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CRÍTICA

'Dancing Beethoven': El círculo de la danza diversa

Arantxa Aguirre se adentra en los ensayos de la Béjart Ballet Lausanne y en su preparación de la adaptación a ballet de la 9ª Sinfonía de Beethoven. Un documental en honor el célebre Maurice Béjart.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 28 de Abril 2017 | 09:50
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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La documentalista Arantxa Aguirre sigue inmersa en su dedicación de mostrar el arte entre bambalinas, las realidades que muchos desconocen. Tras mostrar la profesión del actor con 'Hécuba, un sueño de pasión' y adentrarse en el legado que dejó el bailarín Maurice Béjart con 'El esfuerzo y el ánimo', Aguirre continúa en la herencia artística que dejó este reconocido bailarín y coreógrafo y cuya escuela, la Béjart Ballet de Lausana, es una de las más prestigiosas del mundo. Continúa porque 'Dancing Beethoven' es un excelente retrato de cómo está evolucionado el estilo y clase que dejó el reconocido Béjart.

Dancing Beethoven

Dividido entre las cuatros estaciones del año, el documental se sumerge en los ensayos de los bailarines de la Béjart Ballet de Lausana, que prepara la coreografía de la 'Novena Sinfonía' de Beethoven, uno de los trabajos más reconocidos en vida del bailarín Maurice Béjart. A lo largo del metraje se verá el exigente esfuerzo y la metódica técnica de la escuela, así como también la colaboración que se ha forjado con el Ballet de Tokio y la Orquesta Filarmónica de Israel dirigida por Zubin Mehta y cuyo objetivo es mostrar con la 'Novena Sinfonía' es la multiculturalidad y la diversidad, así como la frase dicha por Schiller: "Todos los hombres somos hermanos". Un interesante acercamiento a uno de los eventos artísticos más interesantes de este siglo.

La belleza de la danza y la diversidad

Comienza el documental y la actriz Malya Roman, hija del actual coreógrafo y encargado de la Béjart Ballet de Lausana, Gil Roman, empieza citando una frase sobre el cielo y el infierno que dijo en su momento Enrique de Lausana. Tras ello se muestra un magnífico y elegante plano cenital en el que se puede apreciar una pieza de la coreografía que se va a narrar a lo largo del metraje del filme. Con una carta de presentación tan cuidada, 'Dancing Beethoven' comienza mostrando el poder del arte y cómo es capaz de evocar sensaciones que van más allá de los sentidos y pueden tener hasta cierto aire espiritual.

Dancing Beethoven

Tras ello, el documental queda dividido en cuatro partes, emulando a las estaciones del año, estando dos de ellas ubicadas en la ciudad suiza de Lausana y las otras dos en la capital de Japón, Tokio. De esta forma, quedarán compiladas en cuatro fases las escenas y la preparación para el gran baile. Y es a lo largo de los ensayos, de la música, de la selección de bailarines cuando empieza a verse el legado de Béjart y cómo logró aunar a Beethoven con su baile. Es más, el filme destaca la importancia del bailarín, así como rinde tributo a su figura y la herencia cultural que deja y que inspira a este evento.

Sentido homenaje al arte de Maurice Béjart

De esta manera, 'Dancing Beethoven' se convierte en un excelente retrato sobre la preparación de los bailarines para un evento, en el que el esfuerzo y la dedicación son los grandes factores pero en los que existe humanidad, alejando la imagen de esos bailarines que sacrifican su vida por amor a su vocación. Es más, hay que alabar el que se hable de la maternidad en el mundo del baile y de cómo ello influye, positivamente, en la evolución tanto de la bailarina como de su pareja, también bailarín de la coreografía.

Dancing Beethoven

Con una fotografía muy cuidada, lo importante y más valioso de 'Dancing Beethoven' es que, en todo momento, se busca la compresión y unión de artistas de distintas partes del mundo, que comparten pasión por el baile, la música y que desean mostrar que las diferencias, lejos de alejar a la humanidad, la acercan y la enriquecen. De hecho, no es casualidad que se elija la coreografía de Béjart de la 'Novena Sinfonía' de Beethoven, como también textos de Schiller. "Todos somos hermanos" es el mensaje que prevalece, que se queda en la retina, el arte acerca a la humanidad. Con la llegada del final, el espectáculo se cierra pero queda en el cuerpo una magnífica sensación de paz y equilibrio al ver que la persona es capaz de crear algo tan sumamente bello que sólo provoca esperanza. Maravillosa.

Nota: 8

Lo mejor: La pasión que transmite, la realidad de la parentalidad en los bailarines y su apuesta de la belleza del arte como unificación entre sociedad y diversidad cultural.

Lo peor: No es un documental experimental o arriesgado, aquél que desee ver un trabajo como 'Pina' de Wim Wenders se decepcionará.

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