarier. Estreno en cines el 2 de diciembre.

Por Javier Parra González 2 de Diciembre 2016 | 16:00

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Basada en un hecho real acontecido en la Andalucía de los años noventa, 'El perdido' de Christophe Farnarier deja a un lado el documental para presentarnos su primera obra de ficción, pese a que esta esté más encaminada hacia una línea de cine pseudo-experimental, donde el relato se transfigura a partir de la catarsis personal que el protagonista decidirá emprender aislándose del mundo para aventurarse a una vida en solitario en plena naturaleza.

El Perdido

Ganadora de tres Biznagas de Plata en el Festival de Málaga de 2016, que dentro de la sección Zonazine fue reconocida con los premios a Mejor Película, Dirección e Interpretación Masculina para Adri Miserachs, 'El perdido' funciona como título de aventuras minimalista, cuya trama puede no parecer original pero a su vez se convierte en novedosa por el tipo de dispositivo que Farnarier utiliza.

Con ciertas reminiscencias al ambiente bucólico que ya nos presentó en 2009 con 'El somni', el nuevo título del realizador marsellés, que en su recorrido por festivales también cuenta con el haber formado parte de la programación del D'A - Festival Internacional de Cinema d'Autor de Barcelona, es toda una experiencia de catarsis en la que el espectador se convierte en observador impasible frente a la descivilización voluntaria del protagonista.

El Perdido

Pudiendo recordar a otros ejemplos cinematográficos en los que ser humano y naturaleza convergen para depurar al protagonista de turno y devolverlo a su estado primigenio, véase 'Hacia rutas salvajes' o 'Alma salvaje', el mensaje que pretende hacernos llegar Farnarier está más cerca de lo que Sean Penn consiguió al adaptar la obra de Krakauer, que el hecho de convertir la conexión con el lado salvaje de la naturaleza en una suerte de purga emocional con la que redimirse, algo que bien puede extraerse como conclusión del film de Jean Marc Vallée.

Cambiando la Andalucía donde tuvieron lugar los hechos por la comarca catalana del Ripollès, en la zona del Pirineo, y sin conocimiento previo de la motivación real por la que el personaje encarnado por Miserachs decide dar ese rumbo a su vida, 'El perdido' podría funcionar a la perfección como ensayo cinematográfico, lo cual supone el verdadero germen de la película, pues en un primer esbozo del proyecto se pretendía filmar cómo sería la vida de una persona en plena naturaleza.

El Perdido

Así pues, y navegando entre las aguas del cine experimental y el documental ficcionado, estamos ante uno de los ejemplos cinematográficos más arriesgados que se hayan podido ver en nuestras pantallas esta temporada. Un tipo de cine casi invisible, cuya voz se alza por encima del viento que susurra a través de las nevadas laderas y el torrente de los riachuelos en los que el perdido del título realiza una conexión completa con la naturaleza, llegando a alcanzar el estado primitivo que pretende mostrar la película, la cual cumple con todas sus creces por obra y gracia de un actor totalmente entregado a la causa (afirmación más que constatable a la hora de contemplarlo en acción).

Nota: 6

Lo mejor: La impecable puesta en escena, pese a la precariedad de recursos, y el disfrutar de la total entrega de Adri Miserachs.

Lo peor: Cuesta entrar en su dinámica silenciosa, pudiendo ahuyentar a parte del público (aquellos que no sepan a lo que van) en su primera mitad.

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