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CRÍTICA

'La comuna': Asamblea de familia

Tras 'Celebración', 'Submarino', 'La caza' y 'Lejos del mundanal ruido' llega 'La comuna', la nueva película de Thomas Vinterberg, Oso de Plata a la mejor actriz en el 66º Festival de Cine de Berlín.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 16 de Diciembre 2016 | 13:21
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Thomas Vinterberg es de esos realizadores que da una de cal y otra de arena. Tras la brutal y maravillosa 'La caza' y la elegante y romántica 'Lejos del mundanal ruido', el cineasta vuelve con 'La comuna', Oso de Plata a la mejor actriz en el 66º Festival de Cine de Berlín y premio al mejor montaje en los 29 Premios de Cine Europeo, una película con tintes autobiográficos pero que no acaba de convencer del todo.

La comuna

Años 70. Erik y Anna son un matrimonio de mediana edad y con una situación económica estable: Él es profesor de arquitectura en la Universidad de Copenhague y ella presentadora de los informativos de la noche. Cuando él hereda la casa familiar tras la muerte de su padre, en lugar de venderla, la familia decide trasladarse allí y convertirlo en una comuna en la que todo será idílico al inicio pero en la que pronto empezarán a haber redecillas y rencores personales.

Recuerdos de la infancia de Vinterberg

Inspirada en su propia vida, Vinterberg vivió de niño en una comuna con sus padres junto con su hermana mayor, el cineasta muestra con alma lo que quiere narra: Los problemas de convivencia familiares en un ambiente tan libre que provoca la ruptura de la prole. Porque la temática de la comuna es una mera comparsa del drama familiar que sufren los protagonistas, un matrimonio que se resquebraja.

La comuna

De esa manera, lo que tendría que convertirse en una película que muestre los pros y los contras de la convivencia grupal se torna en un drama de un triángulo amoroso con un final ciertamente exagerado y demasiado sentimental. Cierto es que Vinterberg tiene momentos de lucimiento, los cercanos a la comedia como las votaciones democráticas de la comuna al inicio o el baño de todos los miembros desnudo al más puro estilo hippie. Sin embargo, eso no logra evitar que se tenga cierta sensación de estar viendo más un drama familiar que de una convivencia grupal.

Irregular retrato de la vida comunal

En ese sentido, la cinta funciona, en parte por la química entre Ulrich Thomsen y Trine Dyrholm, que ya coincidieron en 'Celebración'. Sin embargo, Vinterberg vuelve a cometer el error, especialmente en el último acto, de no saber exactamente lo que desea narrar, provocando momentos excesivamente dramáticos para lo que estaba contando. Cierto que deja alguna pincelada a la dificultad de vivir en grupo, como también de evocar una época de atrevimiento y ruptura de convencionalismo que cayó en saco roto. En eso, la cinta se queda por detrás de 'My Queen Karo', de Dorothée Van Den Berghe, en la que sí se mostró los problemas de convivencia de una comuna, como también supo aportar la visión de los niños, que en la propuesta de Vinterberg no logra surtir el mismo efecto.

La comuna

De esta manera, se está ante la película más irregular del cineasta desde 'Cuando un hombre vuelve a casa'. Cierto es que 'La comuna' desprende aroma de autor y ese toque personal y biográfico que deseaba el realizador. Sin embargo, eso no es suficiente para una historia demasiado convencional y que no está al altura de su filmografía.

Nota: 6

Lo mejor: Trine Dyrholm, que recuerda a la interpretación de Catherine Deneuve en 'El viaje de Bettie' y 'Un cuento de Navidad'.

Lo peor: El que utilice la comuna para hablar, realmente, de un drama familiar.