La película de acción real de 'Dora, la exploradora' vuelve a ponerse en marcha con Michael Bay

De qué va: Will Smith interpreta a Chris Gardner, un hábil vendedor al que su mujer abandona y le deja al cuidado de su hijo de cinco años. Con un solo sueldo, que además es bastante mísero, no tiene para mantener a su hijo y echan a ambos de la casa donde viven. Chris intentará entonces conseguir un puesto en la bolsa para ganar dinero suficiente para ambos, pero para conseguir ese puesto, ambos tendrán que hacer múltiples sacrificios.

Por qué no la entienden los niños: El primer tema que tal vez los niños no entiendan es que nos encontramos ante una historia de superación, no de conseguir algo que deseas, no estamos hablando de perseguir un sueño, cosa que sí que podrían entender, estamos hablando de perseguir una necesidad vital. Un hombre que no tiene ni para comer porque ha apostado fuertemente por algo que no ha funcionado. Y no es el único que está pagando por ese error, su hijo también lo está pagando.

El segundo tema que puede escapársele a los más pequeños de la casa es que durante toda la película, el protagonista habla sobre la búsqueda de la felicidad como algo inalcanzable, como algo que estamos destinados a hacer el resto de nuestras vidas, buscar la felicidad más que disfrutarla, buscar un futuro mejor en vez de centrarnos en el presente inmediato como hacen los niños, quienes sí que son felices en su ignorancia.

También podemos llegar a entender nosotros el sacrificio que hace Chris por su hijo, quien a pesar de todo por lo que está pasando su padre, no llega a enterarse al 100% de su propia situación. Cuando somos niños no podemos ver el sacrificio que nuestros padres hacen por nosotros, y eso es lo que le ocurre al hijo del protagonista aquí, y lo que le ocurrirá a los niños que vean esta película.

De qué va: Jess es un chico que no tiene amigos en el colegio, hasta que conoce a Leslie, su nueva vecina. A Jess le encanta dibujar, pero es una afición que siempre ha hecho en solitario, hasta que Leslie le ayuda a desarrollar su imaginación. Ambos se inventan el mundo de Terabithia, un lugar lleno de fantasía del que sólo ellos dos conocen la entrada.

Por qué no la entienden los niños: Para empezar porque estarán toda la película flipando con la propia Terabithia más que con lo que significa en sí mismo. Para sus protagonistas, Terabithia es una vía de escape de un mundo real que no les está tratando bien... Demasiado duro para un infante. En Terabithia ellos juegan y son felices, y lo que es más importante, a diferencia del mundo real, en Terabithia son aceptados.

Sin embargo, la parte más compleja de la película llega al final, con la sorprendente muerte de Leslie, que deja a Jess devastado, como es lógico. No es que los niños no vayan a entenderlo porque alguien haya muerto. Ya hemos visto antes morir a la madre de Bambi, a la mujer de Carl Fredricksen en 'Up' y a Mufasa. Sin embargo aquí no hay 'Hakuna Matata' que nos palie el dolor en la siguiente escena, aquí nos enfrentamos a una pérdida irreparable que hace que Jess tenga que abandonar el mundo de Terabithia para siempre, y enfrentarse a una realidad de la que ya no puede escapar.

Sin embargo, para terminar de redondear el final, vemos a Joss enseñándole Terabithia a su hermana pequeña, mostrándonos el gran paso que ha dado nuestro protagonista, que ya no es un niño. Ha madurado, y por ello abandona Terabithia, cediéndoselo a su hermana pequeña dejando un claro mensaje que ella, como es una niña, aún no puede entender, el mensaje es: "Yo lo he disfrutado, ahora debo dejarlo atrás, disfrútalo tú mientras puedas que a todos nos llega la hora de dejar de ser niños".

De qué va: Camino es una chica de 11 años muy madura para su edad. Esa madurez se debe en gran parte al cáncer que padece, y los pronósticos de los médicos de que le queda poco tiempo de vida. Mal momento para experimentar el primer amor, sobre todo con la familia ultra-religiosa perteneciente al Opus Dei que controla casi todos los aspectos de la vida de su hija.

Por qué no la entienden los niños: Entramos aquí en dos temas peliagudos para un niño, el primero la muerte, el segundo, la religión. Y cuando juntas ambos temas en una misma película... Hasta los adultos pueden perderse.

Este notable trabajo de Javier Fesser nos deja una fuerte crítica al Opus Dei a través de esta familia, que no deja vivir a sus hijos la vida que quieren. El director no entra en si es una buena o una mala forma de vida, trata el tema de los padres que no dan opciones a sus hijos de vivir una vida diferente a la que ellos llevan.

Si de por sí es un tema complicado, súmale el de una niña con un cáncer avanzado que debe mentalizarse de que su último suspiro está cerca de producirse... Y por si fuera poco está experimentando su primer amor.

Por supuesto que si mezclamos el tema religión y el tema muerte en una película, a priori el resultado es el tema vida más allá de la muerte, y aunque es un tema que se trata varias veces en esta película, no es la idea imperante. Aun así, la historia de una niña que está intentando afrontar un cáncer, se está enamorando y su familia no la deja hacer su vida (aunque sea corta) debido a sus creencias religiosas, claramente no es la premisa de una película de niños.

De qué va: Cuatro amigos se enteran de dónde está el cadáver de un chico desaparecido en la región. De esa manera, los cuatro amigos se aventuran a partir en la búsqueda del cuerpo caminando durante día y medio, mintiendo a sus padres sobre dónde van a pasar la noche.

Por qué no la entienden los niños:La trama en sí no es algo complicado de entender. Y tampoco estamos diciendo que los niños no deberían verla por el hecho de que lo que estén buscando sea el cuerpo sin vida de otro chico. Creemos que los niños pueden entender esta película, pero no creemos que puedan sentirla.

Durante toda la película vemos la relación que tienen los cuatro amigos. Tienen 12 años y se pasan el día los cuatro juntos. Fuman cigarrillos a escondidas, roban revistas con chicas desnudas y juegan a las cartas en su casa del árbol. Cada uno tiene sus problemas, pero no hablan apenas de ello, se limitan a hacer cosas de chicos de 12 años, a gastarse bromas los unos a los otros y hablar de los otros chicos del colegio.

Durante la película todos podemos sentirnos perfectamente identificados con el grupo de amigos que están juntos ante las adversidades, y que a pesar de todo ello, la vida les separa sin que ninguno se dé cuenta hasta que ya es tarde, y ya has crecido, y los mejores amigos que has tenido en tu vida ya se han ido para siempre. Un niño puede entender eso, pero no creo que tengan que aguantarse las lágrimas como nos ocurre a los que hemos pasado ya por ello.

Así que de lo que habla en realidad esta película basada en un mucho más acertado relato de Stephen King, es de la nostalgia que se siente cuando dejas atrás esos maravillosos tiempos. Podríamos resumir la película en una frase que dice su protagonista cuando ya es un adulto casado y con un trabajo que da de comer a su familia: "Nunca he vuelto a tener amigos como los que tuve a los 12 años. ¿Y quién sí?". Más claro, el agua.

De qué va:La premisa ya es potente. Una chica secuestrada vive en una habitación de la que no ha salido desde hace siete años que fuera secuestrada. Por si fuera poco, ha tenido un hijo de su secuestrador. Jack tiene cinco años y no conoce el mundo que hay fuera de dicha habitación.

Por qué no la entienden los niños: De primeras, la premisa de la película ya es algo confusa para cualquier niño, que se perdería simplemente en la inocente descripción que hace Jack de lo que para él es el mundo entero, habitación. De hecho sigo preguntándome cómo es posible que el joven Jacob Tremblay bordase un papel tan sumamente complejo para alguien de su edad. La inocencia con la que su protagonista nos describe su pequeño mundo es algo sencillamente fantástico.

Pero cuando Jack y su madre consiguen salir de la habitación, se nos plantea un tema aún más difícil. Primero cómo ve Jack el nuevo y enorme mundo que se abre ante sus ojos y que ni sabía que existía. Y su madre, a quien le cuesta adaptarse a vivir fuera de la habitación después de siete años allí encerrada.

Tampoco entenderán muchos de ellos que Joy, aunque no sea de forma violenta ni lo veamos de forma explícita, está siendo violada prácticamente a diario. Una película con un guión complejísimo para cualquier niño.

De qué va: Los cuatro niños de ocho años Kyle, Stan, Cartman y Kenny se meten en el cine a ver una película canadiense no apta para niños. Después de verla, empiezan a hablar como los protagonistas de la película diciendo tacos. Las madres del pueblo intentarán prohibir esa película, y cuando eso no surta efecto, declararle la guerra a Canadá.

Por qué no la entienden los niños: No creo que a estas alturas nadie piense que 'South Park' sea para niños, por muy dibujos que sean. No hablamos sólo de su lenguaje soez, que incluye en esta películas comentarios sobre zoofilia, incesto, sexo oral, sodomía... que no es que los niños no puedan escuchar, es que tampoco tendrán ni la más remota idea de sobre qué se está hablando. O cuando Stan busca desesperadamente el clítoris para que le ayude a conquistar a una chica. Hablamos también de otros temas, sobre todo de carácter político que contiene la película, todos ellos con el estilo 'South Park', es decir, ultra-exagerándolo.

Primer tema, la censura. Terrance y Phillips hacen una burda película cargada de palabrotas e insultos que los niños imitan. Los padres de los niños secuestran a los creadores de la película e incluso les condenan a muerte. Censura en su máximo exponente.

También nos encontramos en el infierno a Saddam Hussein, quien tiene una relación sentimental (y sobre todo sexual) con el mismísimo Satanás... ¡Y es aún más insensible que él! Por no hablar de la guerra sin sentido que protagoniza Estados Unidos contra Canadá en la que muere gente que ni siquiera cree en el ideal por el que luchan. 'South Park' tanto en su película como en la serie, siempre ha sido una delicia para aquellos que busquen crítica social, y dudo mucho que los niños sean ese tipo de público.

De qué va: En un campo de refugiados en Irán, unos niños buscarán una antena para poder ver la tele y estar informados del inminente ataque de Estados Unidos a Irak. Mientras tanto, un grupo nuevo llega al campo, entre ellos una niña y su hermano. Satélite, como se le conoce allí al cabecilla del grupo, entablará una amistad con la chica.

Por qué no la entienden los niños: Aunque los niños pudieran entenderla, ¿de verdad queremos arrebatarles la inocencia tan pronto enseñándoles esta película? De las películas más duras que se han visto en este nuevo siglo sin lugar a dudas. Estamos en Irán, y la ciudad donde Satélite y sus amigos se juegan la vida día tras día para conseguir algo de comida está llena de gente que ha perdido algún miembro, o alguno de los sentidos, o la misma cordura, por culpa de la guerra que parece no tener fin.

La película nos habla de la vida en un campo de refugiados en un país donde las bombas son el pan nuestro de cada día. Ya sea las que lanzan los países enemigos, o las numerosas minas con las que está sembrada la ciudad. Sin embargo los protagonistas de esta historia son niños, niños a los que se les ha arrebatado la infancia desde el primer minuto de su vida, niños que viven en condiciones infrahumanas y que deben buscarse la vida desde muy pequeños, no hay tiempo para juegos.

Los niños que vean esta película tendrán sueños, ser futbolista, policía, actor de cine... Pero los niños que protagonizan esta película (sus propios actores han sufrido en sus carnes lo que ocurre en esta película) tienen el sueño de poder salir de ese país para conseguir una vida mejor. Y por supuesto, no queremos que los niños entiendan eso de momento.

De qué va: Mary, una niña australiana que se siente sola e incomprendida, escribe a una dirección al azar de Estados Unidos para preguntar de dónde vienen los niños allí. La carta la recibe Max, un hombre entrado en los 40 que vive solo. Ellos comenzarán a escribirse y a entablar una amistad sin siquiera llegar a verse.

Por qué no la entienden los niños: Es una película muy profunda cuyo tema principal es la soledad. Ella es una niña muy curiosa que vive en un mundo hostil. Se siente sola y es eso lo que la lleva a escribir esa carta a esa dirección al azar. Al otro lado del mundo, la recibe un hombre para quien el mundo es más hostil todavía... Ese hombre padece el síndrome de Asperger.

La película, que para un adulto es preciosa, para un niño es demasiado compleja, para empezar el síndrome de Asperger, tan bien tratado en esta película, no es algo aún comprensible para ellos. Para seguir, la profunda soledad que siente Mary y los miedos que ambos sienten por la vida son cosas que a los niños aún les queda tiempo para llegar a entender en su totalidad.

Por otro lado, la amistad que surge entre Mary y Max es una relación tan bien construida, que contiene tantos matices que aún no contienen las amistades de la infancia en su mayoría, que aunque puedan entender lo que está sucediendo, no sentirán esa conexión entre ellos que nosotros sí podemos ver.

De qué va: Recién terminada la guerra civil española, Ofelia y su familia son enviados a un pueblo para que su padrastro busque y acabe con los últimos miembros de la resistencia republicana. En el nuevo pueblo, Ofelia descubre las ruinas de un laberinto donde vive un Fauno, que le dice que en realidad ella es una princesa de un reino mágico y deberá superar tres pruebas si quiere volver a su reino.

Por qué no la entienden los niños: Por todo. Desde el inicio nos sitúan en plena posguerra, con los republicanos intentando sobrevivir y los ganadores de la guerra intentando acabar con ellos. ¿Republicanos? ¿Franquistas? ¿Guerra civil? Suerte intentando explicarle al niño que se disponga a ver esta película quiénes son estos personajes. Más allá de eso, nos encontramos a la protagonista, una niña que está martirizada por su padrastro y que ha vivido y está viviendo una de las peores épocas de la historia de nuestro país.

Ante tal angustia y horror, ante tanta miseria y muerte, Ofelia hace lo que podría hacer cualquier niño, inventarse su propio mundo imaginario para escapar de la realidad, un mundo en el que es una princesa de un reino mágico... Pero, desgraciadamente para ella, este mundo imaginario no puede desentenderse del mundo real, y ese mundo mágico también está lleno de angustia y horror.

Esta magistral película de Guillermo del Toro que muchos adultos no llegaron a entender en su totalidad, es demasiado para cualquier niño. Es terrorífica para ellos, demasiado dura y compleja. Habla de un pasado que no conocen (nosotros de primera mano tampoco, pero estamos más informados). Para ellos las películas de fantasía son también una forma de fantasear con un mundo mágico y feliz, donde todo al final se resuelve con alegría. Este mundo mágico tan terrible y despiadado, definitivamente no es para ellos.

De qué va: Max es un chico que no tiene amigos, todo lo que tiene es a su madre, quien está conociendo a un hombre que podría llegar a ser el padrastro de Max. Cuando Max se comporta mal en casa, su madre le castiga mandándole a su cuarto sin cenar. Entonces Max decide escaparse de casa, coge una barca y llega a una isla donde vive un grupo de monstruos que le acogen como uno de los suyos.

Por qué no la entienden los niños:Porque la película es una metáfora, prácticamente de principio a fin. Desde la historia de los vampiros y los edificios que son una perfectísima presentación del personaje, hasta el aullido final, todo es una perfecta metáfora de lo que un niño es, de lo que un niño siente, de cómo un niño se comporta. No es una película para niños, pero es una película sobre niños.

Los niños aún no han sido moldeados como hemos sido los adultos, y se guían mucho más por las emociones que nosotros. Y Max, nuestro pequeño protagonista de esta historia, tiene las mismas necesidades que todos los niños (que todas las personas, aunque con el paso de los años no queramos verlo): necesidad de cariño, de atención, de libertad, de diversión. Es un niño, que como nos pasa a todos, tiene múltiples emociones que a veces incluso son contrarias entre sí.

Esa isla donde viven los monstruos no es una isla real, es una isla imaginaria que nos presenta a Max como el rey, el jefe de unos monstruos que no son otra cosa que las emociones que se esconden dentro de nosotros, cada monstruo representa una emoción que todos y cada uno de nosotros hemos sentido alguna vez, y Max es el rey que intenta controlarlas, como nos pasa a todos, muchas veces sin éxito. Y la trama de un niño que se fuga de casa e intenta controlar y entender sus propias emociones es demasiado para cualquier niño.