'The Good Fight': 10 razones por las que hacerse fan del spin-off de 'The Good Wife'

Si eras seguidor de la mítica 'The Good Wife', te alegrarás al comprobar que este spin-off no decepciona en lo más mínimo. De hecho, es un poco mejor que su serie madre. 'The Good Fight' recoge todo aquello que hizo de la historia de Alicia Florrick una serie digna de seguir durante siete años, pero dándole una vuelta de tuerca.

Su inteligencia y la vigororsidad con la que se lanza a tramas poco convencionales sigue siendo la marca de la casa, junto con el realismo con el que maneja a sus personajes, personas con multitud de capas y facetas, realmente complejos. Pero todo ello se encuentra de una manera diferente, alterado.

A pesar de que el equipo creativo es en gran medida el mismo que había en 'The Good Wife', los showrunners de la nueva ficción han querido conducir esta nueva entrega por un camino distinto, más atrevido y experimental, y un poco menos complaciente. De esta manera, vas a poder disfrutar de 'The Good Fight' tanto si eres un forofo de la serie original como si llegas de nuevas a este nuevo capítulo.

Reconozcámoslo: no todas las series son igual de ambiciosas. Y no hay nada de malo en ello, todos disfrutamos de ciertos 'guilty pleasures', series diseñadas para no tener que pensar durante un rato y poner el cerebro en modo automático. Pero 'The Good Fight' no es una de esas series, más bien todo lo contrario.

A la vez que es tremendamente entretenida, la historia creada por Phil Alden Robinson y Michelle y Robert King es, de hecho, una serie que desafía a su audiencia, planteando temas actuales con tintes legales y/o políticos a los que no siempre llega a dar una respuesta cerrada. La serie quiere que tu mismo entiendas las vicisitudes y las complejidades que a menudo acompañan a estas cuestiones, para así darte una perspectiva más completa y ayudarte a pensar por ti mismo.

La historia de Alicia Florrick, interpretada por Julianna Margulies, terminó junto con 'The Good Wife'. En su lugar, la actriz Christine Baranski retoma su personaje de Diane Lockhart, pero esta vez en el primer plano, para conducir una trama que la lleva, en más de un sentido, por el camino de la amargura.

Es la misma táctica que siguen otros grandes spin-off, como 'Better Call Saul'; coger a un personaje secundario al que has visto durante años, y que se ha ganado tu cariño, para ponerle bajo los focos. Para ello, el personaje tiene que tener un gran carácter, pero instigar empatía en el público al mismo tiempo. Y eso es justo lo que consigue Baranski en el papel de Diane Lockhart, una mujer discreta e inteligente que, cuando lo necesita, sabe dar la campanada. Y esos son algunos de los mejores momentos de la serie.

Con 'The Good Fight' podrás conocer mucho mejor a este personaje, cuando se ve obligada a comenzar casi desde cero tras un mal giro de la fortuna. ¿Y no es en esas ocasiones cuando se desvela el verdadero carácter de las personas?

Otro gran activo para cualquier spin-off es la oportunidad de tirar de los personajes secundarios más memorables de la serie madre. Y 'The Good Wife' dejó unos cuantos de esos. Así, a lo largo de estas dos primeras temporadas, 'The Good Fight' alardea de carisma con la aparición esporádica de personajes como Elsbeth Tascioni (Carrie Preston), una divertida abogada con problemas de concentración, o Colin Sweeney (Dylan Baker), un excéntrico psicópata a lo 'Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet' que hace las delicias de los espectadores, al mismo tiempo que le complica el trabajo a sus abogados.

También regresan otros personajes de una manera más regular. Tal es el caso de Luca Quin (Cush Jumbo), personaje que fue introducido en la última temporada de 'The Good Wife' y que ahora es, junto con Baranski, una de las tres protagonistas del drama legal.

Pero 'The Good Fight' introduce nuevos personajes que no se sienten como meros añadidos, sino que se mezclan con los que ya conoces para expandir el universo de 'The Good Wife' de maneras inesperadas. Uno de ellos es Adrian Boseman (Delroy Lindo), socio fundador del nuevo bufete al que Diane Lockhart va a parar.

También destaca el personaje de Maia Rindel (Rose Leslie), quien completa el trío protagonista. Rindel es una joven abogada recién licenciada, ahijada de Diane e hija de un acaudalado empresario, que ve como su mundo se viene abajo cuando su padre se ve envuelto en un timo piramidal al más puro estilo Bernie Madoff. El embrollo que todo esto será una de las grandes tramas de la primera temporada, aprovechando así para introducir nuevos adversarios, supuestos aliados y graciosos secundarios que hacen de 'The Good Fight', un perfecto sucesor de 'The Good Wife'.

La brutalidad policial, las consecuencias de las fake news, la caída de grandes timos piramidales, el tráfico de datos personales a través de las redes sociales o la persecución a periodistas (que en la serie se cambia por una persecución a abogados) son tan solo algunos de los desafíos a los que se enfrenta actualmente la sociedad y, por lo tanto, tienen un claro reflejo en la trama de la serie.

"Trataremos cualquier tema; si hay algo que evitamos, es la seriedad, pero eso es un tono, no un tema", dice Michelle King. "Nos sentimos mejor sobre los personajes cuando viven en el mismo mundo en el que vives tú. Siempre ayuda cuando caminan por las mismas calles por las que tú caminas, cuando reaccionan a las mismas noticias a las que tú reaccionas", añade Robert King. "Le da ese toque extra de realismo".

La serie es muy dura con el presidente Donald Trump y todas las supuestas mentiras, escándalos y comentarios inapropiados que rodean continuamente a la máxima autoridad política de los Estados Unidos. Pero eso no quiere decir que se imponga una única visión política, o que no se critique al otro bando. Más bien al contrario; 'The Good Fight' hace de la autocrítica su bandera, mostrando el estigma que supone para un ciudadano negro votar por Trump, por poner solo un ejemplo.

De este modo, la serie está repleta de guiños a la actual situación política, siendo algunos muy sutiles y otros más evidentes, como un posible impeachment al presidente Trump por parte del partido demócrata, trama central de un magistral y desternillante episodio, solo por el cual merece la pensar ver la serie entera. Pero lo mejor es que 'The Good Fight' nunca llega a ser previsible del todo; cuando crees que la ideología de sus creadores va a hacer que la historia siga un cierto derrotero, los personajes te sorprenden y abren una vía nueva.

Por descontado, 'The Good Fight' no equivale a sacarse la carrera de derecho, pero adquirir cierto conocimiento de cómo razonan los abogados para ganar los casos y cómo los jueces se inclinan por un lado u otro de la balanza no está de más.

Además, humaniza todo aquel entorno y lo lleva de una a manera muy refrescante y cercana, de modo que siempre entiendes el por qué de cada decisión judicial. En este sentido, los creadores parecen haber querido darle un toque ligeramente pedagógico, algo que 'The Good Fight' también ha heredado de su antecesora.

Pero no todo es política y derecho. Las tramas están revestidas de un sentido del humor afilado, a ratos casi macabro, y otras veces un tanto irreverente, pero siempre muy entretenido.

No hay nada con lo que la serie no saque miga, incluyendo las relaciones personales de los personajes, que huyen de los clichés en todo momento. Los guionistas se valen de las cosas que ocurren en el día, así como las que se leen en los periódicos y se escuchan en la televisión, y las trasladan a la serie, siempre con una divertida y sorprendente vuelta de tuerca.

Hay cosas por las que merece la pena luchar, y eso es lo que, en definitiva, viene a decir 'The Good Fight'. Tus ideales, tu derecho a la verdad o a tener todos los datos que necesites son solo algunas de las cosas cuya importancia nos recuerda esta serie. Por no hablar de la necesidad de no dar por sentado que tu audiencia es tonta.

'The Good Fight' está para recordar que la verdad es siempre compleja, que la población puede estar a menudo sujeta a manipulaciones que ni siquiera logra percibir, y que la mejor manera de evitar todo ello es despertarse un poco y comenzar a pensar por uno mismo. Por todo ello, esta serie es especialmente necesaria ahora, en un mundo marcado por la incertidumbre y la deshonestidad como manera de hacer politica. Que aceptes esas medias verdades o no, ya es un asunto personal, pero qué menos que ser conscientes de cuando te están intentando mentir a la cara.