El Disney más creepy

Tras su creación en 1928, Mickey Mouse se convirtió en el protagonista de una serie de cortometrajes con los que Disney irrumpió de lleno en la era del cine sonoro. Para su decimoquinta aventura, dirigida por el propio Walt Disney, se optó por darle cierto aire gótico a una trama que pasaría a la historia como ejemplo pionero de haunted house movie.

'La casa encantada' nos presenta a su protagonista caminando en medio de una tormenta a través de un páramo, encontrando una casa en la que poder cobijarse. Una vez dentro, se reflejarán en pantalla toda una serie de elementos (sombras que aparecen y desaparecen, esqueletos bailarines y un personaje que representa a la mismísima Muerte) con los que el público de la época aún no estaba del todo familiarizado, pues lo más parecido que se había visto hasta entonces había sido 'Pamplinas y los fantasmas', de Buster Keaton en 1921 y 'El legado tenebroso' de Paul Leni en 1927.

Cuatro años después de su primera incursión en el terror, en 1933 el animador David Hand (posterior responsable de la dirección de títulos como 'Blancanieves y los siete enanitos' o 'Bambi') nos presentaba una de las mayores pesadillas que ha podido vivir Mickey Mouse a lo largo de su existencia.

En 'El doctor loco', y tras despertarse con los alaridos de Pluto, su fiel compañero perruno, el ratón llega hasta el castillo en el que un siniestro mad doctor planea crear un híbrido entre perro y gallina con el animal, temática con la que Tom Six se relamería de placer y en la que no pueden faltar afiladas sierras radiales y todo el aroma del torture porn que pondría de moda la saga 'Saw' setenta años después. Su legado es tan grande que ha sido recuperada recientemente por parte de expertos en la materia del terror.

El primer Clásico de Disney se estrenaba 1937, y ha resistido al paso de los años como uno de los títulos más recordados de la compañía hasta el día de hoy.

Adaptando el cuento de los Hermanos Grimm, 'Blancanieves y los siete enanitos' nos contaba la historia de la Blancanieves del título, a quien su malvada madrastra pretende matar tan solo por hecho de ser la más bella del reino. Hay que ponerse en la piel del espectador de la época para comprender el cierto impacto que podrían causar algunas de sus secuencias, absolutamente tétricas aún a día de hoy teniendo en cuenta que se trata de un título de animación infantil, y entre las que destacan el terrorífico camino de la protagonista a través del bosque o la transformación de la Reina en la decrépita bruja que dará a Blancanieves la manzana envenenada con la que intentará acabar con su vida.

Basada en 'Las aventuras de Pinocho' de Carlo Collodi, en 1940 se estrenaba el segundo Clásico de Disney, 'Pinocho'.

Esta historia sobre un carpintero llamado Geppeto, que ve cómo el deseo de que su marioneta se convierta en un niño de verdad, se hace realidad, esconde una serie de elementos que bien podrían pertenecer a lo más turbio que ha surgido de la compañía de Walt Disney, y que tiene que ver con la llegada de Pinocho a la Isla de los Juegos después de haber sido secuestrado por el Cochero, un secuestrador de niños que se encarga de llevarlos hasta el lugar para que se transformen en burros y luego venderlos.

¿Un traficante de menores con pinta de pederasta en una película infantil? En 1940 se atrevieron a hacerlo, algo impensable a día de hoy.

Incomprendida por el público de 1940, 'Fantasía' fue uno de los primeros fracasos de Disney, algo que el paso del tiempo ha logrado redimir hasta convertirla en un gran ejemplo de cine de animación.

Compuesta por siete segmentos, se trata de una serie de adaptaciones de obras de música clásica, entre las que destaca 'Una noche en el Monte Pelado', que toma como base la obra compuesta por Modest Mussorgski y en la que somos testigo de cómo una montaña cobra vida para transformarse en Chernabog, un dios eslavo asociado a la brujería que observará como brujos y entes de la oscuridad se reúnen para celebrar la temida noche de Walpurgis.

En 1941 'Dumbo' se convertía en uno de los grandes éxitos de la primera etapa de Disney.

Esta historia sobre un pequeño elefante al que todos ridiculizan por el tamaño de sus orejas, no solo fue un gran ejemplo de cine para toda la familia, en el que se ensalzaban los valores de la amistad y el amor propio, dejando un mensaje de "quiérete a ti mismo" inolvidable.

Además, contiene una de las escenas más impactantes del cine de animación destinado a los más pequeños: aquella en la que Dumbo se emborracha y acaba teniendo un viaje más propio del LSD que del alcohol, protagonizado por elefantes rosas, colorines, música y un cierto aire a pesadilla que pocos niños pudimos olvidar al verla en su momento.

La película número once de Disney fue una de aquellas que incluían diferentes historias, llamada 'La leyenda de Sleepy Hollow y el Señor Sapo', compuesta por los dos cortos que le daban título.

Uno de ellos, de 34 minutos de duración, tomaba como base 'La leyenda del jinete sin cabeza' de Washington Irving, en la que Ichabod Crane llega hasta el pueblo de Sleepy Hollow, donde existe el rumor de que un temido jinete descabezado está sembrando el terror.

En clave de comedia de horror, supuso un gran acercamiento de los más pequeños al terror gótico y las historias de fantasmas.

El público de 1951 no estaba preparado para comprender la grandeza de 'Alicia en el país de las maravillas', el Clásico de Disney número 13, que fue un fracaso comercial en toda regla.

Tuvieron que pasar los años hasta que en la década de los setenta la adaptación de Lewis Carroll fuese canonizada como uno de los títulos de animación más lisérgicos hasta la fecha, y es que pese a los colorines y los animales y plantas parlantes, el trasfondo de la película es más cercano a un viaje provocado por las drogas que a lo que cualquier niño podría llegar a entender, de ahí a que su enaltecimiento como título de culto estuviese ligado a la proliferación del LSD como droga recreativa.

Pese a que Disney ya se encargase de que 'La bella durmiente' fuese mucho más light que la obra de Charles Perrault en la que se basa, en ella sigue habiendo un elemento que escandalizaría a cualquiera.

Maléfica pretende cometer infanticidio sobre Aurora, el cual acaba resuelto por sus hadas madrinas en una maldición que obliga a Aurora a dormir eternamente. Solo será despertada con un beso de amor, sobre el que pesa el tabú de la necrofilia tal y como venía tratado en el texto original (en él, la princesa se despierta con el parto de sus gemelos, pues había sido fecundada -violada- por el príncipe).

Puede que nadie se atreva a realizar la adaptación real de la obra, pero su trasfondo sigue estando presente aunque nos quisieran vender la historia de amor entre Aurora y el príncipe como una de las más bonitas de la factoría Disney.

Basada en los dos primeros volúmenes de 'Las Crónicas de Prydian', en 1985 se estrenó lo que fue un sonoro fracaso comercial (no logró recuperar ni la mitad de los 44 millones de dólares que costó).

'Taron y el caldero mágico', que bien podría ser el gran acercamiento de Disney al cine de espada y brujería, no logró conectar con un público acostumbrado a otro tipo de productos típicos de la compañía, pues no pudo ser clasificada para todos los públicos (obtuvo la clasificación PG, no recomendada a menores de 8 años) por los temas oscuros que en ella se trataban, derivados de la lucha contra el Rey del Mal por parte de un valiente joven, en la que no podían faltar seres sobrenaturales venidos del más allá, brujas y monstruos.