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CRÍTICA

'Los últimos años del artista: Afterimage': La postimagen de Andrzej Wajda

Andrzej Wajda pone el brochazo final a su legado cinematográfico con un biopic sobre uno de los pintores polacos más influyentes de la vanguardia del Siglo XX, Wladyslaw Strzeminski.

Por Sandra Sánchez Guerra 30 de Junio 2017 | 09:59

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Los objetos son sólo el reflejo que nos llega gracias a la luz. La postimagen es lo que verdaderamente importa, el recuerdo de ese objeto que retiene nuestra mirada y que, incluso, puede ir más allá del objeto mismo y cambiar sus condiciones formales. Transformarlo, verlo de diferente color. Ir más allá de lo que a simple vista muestra su naturaleza y dar paso a la interpretación, a crear nuevas formas de ver la realidad y a malear la forma. Es, a fin de cuentas, lo que propicia el vanguardismo que personifica Wladyslaw Strzeminski en 'Los últimos años del artista: Afterimage' y lo que queda tras la muerte de Andrzej Wajda al recordar su legado cinematográfico.

 'Los últimos años del artista: Afterimage'

El biopic de este pintor vanguardista, uno de los autores polacos más importantes del Siglo XX, se ha convertido en la película póstuma del responsable de 'Cenizas y diamantes', después de su fallecimiento en octubre de 2016. De nuevo, Wajda nos lleva de viaje a un escenario hostil, el que transformó a Polonia al engrosar las filas del comunismo y adoptar la doctrina de la URSS y el culto a Stalin. En 1948, Strzeminski abandonó del todo la revolución y se negó a aceptar que el arte debía dejar de ser un lienzo en blanco a la reflexión para formar parte de una nueva corriente artística dada por los tiempos que corrían: el realismo socialista que reducía la expresión plástica a la mera propaganda.

El retrato de Strzeminski a manos del ganador de un Oscar honorífico está compuesto por la desesperación y la miseria de un hombre perseguido y acorrolado por sus creencias y que, sin embargo, no resta espacio para la belleza y la sutileza, con unas líneas en pantalla muy bien trazadas. Empezando por su secuencia de apertura, 'Los últimos años del artista' defiende un carácter liberador y va perfilando a lo largo de su metraje una historia intimista y humana.

 'Los últimos años del artista: Afterimage'

Boguslaw Linda interpreta en el filme al maestro que en la escuela de Bellas Artes de Lodz es toda una inspiración y una referencia para sus estudiantes, pero que se aleja de ser un ser humano perfecto y su vida es un compendio dramático de frustraciones. De ahí, la relación, a primera vista, tan incomprensible que guarda con su hija Nika, el que es probablemente el personaje más interesante de la cinta.

Un apunte al margen del cuadro

A posteriori de la desaparición del cineasta, parece que hay un relato muy autoconsciente y ensimismado en el duelo por parte de Wajda en 'Los últimos años del artista: Afterimage', donde hace el balance final de su Polonia natal y se iguala en desdicha al personaje. Es, en este sentido, el encierro emocional del protagonista su mejor arma en la que depositar sus miedos e intenciones comunicativas más personales. El responsable de 'La tierra de la gran promesa' ha confiado su vida y parte de su postimagen a otro artista, creando en muchas ocasiones imágenes bellas y de reflexión que ponen en alza una factura visual de pequeños matices pero grandes aciertos en este largometraje dedicado al pintor.

 'Los últimos años del artista'

Es un biopic en el que un ritmo ágil está fuera de lugar por completo, ya que se trabaja con un orden de los acontecimientos fílmicos sosegado y que se traduce en un margen existencialista del relato vital expuesto. De una constante amenaza del régimen estalinista que se cierne sobre Strzeminski, sus alumnos y su teoría inacabada de la visión, Wajda ha creado un conflicto interior intenso pero, también, una estructura correcta y bastante convencional.

Nota: 7

Lo mejor: La delicadeza y belleza reinante en algunas escenas.

Lo peor: Que se haya convertido en la película póstuma de Andrzej Wajda.