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CRÍTICA

'El sistema solar': A casa por Navidad

Adriana Ugarte prueba suerte en el cine Latinoamericano con 'El sistema solar', una película sobre la familia y hasta dónde puede mantenerse unida.

Por Pablo Alberto Cueto Liñán 3 de Noviembre 2017 | 09:15

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Una reunión familiar navideña es el súmmum del buen rollo. Los familiares que no saben el uno del otro desde hace meses se ponen al día con sus vidas, te sientas al lado del primo que justo quiere debatir un poco sobre política... Pero si nos quitamos la careta de cínicos por un momento, podemos reconocer que la Navidad es una época feliz, como es el ver de nuevo a tus parientes. Pero cuando tu familia es pequeña, sólo os vais a reunir cinco personas, y quedan rencillas personales entre vosotros, ahí es donde la cosa se pone interesante. En 'El sistema solar' Bacha Caravedo y Chinón Higashionna nos zambullen en un conflicto familiar que nos hará agradecer nuestras reuniones familiares.

Es el caso de la familia del Solar. Esta pequeña familia limeña ha pasado por momentos mejores, pero ha decido volver a reunirse por Navidad. Pável (junto a su hijo Puli) y Edurne esperan a su padre, que se presenta en la cita con Inés, la que otrora fuera pareja del propio Pável. Desde este momento, la cena tratará de transcurrir con normalidad, pero los reproches, los celos y las disputas personales harán que esta cena de Navidad sea de todo, menos conciliadora.

Fotograma de 'El sistema solar'

La película, una adaptación de la obra de Mariana de Althaus de mismo nombre, se apoya totalmente en los cinco pilares que sostienen la historia: César Ritter, Javier Valdés, Gisela Ponce de León, Adriana Ugarte y el joven Sebastian Zamudio. Los cinco entregan una notable interpretación en unos papeles muy jugosos, cuya interacción siempre hace saltar chispas, tanto en los momentos cómicos como en los dramáticos. El texto original transcurría en un sólo espacio (el comedor), pero fue decisión de Bacha Caravedo (guionista y director) el extender el radio de la acción a más lugares de la casa, para poder desprenderse de la teatralidad del material. Y es algo que no consigue del todo.

Cuando la tragicomedia se apodera de la historia es cuando el guión de Caravedo ofrece su cara más dinámica y natural. El material se presta al sarcasmo y el humor negro, y los realizadores sacan buena cuenta de ello. En cambio, cuando los personajes sacan a relucir reproches y asuntos pendientes entre ellos es cuando se cae en la sobreexposición. Se acusa cierta artificialidad en la manera en la que los temas y problemas van surgiendo entre los personajes, por pura necesidad narrativa. En este sentido, el engranaje de la narración se agarrota, pero las interpretaciones logran engrasar ese mecanismo.

Son las mujeres de esta familia las que llevan el peso interpretativo. Adriana Ugarte, el plutón de este sistema solar, permanece en un constante segundo plano, hasta que agarra la cámara por las solapas y nos sacude con varias escenas en las que demuestra su fuerza como actriz. Gisela Ponce de León se postula como el gran descubrimiento de la película, con una (en ocasiones, demasiada) intensidad y un personaje que le ofrece incluso la posibilidad de demostrar sus magníficas dotes musicales.

Adriana Ugarte y César Ritter en 'El sistema solar'

La universalidad de la familia

Lo que más atrajo a Bacha Caravedo y Chinón Higashionna de la obra original fue la universalidad de esta familia disfuncional. No se puede estar más alejado de la familia del Solar, pero a su vez lo sentimos como algo muy cercano. Todos hemos estado en alguna que otra situación familiar tensa (esperemos que no tanto como los del Solar) y es algo de lo que se aprovechan los realizadores. Esa naturalidad y cotidianidad que podemos encontrar en la cinta juega mucho a su favor, a pesar de ciertos momentos donde se evidencia lo artificial de las revelaciones.

La cinta explora y explota las relaciones entre sus personajes, algo de lo que saca mucho partido, dándole la oportunidad de lucirse a cada uno de los miembros del reparto. En la adaptación se alargó el material para poder completar una película de noventa minutos (frente a los 50 minutos de la obra original), algo que se acusa en el tramo final, donde la película pide un cierre que tarda en llegar. Con todo y, a pesar de lo oscuro de la confrontación familiar, la lectura positiva que la película ofrece sobre la familia hace que podamos acudir con más tranquilidad a nuestra cita navideña.

Nota: 7

Lo mejor: Las interpretaciones de un elenco que sostiene toda la película.

Lo peor: No loga desprenderse por completo de la teatralidad del material.