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CRÍTICA

'Kedi (Gatos de Estambul)': El felino y el humano

Ceyda Torun dirige y escribe el documental 'Kedi (Gatos de Estambul)', un interesante viaje dentro de la vida de los gatos callejeros de la ciudad turca.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 21 de Julio 2017 | 12:35
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El antropólogo y sociólogo francés Marcel Mauss dijo: "El gato es el único animal que ha logrado domesticar al hombre". Realmente son los felinos los dueños de la atención del público actual, puesto que protagonizan la mayor parte de vídeos, fotos y memes que ve la gente en Internet. La documentalista turca Ceyda Torun ha aprovechado la libertad que tienen los gatos en Estambul, la ciudad más importante de Turquía con permiso de Ankara, para mostrar el lado más sentimental de sus conciudadanos humanos con 'Kedi (Gatos de Estambul)'.

Kedi

A lo largo de sus 80 minutos, el documental se adentra en la vida de siete felinos en las calles de Estambul. Son animales que han sobrevivido al Imperio Bizantino, al Imperio Otomano y a todas las guerras y revoluciones que ha tenido el país. Los ciudadanos de Estambul no sólo reflejan el legado histórico que ha dejado la propia ciudad, también la evolución de sus habitantes humanos, así como mostrar la simbiosis entre felinos y personas.

El cuidado de los gatos como estudio sociológico

Primero, aplaudir la forma en la que Torun acerca al espectador la vida de estos gatos callejeros, puesto que son retratados de manera semejante a documentales que enseñan a los animales su hábitat natural en frondosos bosques o exóticas sabanas. Aunque aquí se cambian los árboles y la tierra por edificios y hormigón, pero el felino hace salvaje un territorio tan urbano como es Estambul, la ciudad que sirve de puente entre Occidente y Oriente.

Kedi

Sin embargo, lo que fascina de 'Kedi' es su habilidad para mostrar el significado que le dan las personas a los gatos. Los felinos se muestran como son, libres aunque necesitados de cariños, intrépidos cazadores pero también elegantes acompañantes y con un innato talento para mostrar con suma elegancia su suntuosa ostentación natural. Son las personas las que les dan más significado a sus acciones. Un barquero los cuida porque un gato le ayudó a recuperar el dinero invertido en su barca, una pintora ve en esa gata independiente a la que cuida un ejemplo de feminismo y rebeldía, un hombre confiesa que se volvió más sociable gracias al cuidado de sus gatos, otro ve en ellos lo divino de Dios. Es esa parte sociológica la que hace que cautive un documental en el que los felinos son los protagonistas pero las personas ejercen de excelentes secundarios.

Imposible no rendirse ante el encanto de los felinos

Aunque no sólo eso, 'Kedi' también aprovecha para mostrar la incertidumbre de un país que se encuentra en medio de una situación política y social muy complicada. En medio de dicha turbación, la directora ofrece un rayo de esperanza en esa mirada humana que se da hacia el minino. El que un gato haga de compañía a la gente en el mercado, en una pastelería o que se vea cómo las gatas buscan alimento para sus crías (de hecho, son mayoritariamente hembras las protagonistas de la cinta) se convierte en un momento de increíble entretenimiento y humanidad para una situación complicada.

Kedi

Es imposible no rendirse ante 'Kedi (Gatos de Estambul)', tanto por la mirada felina como por ese interesante estudio sociológico que hace la documentalista. Sin duda, los felinos urbanos pueden ofrecer escenas tan interesantes como las de los tigres cazando en la selva o el león rugiendo bajo sus dominios en la sabana. Sin dudarlo, ¡más gatos!

Nota: 8

Lo mejor: Sus protagonistas felinos y la reflexión sociológica sobre el presente de Turquía.

Lo peor: Que se hagan tan pocos documentales sobre la fauna urbana, los gatos y los perros necesitan más reivindicación.

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