å

CRÍTICA

'Lo que de verdad importa': Sobredosis de buenrollismo comunitario

Paco Arango dirige y escribe 'Lo que de verdad importa', considerada la película más solidaria del año, dado el trasfondo que hay detrás de esta producción. En cines el 17 de febrero.

Por Diego Alfonso Pizarro Da Costa 17 de Febrero 2017 | 12:01

Comparte:

Ver comentarios (8)

Paco Arango vuelve a las salas de cine con una nueva apuesta que, al igual que pasó con su debut cinematográfico, 'Maktub', se centra en un personaje central que se verá apoyado por todo un reparto coral. 'Lo que de verdad importa', llamada en inglés 'The Healer' (que traducido literalmente es "El curandero"), sigue el estilo y la dinámica utilizado por el guionista de '¡Ala...Dina!', la serie de televisión de Paz Padilla. La película ha tenido un reclamo de marketing bastante importante, sobre todo porque se trata de un proyecto solidario y totalmente en apoyo a las víctimas de cáncer, en especial, a los niños que, desgraciadamente, lo sufren. Pese a que tiene grandes rivales como 'Jackie, 'El nacimiento de una nación' e incluso 'La Gran Muralla', 'Lo que de verdad importa' se ha convertido en una de las opciones más destacadas en su semana de estreno.

La película gira en torno a Alec, un joven que no consigue encontrarse en la vida. Ahogado por las deudas, recibirá la oferta de un familiar desconocido, que se ofrecerá a pagar todo. La única condición es que deberá volver a Canadá, a la ciudad natal de la familia de su madre, durante un año. Bajo la presión del dinero, Alec decidirá aceptar esta propuesta, lo que no sabe es que allí encontrará sus verdaderos orígenes. Un cambio radical en su vida, que en un principio no sabrá manejar, pero que poco a poco acabará por aceptar su verdadera condición: ser el "curandero" del pueblo.

 'Lo que de verdad importa'

Antes de todo, hay que aplaudir este tipo de campañas y, en especial, en el mundo del cine. Pese a ello, el análisis se debe en relación a la calidad técnica y creativa del film, no a las razones que ha habido detrás de su producción. Uno de los puntos más flojos de la película es su extrema duración, unas dos horas. La razón no es otra que no se trata de una historia compleja o con demasiado que contar y acaba flaqueando en varios instantes, lo que hace que acabe aburriendo al espectador en varios momentos. Narrativamente, durante la primera parte se puede ver una introducción del personaje demasiado detallista pero confusa, sobre todo porque tampoco nos da una impresión completa de él. La profundidad de los personajes se queda en un foco más superficial, lo que hace que sean demasiado caricaturescos y no se termine de conectar con ellos. La realidad, es que es un film que, en ocasiones, no se llega a comprender cuál es el verdadero motivo de lo que nos quieren contar. Se podría haber realizado una estructura y esquema más elaborado, que hubiera permitido ir más allá de buscar una historia lacrimógena que se ve venir desde el principio hasta el final y no produce dicho efecto.

El "buenrollismo" y el "peace and love" que vemos a lo largo de todo su metraje se hace demasiado cansado. No es creíble que estos personajes, los cuáles han pasado por experiencias traumáticas, no muestren ninguna flaqueza ante la vida y aunque la intención de sus historias es ver un contraste, no se encuentra. Es todo demasiado feliz, algo que hace que se recuerde a los telefilms de Disney Channel, mezclados con aquellos que son emitidos los domingos a las 16 horas de la tarde en las cadenas generalistas. Se ve cómo de una manera se subestima al espectador y al público que va dirigido. Por ser una película para familias y/o niños, no significa que deba ser tremendamente "flower power" y carezca de complejidad. Hemos podido ver filmes como 'Del revés (Inside Out)', que entran dentro del marco del cine familiar, que demuestran que hacer algo más elaborado para comprender es posible también para este público. Se puede decir que está al nivel de adaptaciones de novelas de Nicholas Sparks como 'Un paseo para recordar', aunque aquí ni siquiera tenemos esa característica telenovelesca y dramática que sí tienen ese tipo de cintas. Arango ha caído en el maniqueísmo puro, de todo es bueno o todo es malo y en este caso, todos son desesperadamente estupendos. El factor religioso también influye y se ve esa doctrina detrás de la creación de la película. Innecesario.

El guion junto con la historia no termina de convencer. Arango ha cometido el error de querer humanizar a sus personajes sin llegar a hacerlo, por lo que queda un libreto lleno de contradicciones y vacíos que se hacen notorios. Las razones detrás de los personajes y sus inquietudes, en ocasiones, no son entendidas y son resueltas con motivos que ni siquiera son explicados a la audiencia y se da por supuesto que debemos creer cuál es la intención del realizador. Este tipo de historias ya hemos podido verlas, y esto no significa que deban dejarse de ver filmes como estos, pero se puede dar una mayor pasión y una estructura más trabajada, que por lo menos cumpla su función de llevar el mensaje a la gran pantalla. Seguramente Arango ha estado muy prendado de 'Embrujadas' y esto se puede ver en esa intención de poderes extrasensoriales de generación en generación, algo que no tiene sentido de la manera que se expone. La trama amorosa está desarrollada de manera abrupta e innecesaria, algo que se acaba solucionando de la peor forma posible y, sin duda, predecible y poco elegante. Únicamente puede salvarse la trama de Abigail, aunque nuevamente se peca en la manera en la que llega a su desenlace. Fallos que se hacen demasiado consistentes y muy notorios en la pantalla.

 'Lo que de verdad importa'

En el apartado interpretativo, Oliver Jackson-Cohen es el protagonista principal de la cinta. Jackson-Cohen, al que hemos podido ver en películas como 'Dime con cuántos' o 'Salvando las distancias', no transmite lo suficiente como para llegar al público. Apenas pronuncia algunas frases de forma fluida, por lo que se convierte en un personaje carente de carisma y dinamismo. Solamente brilla cuando se encuentra acompañado de Kaitlyn Bernard. Puede ser que físicamente diese el pego como guaperas inmaduro reconvertido en persona seria y centrada pero que, interpretativamente se queda a medio camino. Camilla Luddington, a la cual conocemos gracias a 'Lo que de verdad importa' o 'Anatomía de Grey', no puede lucirse del todo dada la esencia de su personaje. Una partenaire que queda en demasiado segundo plano, pese a la importancia que tiene a nivel general en la historia. No se llegan a comprender sus motivaciones y Luddington se encuentra perdida en varios momentos de la película. Una interpretación correcta, sí, pero no brillante, ni mucho menos destacable. Sí es cierto que Luddington, por lo menos, aporta un poco más de humanidad a su Cecilia, cosa que en el caso de Jackson-Cohen no se produce.

Pese a tener a dos grandes de televisión como Jonathan Pryce y Jorge Garcia, a los cuáles conocemos gracias a series como 'Juego de Tronos' y 'Perdidos', respectivamente, quien se lleva la mejor interpretación en esta película es Kaitlyn Bernard. La joven consigue dar consistencia a Abigail, una niña con un cáncer en estado avanzado. Pese a la dificultad de dar vida a un personaje de estas características, la realidad es que Bernard lo hace de forma bastante natural. Además, nos muestra una perspectiva que se aleja del tremendismo y la tragedia que se suele dar con este tipo de situaciones en el cine, en algunas ocasiones, y tira más hacia lo positivo. Esto hace que su tiempo en pantalla y en el film sea lo mejor y se vea algo positivo en el guion que hay, pero se ve opacado con el final predecible y abordado de una manera que sigue con ese "buenrollismo" tan criticado durante la película. No es necesario que la vida sea perfecta, dado que nadie se cree que todo sea de color de rosa. Aun así, podemos felicitar a la actriz, porque durante sus tramas, consigue entretener al público perfectamente.

Música de cuento, imagen trabajada

Lo que sí ha trabajado Paco Arango ha sido la imagen y es uno de los puntos fuertes de la película. Los escenarios donde se han rodado han dado ese ambiente de fábula cinematográfica que necesitaba el film. La fotografía está muy cuidada, junto a la elección de una paleta de colores que dan una sensación de calidez que te transporta al lugar donde están sucediendo los hechos. La dirección de arte, pese a fallar en algunos elementos que están algo fuera de lugar, la realidad es que recrean a la perfección ese universo del "curandero" y permiten que lo narrativo sea el encargado de dar vida a ese escenario, que desgraciadamente, se ve infravalorado al no estar acompañado con la historia que se está contando. En el plano técnico se puede decir que se ha realizado una buena obra y se nota mucho el trabajo que hay detrás, a excepción del montaje que no ofrece algo innovador pero cumple su función.

 'Lo que de verdad importa'

La música cae en el infantilismo que es lo que le sobra a este film. Volvemos a esa intención de ser demasiado "buenrollista". Es cierto que es una película solidaria, pero lo solidario no significa ser totalmente edulcorado, sino también mostrar aquello que nos lleva a serlo. La dureza y crudeza de algunas realidades, que además, al igual que han hecho con Abigail y su cáncer, se podrían haber enfocado de una forma positiva pero sin caer en la dulcificación de los problemas. Algo que acaba pasándole factura al terminar la película, al igual que pasa cuando comes demasiados dulces, acabas cogiendo un poco de asco al azúcar.

En conclusión, 'Lo que de verdad importa' es un ejemplo de querer ser demasiado inocente y se cae en la ingenuidad provocada. Falta de realismo, de humanidad y sobre todo, de verdad. Una película con un trasfondo maravilloso (y por el que más producciones deberían luchar) pero que a nivel narrativo y artístico no convencen. Una imagen muy trabajada que acaba siendo desaprovechada por un guion que no termina de cuajar. Un reparto inconcluso, con falta de conexión y carisma. En resumen, un cóctel con exceso de buen rollo que hace que sea imposible de creer y de empatizar.

Nota: 3

Lo mejor: El personaje de Abigail, excepto por su final.

Lo peor: El guion y la historia "flower power" que nos intentan vender.

Rostros