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CRÍTICA

'Caras y lugares': La magia de lo cotidiano

La cineasta Agnès Varda y el fotógrafo JR unen fuerzas en este documental en el que recorren la Francia rural buscando rostros anónimos.

Por Adrián Jiménez Román 25 de Mayo 2018 | 09:56

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Agnès Varda cuenta ya con casi 90 años pero eso no significa que haya perdido las ganas de hacer cine. En su última aventura cinematográfica se une al fotógrafo y artista francés JR (el primer codirector con el que cuenta desde que empezó su carrera en 1955) para crear el documental 'Caras y lugares'. La película debutó en el festival de Cannes de 2017, donde ganó el premio L'OEil d'or y fue nominado al Oscar a Mejor Documental. Ahora llega a las salas españolas para que nos enamoremos de este viaje por la Francia más desconocida.

Varda y JR se lanzan a la carretera para recopilar rostros de personas. Viajan a través de los pueblos de Francia en un camión decorado como una cámara de fotos gigante, en cuyo interior hay una especie de fotomatón. Cuando alguien se fotografía allí, la imagen se imprime en gran tamaño por un costado del camión. La propuesta es recorrer varios pueblos franceses retratando caras anónimas. La ruta, desconocida. "El azar siempre ha sido mi mejor ayudante", declara Varda.

'Agnès Varda y JR con su camión tuneado al fondo'

Si la cineasta está a punto de asomarse a su décima década, su compañero es mucho más joven: JR tiene 35 años. Ambos entablan, sin embargo, un mágico diálogo entre generaciones que sostiene la película sin fisuras. 'Caras y lugares' presume de una cuidada narración a dos voces en la que no hay una palabra de más ni de menos. Varias escenas están compuestas de conversaciones entre los dos, sentados dando la espalda a la cámara, en las que se dice mucho más de lo que parece a simple vista.

Un puente entre generaciones

El espectador es testigo de cómo se crea una atípica amistad entre los dos artistas, una relación no exenta de diferencias. En una sencilla pero poderosa escena entre ambos, JR corre para subir a un depósito de agua mientras Varda le sigue lentamente y termina detenida a medio camino. En otro momento, la cineasta le pregunta a JR por qué nunca se quita sus gafas de sol, y comenta cómo le recuerda a su viejo amigo Jean-Luc Godard. 'Caras y lugares' es una conexión de ida y vuelta entre la juventud y la vejez y sus fragmentos más inspirados son aquellos que se dedican a la amistad entre los dos directores.

Las personas que se encuentran por el camino se encargan de aderezar el relato. JR los fotografía e imprime sus imágenes para decorar paredes de edificios, casas en ruinas o fábricas. Conocemos el proceso de la instalación artística pero también ponemos voz a los retratados, que nos regalan sus reflexiones sobre la despoblación rural o la modernización del trabajo en el campo. Hasta hay espacio para debatir si quemar los cuernos de las cabras es ético o no. Y una de las chicas retratadas aporta una interesante idea sobre las redes sociales y la imagen que tenemos de nosotros mismos al ver su foto gigante en medio de su pueblo.

'Una de las mujeres retratadas en 'Caras y lugares''

'Caras y lugares' se erige así como una oda al costumbrismo y a la parte oculta de nuestra sociedad. La banda sonora, a guitarra, consigue otorgarle un aura de familiaridad, de conocido, y en algunos pasajes logra encontrar esa chispa de magia en lo cotidiano, muy al estilo de la obra de Isabel Coixet 'Spain In A Day'. Un ejemplo de esto, la hipnótica secuencia de las campanas a mitad de película.

¿El canto del cisne?

Por lo demás, 'Caras y lugares' adolece cierto aire Mr. Wonderful que, por suerte, no llega a posarse en ningún momento. Hay partes que se pueden hacer densas para el espectador, pero la química que salta entre Varda y JR sirve para llevar la película a otro lugar. Además, la directora insufla feminismo en la historia y dedica uno de los retratos más interesantes a las mujeres de los estibadores del puerto Le Havre. La imagen de las esposas sentadas en la cima de una montaña de contenedores decorada con sus fotografías gigantes es magnífica, sobre todo cuando sus maridos las observan desde abajo. "Me gusta ver a las mujeres de pie", afirma Varda.

En ciertos momentos, el documental parece el canto del cisne de Agnès Varda, su última película por la que quiere ser recordada. Hay muchos momentos en los que vemos el deterioro de la mítica directora, como la operación ocular a la que se somete debido a su progresiva pérdida de visión.

'Agnès Varda y JR, protagonistas y directores de 'Caras y lugares''

En 'Caras y lugares' hay espacio para el drama, la tristeza y la melancolía, condensados en un final que merece la pena ver sin saber nada de antemano. Pero en definitiva nos encontramos ante un fresco y positivo canto a la vida de esencia joven y vitalista. Varda y JR se permiten recrear la carrera a través del Louvre de 'Banda aparte', la película de Jean-Luc Godard. Ambos recorren las salas del museo a toda velocidad entonando un canto conjunto a las artes que da ganas de salir a bailar por las calles.

Y al final, solo quedan dos artistas frente al mar. Para saber si JR se quitará sus eternas gafas de sol, tendréis que ver la película. 'Caras y lugares' se estrena en España el próximo 25 de mayo.

Nota: 8

Lo mejor: La relación entre Agnès Varda y JR.

Lo peor: Como quiere resaltar la belleza de lo sencillo y cotidiano, puede resultar aburrida para algunos espectadores.

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