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CRÍTICA

'Fences': El amargo legado paterno

Denzel Washington dirige y protagoniza 'Fences', basada en la obra de teatro homónima de August Wilson. Nominada a cuatro premios Oscar, ganadora de un premio SAG y un Globo de Oro.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 24 de Febrero 2017 | 10:51
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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August Wilson dijo: "El jazz en sí mismo no tiene problemas. Es decir, que la música en sí no está luchando... Es la actitud lo que tiene problemas. Mis obras insisten en que no hay que olvidar o tirar nuestra historia". Para su tercer largometraje como director, Denzel Washington se atreve a llevar 'Fences', una de las obras de teatro más reconocidas de Wilson, ganadora de un Premio Pulitzer, a la gran pantalla. El resultado, cuatro nominaciones a los Premios Oscar, un premio del Sindicato de Actores al mejor actor y un Globo de Oro a la mejor actriz de reparto, además de ser considerada una de las diez mejores películas del 2016 por el American Film Institute.

Fences

Años 50, Troy Maxson trabaja recogiendo basura en las afueras de Pittsburgh. Su vida transcurre con aparente tranquilidad. Vive con su abnegada esposa Rose y su hijo Cory, de vez en cuando les visita Lyons, un hijo de una anterior relación, que viene a pedirle dinero a su padre. En medio de esta monótona existencia, Troy no deja que Cory juegue en el equipo de fútbol americano, pues teme que le discriminen como cuando él era joven, que no pudo jugar en el equipo de béisbol. Su esposa le ha pedido que construya una cerca en el patio de su casa, algo que parece hacerse eterno.

Teatro en el cine

Washington opta por hacer algo arriesgado, muy arriesgado. Adaptar, tal cual, una obra de teatro al cine no es una decisión sencilla, puesto que muchos cinéfilos rechazarán una película que tiene más de esencia teatral que lenguaje cinematográfico. Cierto, 'Fences' es una pieza de teatro filmada, por sus excelsos diálogos y sus pocos escenarios. Sin embargo, esa es, quizás, su principal virtud, puesto que el actor y director rinde tributo a Wilson sin modificar ni un ápice su guion, de hecho el libreto sigue firmado por Wilson, fallecido en 2005.

Fences

Partiendo de base que es teatro filmado, su manera de narrar los acontecimientos hacen de ella una película más intensa, que apenas da respiro. De hecho, la esencia teatral es la necesaria para transmitir cierto aroma a amargura y soledad en el personaje de Denzel Washington, que muestra a un hombre que quizás nació en la época equivocada, al que le pesa mucho el legado familiar; un hombre que ha vivido rodeado de desolación y amargura y es incapaz de valorar lo que tiene. No sólo la cerca de madera es metáfora de la prisión en la que el propio protagonista vive, también lo es de la celda que construye alrededor de las aspiraciones de su prole, una demostración de lo que puede hacer la propia amargura.

Magnífico duelo de actores

Sin duda, el texto de Wilson es magnífico, pone de manifiesto los problemas sociales y familiares de una familia obrera, haciendo, en parte sólo, hincapié en las consecuencias de la discriminación racial. Sólo en parte, porque la trama es completamente universal, de hecho, recuerda mucho a la fabulosa 'Sueño de invierno (Winter Sleep)' de Nuri Bilge Ceylan, eso sí, guardando las distancias. Austera en escenarios, el filme gana muchísimo gracias a su guion, imposible de readaptar sin trastocar su poderoso mensaje, y actores.

Fences

Denzel Washington y Viola Davis deslumbran, sus interpretaciones son magistrales. Él desprende amargura, insatisfacción, dolor por haberse convertido en lo que odiaba; ella es estoicismo, abnegación, entrega y, finalmente, el verdadero sostén familiar. Washington está espléndido pero la que realmente está extraordinaria es Davis, sin duda, su mejor papel hasta la fecha. No sólo se llevaron, en su momento, el Tony, también tiene pinta de que ambos revalidarán su título alzándose con el Oscar.

Finalmente, 'Fences' deja huella, aquella que marca una generación, que espera que la siguiente tenga mayores opciones, pese a ponerle trabas en el camino. El último acto, los protagonistas se reúnen y, sin duda, pueden mirar al espectador con la cabeza bien alta, al dejar una extraña sensación de melancolía y esperanza. El telón se cierra y, con él, un fuerte aplauso para unos intérpretes entregados.

Nota: 8

Lo mejor: Su guion, Denzel Washington y, especialmente, Viola Davis.

Lo peor: Al ser esencialmente teatral, no gustará a los más escépticos de este estilo.

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