å

CRÍTICA

'Wonder Wheel': El teatro de Woody Allen que nos deslumbra

Woody Allen estrena nueva película con el acento puesto en una preciosa línea estética pero floja e insulsa en su parte narrativa.

Por Sandra Sánchez Guerra 22 de Diciembre 2017 | 10:00

Comparte:

Ver comentarios (1)

Antes de analizar en sí la película, me van a permitir que me marque un Boyero y haga referencia al pase de prensa donde los críticos pudimos ver 'Wonder Wheel'. Y, para ello, es imprescindible que les trate de usted, al menos en el arranque de esta crítica. Viene a cuento hacer referencia a ello para explicar que, en un momento como éste, donde tras el escándalo Weinstein están cayendo hombres con poder en la industria y series como 'Transparent' o 'Better Things' se han manchado después de las acusaciones de acoso sexual contra Jeffrey Tambor y Louis C. K., Woody Allen sigue "salvándose" de la criba y ejecutando sus proyectos como director.

Dylan Farrow reflexionaba sobre el tema en un artículo para Los Angeles Times. Desde el titular, la hija de Mia Farrow, que lleva años acusando al que fuera su padrastro de propasarse con ella siendo una niña, nos lanzaba la siguiente pregunta: ¿Por qué la revolución #MeToo ha "perdonado" a Woody Allen? Es algo de lo que, sin duda, debemos reflexionar, dejando claro desde el principio que las acusaciones contra al cineasta nunca se han esclarecido del todo. La parte demandante ha mantenido su versión, la parte acusada ha negado los hechos. ¿Qué nos pasa entonces con el responsable de 'Manhattan'? A las 10 de la mañana de un jueves en que vimos 'Wonder Wheel' antes que los espectadores, la sala estaba llena y la sesión bien podría pasar por ser una abierta al público. Es la primera vez que tengo que pensarme dos veces si debo ir a por palomitas o no.

Con todo esto quiero llegar a parar a un punto, sí: el prisma desde el que muchos hemos visto a Woody Allen, un cineasta cubierto de un cristal protector durante toda su carrera por ser considerado un artista, fundamentado en el hecho de firmar cintas magníficas que han hecho historia como 'Annie Hall'. Con esas, al mirar sus últimas películas, hemos pasado muchas cosas por alto, le hemos perdonado mucho como espectadores, partiendo desde la base misma de que habrá quien al acudir a una historia escrita y dirigida por Allen, le surjan sus contradicciones personales por el caso abierto de los abusos sexuales. Debe de ser un dilema que también ha dividido a Kate Winslet o Selena Gomez, que trabaja con el cineasta en su próximo proyecto. Un dilema que las fragmenta entre sus ganas, como actrices, de trabajar con este director, y sus "convicciones" personales. Viviendo el momento actual, quizá debamos ser más conscientes de que llevamos tiempo dejando pasar personajes, escenas y diálogos en las cintas de Allen que nos deberían chirriar mucho.

 'Wonder Wheel'

Ahora ya toca hablar de 'Wonder Wheel', de sus años 50 y de la idílica Coney Island con la que, en imagen, nos deleita. Kate Winslet interpreta a Ginny, una aspirante a actriz venida a menos que trabaja como camarera, está casada con un hombre que es un alcohólico (James Belushi) que la maltrata y la reduce en muchos sentidos y tiene un hijo que va prendiendo fuego a todo lo que pilla. Cuando la hija de Humpty, su marido, llega a Coney Island y Ginny conoce al socorrista Mickey (Justin Timberlake) en la playa, desplegará las alas de la vida a la que se había resignado.

Es fácil reconocer a Woody Allen y sus frustraciones en los personajes de Timberlake y el hijo de Kate Winslet en la ficción. El primero es un joven que aspira a convertirse en dramaturgo, mientras que el segundo es un niño que hace todas las pellas que puede para escaparse al cine a ver películas. En definitiva, Mickey es ese escritor con el que Allen siempre ha soñado ser y del que se redime con personajes del mismo corte que este socorrista en sus películas y esta faceta del pequeño Richie no deja de representar cómo lo único que le interesaba al director de 'Hannah y sus hermanas' de niño eran las películas que proyectaban en los cines de su barrio. Las obras de Woody Allen y su discurso narrativo son fácilmente reconocibles porque siempre comparten temas comunes. Los caprichos del amor o el amor líquido son, en este caso, uno de ellos.

 'Wonder Wheel'

Con el personaje de Justin Timberlake, Allen ha intentado algo que no ha llegado a desarrollar plenamente. Al principio, vemos cómo Mickey se posiciona como narrador y es la mano que hay detrás del escenario de 'Wonder Wheel', ya que la cinta es muy teatral en diversos aspectos. Hay varios momentos en los que los personajes explicitan dentro de la trama que tienen la conciencia de ser personajes, con el doble juego que trae consigo verbalizarlo delante del espectador. Es un punto interesante de la cinta, en lo que respecta al ansia de la protagonista por ser algo más. Sin embargo, la batuta que parece poseer Mickey, que incluso rompe la cuarta pared con el espectador en alguna ocasión y evidencia la propia representación a la que estamos asistiendo, es algo que no queda bien dibujado en la trama.

Parte de la culpa nace del propio personaje. Mickey, al que acertadamente podemos ver como ese escritor patético que no logra iniciarse en el mundo de las letras al que nos ha acostumbrado Woody Allen, rezuma patetismo más allá del sello de ser el creador frustrado de la historia. El protagonista al que encarna el cantante no tiene ningún carisma, es soso y no te estimula, con lo cual le has dado una función importante, la de transmitir el mensaje en momentos puntuales, a un personaje que te da igual durante toda la película, que sólo te provoca algo accidentalmente por el cambio que despierta en Ginny. Del resto, podemos prescindir de él y no le echaríamos en falta. Puro postureo, que podría decirse.

 'Wonder Wheel'

Kate Winslet al rescate

Toda la atracción central de la película se la echa a las espaldas Kate Winslet, que en muchas ocasiones no tiene el espacio suficiente para que la vanidad de su personaje por ser algo más que una camarera se desarrolle. La actriz defiende un papel difícil y hace un buen trabajo. Lo mejor de su personaje quizá resida en las similitudes que, al final, entabla con su hijo, ambos sumergidos en una metáfora de autodestrucción. Del personaje de Juno Temple, Carolina, qué decir: Allen se regocija de nuevo en la jovencita inexperta que no sabe lo que es la vida y necesita del hombre maduro y/o artista que le enseñe, siendo su pareja, su padre o su mentor haciendo el papel de padre, el camino que debe tomar.

El verdadero esfuerzo de Woody Allen en 'Wonder Wheel' reside, como ya apuntaba su póster, en su estilo visual, que no deja de representar el carrusel emocional de los personajes y el aire melodramático que adopta la cinta con un buen tono de acuerdo a la época y a lo que se hacía a nivel artístico durante esos años. Es impresionante y exquisita la dirección de arte y de fotografía que se han complementado en esta película. Hay escenas en las que los cambios de luces nos cuentan que estamos viendo una obra teatral escrita y dirigida por Woody Allen y esos matices, esa línea estética, la dirección de fotografía tan cuidada que ha hecho posible Vittorio Storaro es preciosa. Por lo demás y a excepción de un par de secuencias donde los diálogos resultan cómicamente efectivos en su neurosis dramática, la trama es insulsa y se empeña, falta de carácter, en contarnos una historia que si no fuera por Kate Winslet...

Nota: 6

Lo mejor: La teatralidad y la cuidada fotografía de la película, junto a su protagonista femenina y su empeño en reafirmarse.

Lo peor: El personaje de Justin Timberlake, el mismo estereotipo de jovencita perdida en la vida y a la sombra del artista, y alguna que otra línea de diálogo que ya no nos deberían hacer gracia.

Películas