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CRÍTICA

'Nadie nos mira': Cuestión de apariencias

La película de Julia Solomonoff aborda el problema de la inmigración desde el punto de vista de un actor de telenovelas en Nueva York.

Por Antonio Miguel Arenas Gamarra 22 de Junio 2018 | 18:07

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A través de las secuencias iniciales de 'Nadie nos mira' la cineasta argentina Julia Solomonoff plantea un brillante juego de apariencias al espectador, que observa cómo la aparentemente exitosa vida en Nueva York del protagonista no es más que un simulacro, una fachada que se desmonta poco a poco ante nuestros ojos. La película, ya desde su sugerente título, propone una aguda reflexión acerca del éxito y la identidad, que cuestiona la imagen que proyecta de sus personajes, la imagen que se construyen de sí mismos y el lugar que ocupan en la sociedad.

Nadie nos mira

'Nadie nos mira', en referencia a las cámaras de vigilancia que nos están constantemente grabando pero que nadie está viendo, aborda el problema de la inmigración desde el punto de vista de un exitoso actor de telenovelas que se marcha a la Gran Manzana en busca de una oportunidad artística. Pronto descubriremos que detrás de esa ambición, que le lleva a encontrarse de forma irregular en el país, se esconde una tóxica relación amorosa de la que está huyendo. Aunque el planteamiento no resulta precisamente original, el enfoque de su directora despierta notable interés.

No es fácil rodar en Nueva York sin que la ciudad y sus icónicos lugares te devoren, pero más difícil es aún transmitir el naturalismo que consigue Solomonoff en su aproximación al día a día de Nico, interpretado por Guillermo Pfening, al que nunca juzga. En un principio creemos que tiene familia, pero en realidad es el niñero del hijo de una amiga. Y aunque no quiere cobrar por ello, termina siendo su único sustento. Tampoco vive en un loft de lujo, duerme en un sofá-cama. Se encuentra lejos de superar su ruptura con Martín, la gran película que iba a rodar nunca parece encontrar financiación y pese a todo, no es capaz de asumir sus errores y regresar.

Nadie nos mira

"Tú eres Argentina"

Engañándose a sí mismo, simulando una vida que no tiene frente a su familia y demás compañeros de profesión, la película le sigue con tanto rigor como cariño a lo largo de cuatro estaciones que reflejan sus dificultades económicas, los estereotipos raciales que sufre en cada uno de sus castings y la distancia de sus expectativas con la realidad. "Tú eres Argentina", le dice la única persona que estuvo cerca de quererle, en la que probablemente sea la escena más reveladora del metraje. Con el fin de transmitir este sentimiento de deslocalización, la directora saca partido a las posibilidades del montaje por medio de elaborados saltos temporales que resitúan bruscamente a Nico y al espectador contra la realidad.

En cualquier caso, al igual que 'Nadie nos mira' plantea un estudio sobre las apariencias, la apariencia de la película se termina revelando falsa, o más almibarada de a lo que su plantemiento aspiraba. La propuesta pedía un desenlace abierto, pero en cambio, el guion coescrito por la propia Solomonoff comete el error de cerrar y dulcificar demasiado el trayecto de su personaje por el otro lado del éxito, a sabiendas de que ofrezca una imagen artificial, de que ese sentimiento de fracaso y soledad nunca le terminen de abandonar.

Nota: 6

Lo mejor: La aguda y gentil mirada hacia sus personajes.

Lo peor: Un final en exceso complaciente con su protagonista y el espectador, que anula en cierto modo el sentido de la propuesta.

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