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CRÍTICA

'La casa torcida': ¿Agatha Christie estaría orgullosa?

¿Qué pensaría Agatha Christie si levantara la cabeza y viese 'La casa torcida'? Crítica de la adaptación cinematográfica de una de las historias favoritas de la escritora.

Por Sandra Sánchez Guerra 13 de Abril 2018 | 09:44

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De novelas policiales vive el cine y en Agatha Christie siempre se ha topado con una fórmula de éxito. Sus publicaciones parecen una fuente inagotable de adaptaciones, dispuestas también al remake y tirando del viejo (nuevo) star system. En noviembre de 2017, revisitábamos 'Asesinato en el Orient Express', dirigida y protagonizada por Kenneth Branagh y su bigote de Poirot. La cosa, está claro, no acaba aquí. El final abierto de la película, haciendo referencia a otra de las historias más conocidas de la Reina del misterio, 'Muerte en el Nilo', preparaba el terreno para una secuela que Fox ya está desarrollando.

No hay dos sin tres, por supuesto, y la que Christie confesó que era una de sus obras favoritas, 'La casa torcida', aterriza ahora en la gran pantalla, con un reparto que también tira de caras famosas como Christina Hendricks, Gillian Anderson o Glenn Close. Como de costumbre, la historia arranca con un asesinato imprevisto, en este caso, la muerte de Aristide Leonides, un viejo empresario podrido de dinero que, a causa de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, vive con toda su familia al completo. Un cuadro viviente en el que todos sus componentes se definen por ser crueles habitantes de esa casita torcida.

Con Hércules Poirot y Miss Marple fuera de escena, el encargado de esclarecer la escena del crimen es un joven que está más perdido que un pulpo en un garaje, Charles Hayward (Max Irons), un detective privado relacionado con Scotland Yard que ayudará a resolver el caso ante la petición de Sophia (Stefanie Martini), a quien le une una historia de amor ocurrida en El Cairo. Este personaje, bastante falto de carisma, es el que tendrá que descubrir quién mató al patriarca de la familia sustituyendo su insulina por una dosis mortal de sus gotas para los ojos.

 Max Irons en 'La casa torcida'

De primeras, es importante dejar claro que 'La casa torcida' consigue retenerte expectante y mantener la intriga, un requisito indispensable para poder ser una adaptación a la altura de la novela de Christie. ¿Queremos decir con esto que el filme de Gilles Paquet-Brenner lo está? No. Consigue un buen producto de entretenimiento para ver en una sesión light en el cine pero se olvida de la astucia, el entretejido, el transfondo que hace a la susodicha novela tan buena. Ojo, no nos referimos a que manipule la estructura y los giros reveladores que la escritora británica se saca de la manga, sino que elimina muchos matices.

Mientras que en la novela la tarea de investigación se la reparten el Inspector Taverner, el padre de Charles Hayward y éste, en una dinámica interesante que tiene en Charles un tercer ojo que, desde la ignorancia, va indagando el por qué debe desentramar lo sucedido; la película se centra sólo en Charles, apartando un doble juego que resultaría bastante difícil de manejar en una adaptación cinematográfica pero que aporta mucho a la historia en la trama original. El protagonista al que da vida Max Irons es, a su manera, también ese personaje torpón. Al no contar con los grandes investigadores que ha creado Christie, la película tira del romance entre Sophia y el detective, algo que tiene su atractivo aunque, en ciertos momentos, da un aura al largometraje de tv movie de sobremesa.

 Christina Hendricks en 'La casa torcida'

Algunas decisiones de ambientación y puesta en escena aumentan ese cariz de 'La casa torcida', que en su desenlace se quita la máscara y se descubre tal cual es. Pero antes, hemos visto una parte crucial en los relatos de Christie y que por el contexto de esta historia es disfrutable de ver. Con los interrogatorios que inicia Charles Hayward, tenemos pequeños momentos de intimidad que se disfrutan mucho, especialmente cuando le toca el turno a Anderson y Hendricks. Luego, hay una escena familiar excesiva, como los personajes, que también resulta bastante graciosa.

Casita de marionetas torcidas

A este respecto, viene al caso abrir el debate de si los personajes de 'La casa torcida' rozan lo risible por ser exagerados y paródicos o, por el contrario, juegan con la construcción de los arquetipos tan marcados con los que trasteaba la Reina del misterio. En este caso, es un acierto que teatralice la historia, en buena sintonía con la imagen general que te imaginas al leer la novela. Hay una relación clave en la película que marca la diferencia.

Después de iniciarse el proyecto en 2011, con otro director y otro reparto (Julie Andrews, Gemma Arterton, Matthew Goode), 'La casa torcida' ha conseguido dar con la identidad del asesino (o asesina). Y tranquilos, aquí no se acaban las historias de detectives. A las siete próximas adaptaciones que BBC prepara sobre lo escrito por la autora, también se suma el 'Testigo de cargo' que dirigirá y protagonizará Ben Affleck. Hasta Batman se apunta a la moda.

Nota: 7

Lo mejor: Sabe mantener en vilo al espectador siendo bastante entretenida.

Lo peor: Pierde, en comparación con la novela, al simplificar la trama y convertirla en un juego más básico.