'Ocean's Eleven': Bruce Willis como Danny Ocean y otras 7 curiosidades

Con un reparto tan amplio y plagado de estrellas, raro sería que no hubiera algún conflicto de egos. En este caso, el protagonista fue Don Cheadle. El actor había colaborado con Soderbergh un año antes en 'Traffic', pero eso no le sirvió para figurar como uno de los nombres más importantes de la película en sus créditos. Cheadle exigió aparecer a la altura de Pitt, Clooney y Damon, algo que le fue negado. ¿Su respuesta? No me pongáis. Por esa razón su nombre no aparece, aunque en las secuelas ya se aceptara su exigencia.

Hace un par de años Soderbergh -en pleno "retiro"- subió a su página web una educativa versión silente y en blanco y negro de 'Indiana Jones en Busca del Arca Perdida'. Y esa inquietud también quiso manifestarla en 'Ocean's Eleven', a excepción de la exclusión de los diálogos. El realizador mostró a Warner Bros. sus intenciones de grabar la película en blanco y negro, a lo que el estudio le respondió como haría cualquier major: si quieres grabar así, reduce el presupuesto. Entonces Soderbergh se replanteó su estrategia y se pasó al color. Aun así todo el reparto trabajó por debajo de su caché para que el proyecto saliera adelante.

La esencia formal del cine es básicamente la repetición, y Brad Pitt lo sabe bien. En la escena en que su personaje, Rusty, y el de Damon, Linus, espían a Tess, encarnada por Julia Roberts, hubo que mantener el raccord a base de gambas. Rusty tenía entre sus manos un cocktail de ese marisco, y debido al número de tomas, Pitt terminó comiéndose cuarenta gambas.

Teniendo en cuenta el entorno en el que se rodó la película, fue complicado para los actores no sucumbir a las tentaciones del juego y las apuestas. A pesar de su liderazgo en la película, George Clooney no fue precisamente un ejemplo a seguir en el casino, ya que se las apañó para perder 25 veces al blackjack de forma consecutiva. Lo de contar las cartas no entraba en sus planes. En cuanto a quién se alzó como mejor jugador hay ciertas discrepancias, ya que Clooney clama que fue Matt Damon -que ya venía experimentado de 'Rounders'-, y Damon señala a Brad Pitt.

Matt Damon y Mark Wahlberg han sido confundidos el uno con el otro en repetidas ocasiones. Tanto que llegaron a un acuerdo por el que cuando un fan les confundiera con el otro, le seguirían el juego. Puede que esa confusión entre la gente hubiera sido alterada -o incrementada- si el papel de Linus hubiera ido a parar al actor que tenían en mente desde el primer momento. Sí, Mark Wahlberg. Pero prefirió irse a trabajar con Tim Burton en otro remake, el de 'El planeta de los simios'.

La fama del elenco masculino era indudable, ya que Soderbergh reunió a lo mejor de Hollywood en esta coctelera, pero había otro nombre que destacaba por encima del resto. Tras haber ganado el Oscar con 'Erin Brockovich' un año antes, Julia Roberts volvió a colaborar con el cineasta, y pudo tener algo que ver el interés de George Clooney, al que todavía no había conocido en persona. Cuando le llegó el guion de la película a Roberts, venía acompañado por un billete de 20 dólares y una nota de Clooney: "He escuchado que cobras 20 por película ahora." A modo de broma por el astronómico caché de 20 millones de dólares que se había granjeado Roberts en aquel momento.

Otro sonado rechazo fue el relativo al papel protagonista, el de Danny Ocean; ya que Bruce Willis ya se había comprometido a interpretar a Ocean cuando tuvo que abandonar la película por conflictos con otros proyectos. En cuanto a los hermanos Malloy, también había otras dos posibilidades muy interesantes. Los hermanos Owen y Luke Wilson también rechazaron formar parte del film, en su caso para formar parte del elenco de 'Los Tenenbaums', con su amado Wes Anderson.

Con todo el pescado vendido, al final de la película el grupo se separaba en la fuente del Bellagio. Un travelling nos despedía de los personajes, contemplando el casino por la noche. Esa escena fue la última que se rodó y fue parcialmente improvisada. Soderbergh tenía claro que Brad Pitt sería el primero en romper la formación, y que Carl Reiner sería el último en irse. Entre medias, cada uno se marchó según su propio criterio, para conseguir el efecto más natural posible.