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CRÍTICA

'Tully': Lo que no se puede decir de la maternidad, por obra y gracia de Charlize Theron

Charlize Theron vuelve a firmar una interpretación impecable en 'Tully', la película que retrata la fealdad de la maternidad de la forma más bonita posible.

Por Sandra Sánchez Guerra 22 de Junio 2018 | 09:36

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'Tully' es la historia de una 'mala madre', de esas que descienden a los infiernos socialmente por no ser perfectas, por no ver el milagro de la maternidad las 24 horas del día. Por estar cansadas, molestas, irritadas con la vida. Por atreverse a pensar que su existencia no es plena y que éstos no eran los días que habían planeado vivir con 20 años. De esas a las que les gustaría huir, gritar y llorar, beberse hasta el agua de los floreros y recuperar la risa, el sueño, las ganas de seguir. De esas que, sin embargo, no tienen la voluntad de salir de una rutina de mocos, reuniones de colegio, pataleos y cacharritos electrónicos durante la cena.

Marlo es una mujer que no vive la maternidad dentro de un anuncio, qué cosas, y que piensa en lo vacía que está por dentro. La encargada de dejarse la vida en el papel protagonista no podía ser otra que Charlize Theron, en una arrebatadora y radiante interpretación que grita lo que no está permitido decir sobre ser madre. Con el director y la guionista de 'Juno' a cargo de la producción, Jason Reitman y Diablo Cody, quienes también firmaron la 'Young Adult' que protagonizó Theron, 'Tully' nos presenta a Marlo, una mujer que está a punto de parir a su tercer hijo. Con un niño mayor "peculiar", exhausta después de dar a la luz y a la vista de que su marido no la ayuda con el bebé y las tareas de casa, decide recurrir a una niñera nocturna, Tully, que poco a poco le devolverá la energía.

 Charlize Theron con su hijo en 'Tully', interpretado por Asher Miles Fallica

Lo que parece en un principio una historia que se va a limitar a lo pequeño acaba transmitiendo un mensaje mucho más universal, impactante, poderoso y mágico. 'Tully' va jugando con algo más grande de lo que vemos en primera línea y tiene el poder de transmitir muchísimo a través de imágenes que sirven como metáforas con múltiples significados. También se mueve entre el lenguaje que no se explicita y el conjunto muestra una historia bellísima y llena de luz sobre una mujer asustada de sí misma.

El trabajo de Charlize Theron es tan potente como insoportable resulta lo que escribe Diablo Cody. Se trata de un guión que retrata con mucho acierto a una madre avergonzada de sí misma por culpa de la sociedad y el mito de la madre que puede con todo. La realización, con un par de momentos de montaje muy rápido y acompañados de música, contribuye también a crear un ambiente inquietante de desesperación vital. Es una historia que invita a la reflexión y muestra el 'horror' de la maternidad, de lo que no se habla ni se muestra como, por ejemplo, los pezones agrietados y el dolor de pecho a causa de la lactancia. Se desmarca con pequeños actos de rebeldía que muestran la pasividad de Marlo y que en contadas ocasiones, si no es por el cine independiente, no aparecen en la pantalla.

La nueva dramedia de los creadores de 'Juno' y 'Young Adult'

Por todo lo descrito, parecerá que 'Tully' es en exclusiva un drama crudo cuando, en realidad, incide en la comedia durante buena parte de su metraje. Es una película rara y con un humor también peculiar. Suelta gags de forma desganada como su protagonista, chistes muy efectivos que añaden valor a esa luz que flota en 'Tully' y la hace brillar a pesar de la depresión y las emociones tan duras que retrata. Con la escena de apertura, en la que Charlize Theron peina a su hijo, ya se ven las intenciones de descolocarte que tiene la película y que se consiguen, sobre todo, una vez nos acomodamos en el nudo de la historia.

 Mackenzie Davies y Charlize Theron en 'Tully'

Mackenzie Davis, quien ahora mismo rueda en Madrid la próxima entrega de 'Terminator', representa toda la energía que le falta a Marlo con su personaje de Tully, la niñera nocturna que empieza a cuidar de su bebé. La cinta también juega con un clásico de los arquetipos: la niñera. Podría decirse que tiene algún momento en el que explota y revisiona a su manera, sin hacer lo que uno se espera, la intromisión en el hogar de la cuidadora. Ese es otro de los puntos a favor de 'Tully', el que empiece a incomodarte llegados a un punto del metraje y se vuelva completamente impredecible.

Desigualdad y estereotipos de género

Por su parte, Ron Livingston es Drew, el marido de Charlize Theron en la ficción, un hombre que acaba de recibir un ascenso en el trabajo y endosa todas las obligaciones familiares a su mujer. Con ello, la cinta habla también de los estereotipos y la desigualdad que marcan la diferencia social del hombre y la mujer al convertirse en padres. Lejos de ser un retrato simplista o complaciente, el personaje de Drew y sus comportamientos egoístas muestran la esencia de lo que pasa en muchos hogares, en los que ese lema de la madre que puede con todo es la máxima a seguir ante el nulo apoyo de la parte masculina.

 Charlize Theron y Ron Livingston en 'Tully'

En definitiva, 'Tully' es un manifiesto de lo que no se puede decir sobre la maternidad, lo que no está legitimado por la sociedad y ante lo que va reaccionando Marlo al salir poco a poco de su letargo. Es la carta de aceptación de Marlo, de lo bueno y de lo malo, interpretada al pie de la letra por una Charlize Theron que vuelve a demostrar que como actriz es un portento y que defiende, más allá de personajes seductores y de acción, cualquier papel que le pongas delante de forma impoluta.

El tándem que han formado Diablo Cody y Jason Reitman funciona de nuevo a la perfección. De su último trabajo destaca la brutalidad que consigue Theron como Marlo y la honestidad de un guión que no idealiza la maternidad, sino que la muestra también con su fealdad a la vez que sabe cómo hacer volar a la protagonista.

Nota: 9

Lo mejor: El potente y equilibrado conjunto que han conseguido Jason Reitman, Diablo Cody y Charlize Theron. Cómo juega con las imágenes y los personajes.

Lo peor: El personaje de Charlize Theron puede hastiar en algún punto de la película.

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