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CRÍTICA

'Cincuenta sombras más oscuras': Sexo descafeinado con un toque de humor

La segunda entrega de la trilogía sexual de 'Cincuenta sombras' llega a los cines. Dakota Johnson y Jamie Dornan vuelven a ponerse en la piel de Anastasia Steele y Christian Grey. En cines el 10 de febrero.

Por Diego Alfonso Pizarro Da Costa 11 de Febrero 2017 | 14:28

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Después de dos años de espera, vuelve la trilogía 'Cincuenta Sombras' con 'Cincuenta sombras más oscuras'. Tras la salida de Sam Taylor-Johnson, James Foley ha sido el encargado de dirigir la segunda cinta protagonizada por Anastasia Steele y Christian Grey. El libreto ha estado firmado por Nial Leonard, bajo la supervisión de E.L. James, autora de la famosa trilogía original. Tras la buena recepción en taquilla de 'Cincuenta sombras de Grey', el fenómeno fan esperaba con ansias esta segunda entrega, que incorporaba novedades y ahondaba todavía más en la personalidad de Christian Grey y su relación con Anastasia Steele. Dakota Johnson y Jamie Dornan vuelven a meterse en la piel de los personajes de la trilogía erótica. ¿Habrán conseguido mejorar la química entre ellos?

El film parte después de los eventos ocurridos en la primera parte, en la cual Anastasia y Christian acababan separados. Anastasia empieza su nuevo trabajo en una editorial. El señor Grey no parará hasta recuperar a Ana, quién al final accede a volver a intentarlo con la única condición de omitir los castigos y nada de secretos entre ellos. El pasado de Christian marcará su relación en esta nueva etapa y ambos tendrán que hacer frente a unos recuerdos que todavía hacen daño. Anastasia se dará cuenta que Christian tiene más fantasmas de los que ella creía.

 'Cincuenta sombras más oscuras'

No se puede negar que las adaptaciones cinematográficas de la historia creada por E.L. James no pueden ser tomadas en serio. La calidad literaria de la trilogía erótica ya en su día crearon mucha controversia, ya no destacaba por su profundidad narrativa. Aun así, con la película de 'Cincuenta sombras más oscuras', la producción ha sido más sincera consigo misma. A diferencia del primer film, esta vez ha introducido elementos como el humor, algo necesario en los diálogos que hay entre estos dos personajes, aunque no se sepa si ha sido a propósito o no. Johnson y Dornan se encuentran más cómodos, al saber que lo que van a decir va con la intención de hacer reír y no de ser tomado al pie de la letra. Este nuevo tono ha hecho que, a diferencia de 'Cincuenta sombras de Grey', por lo menos entretenga y no sea tediosa en la mayor parte de su metraje. Permite dar un poco de frescura a la historia, sobre todo porque no es una relación que termine de ser real ni coherente y caiga en la mayor parte de clichés de este tipo de parejas en el cine. Esta vez, es cierto que ha pecado de ser demasiado empalagosa y chirría un poco con los antecedentes vistos en el personaje de Dornan en el film anterior.

El mayor fallo de 'Cincuenta sombras más oscuras' es que al ser sincera, también deja al descubierto sus principales taras, que ya se veían desde el primer film. Una sucesión de situaciones realizadas de forma rápida y abrupta. Una pareja que no termina de tener una química sexual perfecta, aunque es cierto que, por lo menos ahora, recuerda a la típica pareja de amigos sosos que están juntos y acabas cogiendo cariño. El guion contiene un diálogo poco serio y que se queda en el plano superficial constantemente, pese incluso a intentar indagar en el interior de Christian. El personaje de Christian como un hombre sensible no es creíble y su transformación es demasiado rápida, lo que hace que sea a veces irrisorio. Era de esperar que esta entrega estuviera a la altura de la anterior, y es cierto que sus mejoras por lo menos la hacen digerible. Nuevamente, las incorporaciones a la trama principal con los personajes de Kim Basinger o Rita Ora no han sido aprovechados, también se incluye la historia de Leila, interpretada por Bella Heathcote. Esa pretensión de intentar cumplir con la tensión sexual de sus protagonistas y su incursión en otras historias, hace que se queden a medio camino. No sabemos realmente nada de los otros personajes que no sean Ana y Christian, lo que hace que sea un film carente de complejidad escénica.

A nivel técnico, los escenarios que podemos visualizar están cuidados de una manera bastante visible. Los paisajes de las ciudades americanas, la fiesta de disfraces, la escena final que no se puede mencionar... (aunque los fans de los libros saben a cuál me refiero), son estéticamente muy bonitos y se ve el elaborado trabajo de detrás. En esta ocasión, al centrarse más en el espacio físico, se nota un poco la ausencia en la imagen de los personajes, aunque el vestuario de ambos durante el baile de máscaras está muy bien escogido. No se innova a cuanto giros de cámaras y planos, pero por lo menos sí ha ayudado la dirección artística e iluminación en escenas tan importantes como las pocas secuencias eróticas que se encuentran en el film. El sonido y los efectos sonoros han sido muy acertados, al igual que la banda sonora que acompaña a la cinta. Es cierto que en este caso, las canciones no son tan perfectas como si lo fueron en la primera película, pero aun así, tampoco se quedan muy atrás y la música vuelve a ser uno de sus puntos fuertes.

 'Cincuenta sombras más oscuras'

A nivel interpretativo, hay que destacar que hay cierta mejoría tanto en Johnson como en Dornan. Es cierto que nos es difícil de creer esa imagen de bueno de Christian Grey, pero eso forma parte de la personalidad de su personaje que es incoherente. Dornan se ve más cómodo como el empresario y eso se puede ver en las escenas que comparte con Johnson. Aun así, ambos siguen sin encontrar el carisma y la fuerza necesaria para atraer como se supone que deberían. La hija de Melanie Griffith sigue pecando de poco dinámica en algunos momentos y con una falta de sangre que en ocasiones, pone de los nervios. Pese a estos problemas que ya se pudieron ver en 'Cincuenta sombras de Grey', los dos sí han mostrado mayor complicidad como pareja cinematográfica, que no significa que ahora haya una conexión total pero por lo menos no son tan fríos como el témpano como si pasó en la primera entrega. Hay que subrayar que Dornan, esta vez, destaca más que su partenaire aunque puede ser que sea por el giro dramático que tiene su personaje.

Sería interesante hablar sobre el resto de interpretaciones, pero la realidad es que ninguna destaca por encima de la otra y apenas tienen peso en la historia. Kim Basinger parecía que tendría su oportunidad de brillar, aunque fuera un poco, como la Sra. Robinson, también conocida como Elena Lincoln. Pero un par de escenas con Johnson no son suficientes y tampoco se puede decir que vaya más allá de intentar hacerse la misteriosa. Basinger ya no es el sex-symbol que era antes y con 'Cincuenta sombras más oscuras' lo ha demostrado. Una Sra. Robinson carente de personalidad y que únicamente gusta en pantalla en su última aparición en escena. Eric Johnson como el jefe narcisista de Anastasia apenas tiene cierta importancia en un punto de la trama y es una pena, porque a diferencia de Basinger, se puede ver la intención de Johnson por dar temperamento a su personaje. Tal vez en 'Cincuenta sombras liberadas' tenga la oportunidad de poder lucirse. Para finalizar, hay que mencionar a Bella Heathcote, porque su trama es tan inverosímil como su interpretación. Heathcote destaca por dar una interpretación vacía, no conecta con su personaje y carece de gracia. El papel podría haber sido una muestra de sus capacidades, pero por lo visto en pantalla, todavía tiene mucho camino por recorrer.

¿Hemos venido a hablar de sexo?

Lo más gracioso y que más se critica de 'Cincuenta sombras' es la falta de sinceridad en cuanto a sexo se habla. Aunque esté basada en una de las trilogías eróticas con más éxito de los últimos años, las reducidas escenas de sexo ni siquiera hacen honor al material original. Esta vez el sexo es tratado incluso en menor medida que en la primera película. Pese a que es cierto que hay mayor sensualidad, se podría haber aprovechado este material y haber realizado, aunque fueran pocas, escenas sexuales de calidad. Lo que le falta a las películas de 'Cincuenta sombras' es más picante y que cumpla las expectativas del público potencial que va a verlas. Se percibe el miedo a la censura y aunque haya momentos sugerentes, vuelve a pecar de ser demasiado "naive". Esta siempre será una de las contradicciones de 'Cincuenta sombras', un film que ni es una película de amor ni erótica, sino un "quiero y no puedo" constante, aunque esta vez la balanza se ha posicionado más hacia lo romántico.

 'Cincuenta sombras más oscuras'

El final de 'Cincuenta sombras más oscuras' ha sido potencialmente mejor que el de 'Cincuenta sombras de Grey'. La puerta hacia la que será su tercera entrega se ha conseguido de una forma bastante correcta. El cliffhanger en la relación de Anastasia y Christian se percibe de manera que a los fans pueda producirles curiosidad por saber cómo va a terminar su historia de amor. También han sabido encaminar este segundo film como el puente hacia el final, que es lo que realmente se pretendía. En este aspecto, el director ha sabido cerrar con un final abierto adecuado y habrá que esperar a 'Cincuenta sombras liberadas' para ver el esperado desenlace. Esperemos que al ser la última película, también den más peso a otros personajes y no únicamente a Anastasia y Christian, que no sostienen el peso de la película de forma acertada.

'Cincuenta sombras más oscuras' es un regalo para los fans, sobre todo para aquellos que sí les gustó 'Cincuenta sombras de Grey'. Pese a ello, a nivel general vuelve a ser un film de calidad dudosa y que únicamente tiene la intención de entretener. Hay una cierta mejora, en especial con la entrada del humor, pero que no quita que se vuelva a caer en los errores que ya fueron muy criticados en su primera entrega. La conexión entre Johnson y Dornan mejora y tal vez ya para la tercera película se convierta en una relación más creíble. Visualmente está bastante acertada, pero el guion tiene grandes vacíos narrativos y la coherencia expositiva falta en varias ocasiones. Eso sí, se perfila como una película que ha sido más sincera consigo misma y va dirigida a un público específico.

Nota: 4

Lo mejor: El humor utilizado, independientemente de que sea a propósito o no.

Lo peor: La historia es muy superficial y hay muchos agujeros de guion.