'Harry Potter': Los dos nuevos libros que llegarán en octubre y el café mágico de la Comic Con

¿Recordáis ese increíble inicio de saga, en el que Harry Potter no conseguía abrir ninguna carta de Hogwarts por culpa del tío Vernon? Pues existe un paralelismo visual con la descomposición de Voldemort en 'Harry Potter y las reliquias de la muerte: parte 2'. Harry era un personaje que estaba destinado desde el principio a que todo le saliera bien, pues en todos los encuentros con "el que no puede ser nombrado" consigue salir victorioso. Todo ello se debe a que es un personaje muy humilde y lleno de bondad.

Es la prueba que J. K. Rowling quiso introducir en sus libros para advertir a cada niño (y no tan niño) de que el bien siempre gana.

Gryffindor es la única casa de Hogwarts que contiene todo tipo de estudiantes. Harry Potter era un clarísimo Slytherin, Hermione una Ravenclaw y Ron un Hufflepuff. Y a qué se debe este fenómeno, te preguntarás, pues bien. El Sombrero Seleccionador siempre te deja la opción de pertenecer a Gryffindor y cada uno tiene en lo más profundo de su corazón los motivos para pedírselo.

Todos deberíamos serlo porque en esa casa puedes acceder a todo tipo de virtudes y lecciones, pero al final lo que más necesitas para enfrentarte en tu día a día es valor. Valor para reconocer la verdad, para hacer lo correcto, para luchar contra el enemigo, para mostrarte tal y como eres... Todas las buenas acciones que realizamos en nuestra vida están enteramente relacionadas con este factor. Por lo que ya sabéis, si alguna vez tenéis la oportunidad de tener al Sombrero Seleccionador sobre vuestra cabeza, pedidle ser un Gryffindor.

Luna Lovegood es el personaje más puro y original de toda la saga, algo difícil de extrañar siendo su padre el mismísimo Xenophilius Lovegood. Es una de las magas más queridas por los fans y todo ello se debe a su increíble personalidad, incluso J.K. Rowling también ha admitido que es su personaje favorito.

Si con su excentricidad, estilo y empatía Luna consigue superar todas las adversidades y ser tan querida, es porque todos podemos hacerlo también.

A diferencia de sus familiares (para su desgracia), Harry sí que consiguió escoger a sus amigos. Tuvo la oportunidad de pertenecer a Slytherin y entablar una amistad con el mismísimo Draco Malfoy. La relación de los tres protagonistas es uno de los mejores ejemplos ficticios sobre cómo debe ser la amistad, pues ninguno podría haber avanzado en su camino sin la ayuda del otro.

Lo mejor de Harry, Ron y Hermione es que comienzan el primer año de la escuela idealizándose (como toda relación) pero acaban queriéndose tal y como son, a pesar de los defectos de cada uno. Rowling nos transmitió que la amistad es lo más importante en nuestro día a día, y que debemos intentar trasladarla a todos nuestros ámbitos.

Todos vamos a sufrir por algo tarde o temprano, quizás Harry Potter lo experimentó demasiado pronto, pero gracias a ese sufrimiento sabremos valorar todas las cosas buenas que nos rodean. Él es un personaje que echa de menos a sus padres constantemente, pero tiene la capacidad de transformar su dolor en buenos actos, al igual que Dumbledore, Snape o Hermione.

La lucha contra la esclavitud es la más importante de todas las planteadas en 'Harry Potter'. La historia de Dobby nos llega directa al corazón, pero existe cierto paralelismo con la vida del Niño que sobrevivió. El elfo doméstico se gana su libertad con un calcetín y Harry con su carta de Hogwarts. Ambos son personajes totalmente tristes hasta que consiguen ser totalmente libres.

J.K. Rowling nos invita a trasladar este hecho a nuestras relaciones para averiguar si fomentamos la libertad en los demás o si lo somos nosotros mismos dentro de cada una de ellas.

Uno de los momentos más tristes de toda la saga se da cuando Hermione usa el hechizo desmemorizante con su padres para protegerles del mal. Al ritmo del conjuro Obliviate, consigue que su presencia desaparezca de todas las fotografías del salón y de la mente de sus progenitores también. Es un momento crucial para entender a la maga, ella los ama pero son muggles y prefiere que la olviden a que sufran alguna desgracia por ella.

Con este acto de generosidad la autora nos quiso enseñar que el sacrificio propio, aunque doloroso, es bueno si lo hacemos por los demás.

Muchas veces nos dejamos llevar por lo banal y lo terrenal sin tener en cuenta que, independientemente de cómo seamos, siempre podremos acceder a una educación, a cultivar nuestra mente y aprender, todo ello para ser mejores. Dumbledore es el mago más poderoso del mundo y no lo es por la Varita de Sauco. Su mente prodigiosa y la inversión de tiempo en la lectura consiguen que sea el mago más respetado de todos los tiempos. Y gracias a esa increíble virtud acaba descifrando los enigmas que se interponen en el camino de Harry, a quien acaba conduciendo al desenlace final.

Ron Weasley se presenta en su primer partido de Quidditch pensando que Harry ha derramado sobre su copa suerte líquida, esa confianza le permite creer que posee todas las armas para ganar el partido, y gracias a él, Gryffindor consigue hacer uno de los partidos más memorables de todos los tiempos. Dicho acontecimiento le aporta toda la confianza en sí mismo que necesita e inicia un arco de transformación para abandonar su inseguridad.

Una prueba irrefutable de que somos nosotros mismos los que nos ponemos límites y que si confiáramos en nuestras facultades podríamos conseguir lo que nos propusiéramos (sí, como en el sueño americano).

Esta relación gemelar nos hizo plantearnos hasta qué punto la herencia económica es la más importante. Los Weasley son el mejor ejemplo de humildad, ya que sin tener nada de dinero, hacen todo por los demás y tienen una relación admirable. Fred y George fundan la única tienda del Callejón Diagón que consigue hacer felices a los magos en tiempos de guerra.

Los gemelos pelirrojos más famosos de la ficción consiguen serlo gracias a su humor irónico y especialmente a su unión tan estrecha, seguro que no solo por la sangre, sino por su trabajo de empatía y cuidados frente a su lazo emocional.

Si en algún momento de la saga los protagonistas hubieran decidido rendirse, el miedo provocado por Voldemort habría seguido apoderándose de sus vidas. A pesar de que Hogwarts acaba prácticamente destruído en la batalla final, sabemos que el colegio inglés de magia y hechicería consigue mantener su oferta a los estudiantes muchos años después.

J. K. Rowling quiso demostrar con esto que si luchas por lo que crees y por lo que te apasiona al final todo consigue salir bien.

El tiempo es lo más valioso que tenemos cada uno de nosotros, y por ellos deberíamos invertirlo como se merece. En el tercer libro vimos cómo Hermione necesitó la ayuda del giratiempo para poder asistir a cada una de sus clases. Y con el mismo artilugio ella y Harry ayudan a Sirius Black y al hipogrifo.

J.K quiso transmitirnos la importancia de gestionar nuestro tiempo, por encima de casi cualquier cosa, pues una decisión, por pequeña que parezca puede alterar radicalmente el orden de las cosas que nos ocurran a continuación.

Ni la muerte de Voldemort, ni el descubrimiento de la verdadera identidad de Snape, ni la relación entre Ginny y Harry consiguieron eclipsar nuestros mayores deseos en la saga. Todos estábamos expectantes a que se acercara el momento en el que Ron y Hermione al fin reconocieran sus sentimientos frente al otro (más bien que se besaran). Los dos lo pasaron muy mal el uno por el otro, pero hay situaciones que es mejor no forzar y al final todo salió bien, consiguieron tener juntos a dos pequeños pelirrojos.

Es una de las mayores enseñanzas que nos ofreció la autora, incitándonos a tener paciencia desde bien pequeños, para conseguir lograr nuestros objetivos cuando así sea requerido.

La gran incógnita de Harry Potter se refería única y exclusivamente a la verdadera identidad del frustrado profesor de Artes Oscuras. Desde el principio de la lectura o el visionado de 'Harry Potter y la piedra filosofal', se nos plantea a Snape como el verdadero villano de la saga cuando, en realidad, desde el primer momento intenta ayudar a Harry (todo ello sin contar con la antipatía con la que le trataba).

No es hasta el final de 'Harry Potter y las reliquias de la muerte' cuando se nos permite atar cabos y descubrir el porqué de los comportamientos del director de Hogwarts (en ese momento).

Sin duda, la gran bofetada que nos da Rowling contra la realidad, porque esa imagen que formamos alrededor de Snape proviene de nuestros prejuicios, algo contra lo que tenemos que luchar.

La única justificación para saltarse una norma preestablecida es si ésta va en contra de la ética universal (no de la propia, pues puede estar negativamente modificada por la religión, la sociedad u otros rasgos culturales). No hay libro/película en la que los tres protagonistas no vayan en contra de las leyes de Hogwarts o del Ministerio de Magia para conseguir que el bien se instale a su alrededor, y sin duda alguna, sin ese toque de rebeldía, no habrían conseguido vencer a Lord Voldemort.

Neville Longbottom no es un personaje del todo cobarde, ya que para las cosas importantes siempre consigue reunir valor, pero es bastante miedica en su día a día. Su arco de transformación es de los más impactantes, ya que gracias a él se consigue destruir el último horrocrux de Voldemort, Nagini.

En apenas unos minutos o páginas, Neville desafía a los mortífagos, se declara a Luna y encuentra la espada de Gryffindor escondida en el Sombrero Seleccionador...Y todo le sale bien. Por lo que si conseguimos enfrentarnos a aquello que más nos asusta llegaremos al final de nuestras metas.

Como en todas las historias reales y de ficción, las vidas de cada persona están marcadas por sus relaciones. Y Rowling nos quiso transmitir que el objetivo del ser humano es amar y ser amado. Desde Snape a Harry, desde Lupin a Nymphadora Tonks, todos los personajes de la saga inclusive Voldemort desean ser amados. La diferencia es que algunos de ellos si no lo tienen lo siguen buscando pero otros se revelan contra ello.

En la sexta película, el mago más poderoso de todos los tiempos decide acudir en busca de Harry para pedirle su ayuda. Dumbledore ya sabía que no tenía nada que perder, pues estaba maldito, y arriesgó su vida por conseguir el horrocrux del Guardapelo de Salazar Slytherin. El director de la escuela era uno de los personajes más independientes de la saga hasta el momento, y con este acto de humildad, demostró que en ciertas ocasiones todos debemos buscar apoyo en los demás para conseguir nuestros objetivos.

Harry es uno de los personajes más ricos y más famosos del mundo mágico, algo por lo que Draco Malfoy tiene interés en ser su amigo desde el principio. Pero nunca alardea sobre ello, de hecho, prefiere invertir sus vacaciones en La Madriguera (probablemente el hogar más pobre del mundo) antes que cualquier otra cosa. Realiza un acto de humildad admirable de inicio a fin, pues lo único que ansía es cariño y ser querido por los demás, por cómo es y no por sus galeones.

Una de las primeras cosas que J.K. nos enseñó sobre el protagonista fue su cuenta corriente en Gringotts, para demostrarnos desde el principio que el dinero es secundario y que puedes tenerlo y aun así no ser feliz.

Gracias a la creación de la Orden del Fénix, fundada por Dumbledore para luchar contra los mortífagos y Voldemort, Hogwarts consigue mantenerse en pie ante el ataque por parte de la magia oscura en la batalla final. Sin esta organización secreta, ni Harry ni Ron ni Hermione habrían conseguido entrar en la fortaleza de Hogwarts y sin cada uno de los integrantes, Harry Potter no habría conseguido derrotar a Tom Riddle.

A lo largo de nuestra vida se nos presentarán situaciones que no podremos superar solos, al igual que le ocurrió a nuestros personajes favoritos.