Especial Movember: Los 30 bigotes más memorables del cine y las series

Esta lista tenía que empezar con el bigote más emblemático de los orígenes del cine, el de Charlot, o lo que es lo mismo, Charles Chaplin. Se dice que Hitler (que nació cuatro días antes que él) se lo copió en su búsqueda desesperada por despertar las simpatías de su pueblo. Y Chaplin lo aprovechó para parodiar al Führer en la obra maestra 'El gran dictador'.

A comienzos de los años 20, el líder de los Hermanos Marx lucía un bigote postizo para sus funciones de vodevil, pero cansado de tener que ponérselo y quitárselo todas las noches, decidió pintárselo con maquillaje (y ya de paso, también las cejas, para que tuvieran el mismo color), dando así con la divertidamente exagerada imagen que lo llevaría a convertirse en una estrella del celuloide. En la película de 1950 'You Bet Your Life', Marx dejó de pintarse el bigote y optó por llevar uno de verdad de ese momento en adelante.

Mario Moreno, más conocido como Cantinflas, empezó su carrera imitando a Al Jolson, pero pronto encontró su propio personaje inspirándose en los habitantes de los barrios pobres de su México natal. Su particular bigote fue esencial a la hora de popularizar e inmortalizar su identidad como Cantinflas.

El director de Baltimore hizo del trash y el mal gusto un arte con películas como 'Pink Flamingos' y 'Polyester'. Su finísimo bigote era un símbolo más de su desafiante actitud en contra de todo lo mainstream. A nadie en su sano juicio le puede gustar cómo queda, pero a él eso le da igual. Como debe ser.

El bigote de Billy Dee Williams pasó a la historia del cine gracias a 'Star Wars'. En la precuela centrada en Han Solo, 'Solo: Una historia de Star Wars', el polifacético Donald Glover se ha dejado crecer el mostacho para ponerse en la piel (y el pelo) de Lando Calrissian de joven. Glover defiende el bigote como si hubiera nacido para llevarlo.

Érase una vez un hombre pegado a un bigote. Tom Selleck es sinónimo de mostacho. Su vello facial se hizo hiperfamoso en los 80 con la serie policíaca 'Magnum, P.I.' y películas como 'Tres hombres y un bebé', y volvió a la actualidad años más tarde gracias a su paso por 'Friends'. Selleck y su bigote son tan indivisibles para el público que la cadena CBS le prohibió por contrato afeitárselo cuando empezó a trabajar en la serie 'Blue Bloods (Familia de policías)'. El actor lleva un tiempo queriendo cambiar de look, pero la fama de su bigote ha superado a la del hombre.

No podía faltar la representación patria en esta lista. Con permiso de José María Íñigo, ¿cuál es el bigote más famoso de la televisión de nuestro país? Eso es, el del Frutero de '7 vidas'. Santi Rodríguez ganó una popularidad enorme al aparecer en la comedia de Telecinco, convirtiéndose rápidamente en uno de los personajes favoritos de la audiencia. Puede que su bigote tuviera algo que ver, pero no podemos demostrarlo.

Daniel Day-Lewis es uno de los mejores actores de la historia, y aunque no cabe duda de que lo suyo es talento nato (y un poco de método, claro), no podemos evitar pensar que quizá su vello facial ha tenido parte de responsabilidad a la hora de conseguir premios y convertir a algunos de sus personajes en iconos, especialmente Bill "el carnicero" de 'Gangs of New York' y Daniel Plainview de 'Pozos de ambición'.

Borat Sagdiyev es uno de los personajes más célebres y polémicos de los creados por Sacha Baron Cohen. El "segundo periodista más famoso de Kazajistán", cuyo look está inspirado en el de Freddie Mercury (salta a la vista), protagonizó su propia película en 2006. Su bigote y su bañador tanga (o "mankini") verde fluorescente se hicieron enormemente famosos.

El de Ron Swanson es uno de los bigotes más frondosos y con más personalidad de la televisión. Después de siete temporadas en 'Parks and Recreation', Nick Offerman lo dejó atrás, pero siguió experimentando con su look en sus siguientes proyectos. Lo hemos visto con barbas de todos los estilos y también rasurado, demostrando una enorme versatilidad en lo que se refiere a su vello facial.

El odioso guardia de la prisión de Litchfield interpretado por Pablo Schreiber se ganó pronto el apelativo "cariñoso" de Pornstache entre las presas, y también entre la audiencia (que por lo general no recuerda su nombre, pero sí su apodo). Pornstache se marchó de la serie, pero el recuerdo de su bigote estilo porno vintage siempre permanecerá en nuestra memoria. Para bien o para mal.

La figura de Pablo Escobar ha vuelto a la actualidad gracias a la serie original de Netflix 'Narcos', en la que el brasileño Wagner Moura da vida al conocido narcotraficante y político colombiano de negrísimo bigote.

Henry Cavill se tuvo que dejar bigote para la sexta entrega de 'Misión Imposible'. Hasta ahí nada fuera de lo común. Pero resulta que a mitad de rodaje lo llamaron de Warner para filmar nuevas escenas de 'La Liga de la Justicia' después de que Joss Whedon sustituyese a Zack Snyder en la silla del director para terminar la película. Como Cavill tenía prohibido afeitarse, tuvo que grabar las escenas adicionales como Superman con el bigote, que más tarde se eliminaría digitalmente. Internet se lo pasó genial imaginando a Clark Kent a lo Village People. Pero lo que sacamos en claro de todo esto es que Cavill es el único capaz de convencer unánimemente de que el bigote puede quedar bien.

El de Errol Flynn era el bigote más sutil, discreto y elegante de Hollywood, todo lo contrario a sus sonados escándalos sexuales.

Mito del cine clásico y galán por excelencia del Hollywood dorado, Clark Gable interpretó muchos papeles memorables, pero el más famoso de todos, el de Rhett Butler en 'Lo que el viento se llevó', no se entendería si su bigote.

Entre los mil y un rostros de Peter Sellers había unos cuantos con bigote. El más famoso, sin duda, el Inspector Jefe Jacques Clouseau en 'La Pantera Rosa', de Blake Edwards.

Afortunadamente, la definición de masculinidad ha cambiado y se ha hecho más flexible en las últimas décadas, pero si hay que hablar del macho clásico, debemos mencionar a Burt Reynolds y su bigote, moreno y tupido, a juego con el resto de su peludo cuerpo.

Uno de los papeles más icónicos de Sean Connery al margen de la saga Bond es el de Jim Malone en 'Los intocables de Eliot Ness', en la que el bigote del actor británico aparecía como máximo exponente de estilo para toda una generación de hombres.

El del Capitán Garfio en 'Hook' de Steven Spielberg es uno de los bigotes más refinados y también más respingones de la historia del cine. La película no recibió buenas críticas, pero casi todos coincidieron en elogiar a Dustin Hoffman, por su interpretación y por su bigote.

Cuando Hollywood quiere a un actor que represente la masculinidad tradicional a través de la Norteamérica de los rodeos y los ranchos, solo tiene que llamar a Sam Elliott, y su bigote se encargará del resto. Uno de los trabajos más conocidos de Elliott es 'El gran Lebowski', pero este veterano actor con eterno aspecto de cowboy ha aparecido en una infinidad de películas y series, una de las más recientes, 'The Ranch'.

Suyo es el bigote que nos ha acompañado a la hora de comer durante aproximadamente dos décadas. El tradicional Ned Flanders se quedó en los 70 en muchos aspectos, entre ellos en lo que respecta a su enorme mostacho, uno de los muchos atractivos físicos de este fornido viudo de oro.

Medio mundo se enamoró de Billy Crudup con bigote en 'Casi famosos' y se olvidó de él cuando se lo afeitó.

En 'El reportero: La leyenda de Ron Burgundy', el bigote de Will Ferrell simboliza la masculinidad férrea y anticuada del protagonista, un prestigioso presentador de telediario de San Diego que ve cómo su cadena ha decidido aumentar la diversidad contratando a una nueva reportera en su programa. La película está ambientada en los 70, así que el bigote era imprescindible.

Tom Hardy es uno de los actores más camaleónicos de su generación. Una de sus mayores transformaciones tuvo lugar en 'Bronson', de Nicolas Winding Refn, en la que mostraba un físico más voluminoso, una reluciente cabellera afeitada y un bigote que parecía inspirado en los forzudos de los freak shows. Desde entonces, Hardy ha cuidado mucho su barba y su bigote, como se puede ver cada vez que pisa en una alfombra roja.

Una de las señas de identidad más importantes del comisario James Gordon en los cómics de DC es su bigote. A pesar de que últimamente está de moda cambiar a los personajes en su salto al cine o la televisión, Gordon lo conservó en la encarnación del comisario a cargo de Gary Oldman en la trilogía de 'El Caballero Oscuro' de Christopher Nolan.

Jason Lee salió de las películas de Kevin Smith, se dejó crecer el bigote y se convirtió en uno de los personajes más populares de la televisión estadounidense de la década pasada, Earl Hickey. El protagonista de 'Me llamo Earl' era un desastre en todo, pero no sabemos cómo, siempre llevaba el bigote perfectamente acicalado.

La mítica creación de Arthur Conan Doyle se modernizó con la relectura en clave de superproducción de acción concebida por Guy Ritchie, en la que Watson tenía el rostro de uno de los actores más bellos del Reino Unido, Jude Law, a quien el bigote no podía no quedarle bien. Seguro que Holmes está de acuerdo.

Walter White era un simple profesor de química con gafas, una cabellera llena de peli y un afable bigote. Cuando se convirtió en Heinsenberg, el temible narcotraficante de Alburquerque, Nuevo México, se rapó la cabeza, se puso un sombrero y dejó que su bigote se transformase en perilla.

Alonso de Entrerríos es uno de los personajes más queridos y divertidos de la serie de culto española 'El Ministerio del Tiempo'. Este aguerrido y leal soldado de los Tercios de Flandes luce el aspecto propio de su época, el siglo XVI, incluido un bigote que le ocupa casi medio rostro.

El pater familias de los Belcher, de la serie animada 'Bob's Burgers', parece salido directamente de los 70 con un bigote que podría delatar a un gran fan de 'Magnum P.I.'.

Hacemos trampa para añadir el bigote más famoso de los videojuegos, el de Super Mario (y por extensión, el de su hermano, Luigi). El fontanero de Nintendo se ha limitado al ámbito de las consolas, pero entre finales de los 80 y principios de los 90 tuvo su propia serie de dibujos y una fallida adaptación al cine ('Super Mario Bros.') protagonizada por Bob Hoskins, así que tenía que estar aquí.