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FIN DE UNA ERA

Cierra 'Ficciones de Cine', el último videoclub del barrio madrileño de Malasaña

Este fin de semana será el último en el que el icónico videoclub del barrio de Malasaña abrirá y venderá su catálogo compuesto por más de 15.000 DVDs

Por Jorge Yebra Romero 21 de Junio 2018 | 18:35

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Este fin de semana será el último en el que el icónico videoclub del barrio de Malasaña de Madrid, situado en el 43 de la calle San Vicente Ferrer, abra sus puertas para recibir a vecinos y turistas con ganas de descubrir cine de todo tipo y para todos los gustos.

Así lo hizo saber a través de redes sociales Marcia Seburo, la adorable dueña del local que lleva años atendiendo y recomendando cine a todo el que lo quisiera. Según ha informado Somos Malasaña, la causa que alega es la terrible gentrificación que ha sufrido el barrio, que ha hecho subir los alquileres de forma alarmante y alejar a las familias del barrio para instalarse en zonas de la periferia. Por lo tanto, durante el fin de semana se podrá acudir al local por última vez para comprar algunos de los más de 25.000 DVDs que tienen en el catálogo. Con el cierre del 'Ficciones de cine' de Malasaña, solo quedará abierto el local original de 'Ficciones de Cine' que lleva abierto desde hace 17 años, situado en la zona de Tirso de Molina (el cuál originalmente se situaba en la calle Relatores), y que hace tan solo un año también peligró su supervivencia

Este hecho sólo es la punta del icerberg de un tipo de negocio que ha ido desapareciendo progresivamente de las barrios de las ciudades, y con ello perdiendo el encanto y la magia que tenía entrar en los videoclubs, mirar todo el catálogo físico para elegir qué película ibas a ver, y charlar y dejarte recomendar por los dueños del local.

Ficciones Malasaña

Cronología de una muerte anunciada

Los videoclubs en España han sido un sistema que casi desde siempre han tenido complicaciones y rivales desleales con los que competir. En sus inicios la única forma de ver la película que querías en casa era a través de los videoclubs, y tenía que ser a través del alquiler. Daba mucho más beneficios alquilar una película que podía tener cientos de pases que venderla directamente. Con la aparición de puntos de ventas apareció el primer rival, dónde vendían directamente la película al cliente, pero la fórmula del videoclub seguía funcionando perfectamente.

La primera pequeña crisis de los videoclubs españoles fue a mediados de los 90 con la llegada de Canal Plus, el primer canal de pago. Con su aparición la oferta de cine en televisión aumentó considerablemente y algunos clientes pensaron que ya no necesitaban ir al videoclub para ver películas en casa. Esa crisis se superó, y con la llegada del DVD los videoclubs volvieron a tener una época dorada, pero llegó su siguiente rival: el Top Manta. Aunque en un principio hizo daño, al final los clientes volvieron al videoclub por la mala calidad de los dvds piratas. Pero todavía faltaba por llegar su gran rival en 2008, la piratería en internet.

Local Ficciones de Cine

"Internet Kill The Videoclub Star"

La gente poco a poco se empezó a descargar películas en el ordenador y fue abandonando el videoclub. La prueba del daño que ha provocado la piratería en los videoclubs es que con el cierre de Megaupload, principal web de alojamiento de archivos, hubo un crecimiento del 35% en los ingresos de los videoclubs. Esto se ha sumado a la llegada en los últimos años de videoclubs digitales como Netflix o Filmin, que por una pequeña tarifa te dan a acceso a un catálogo de películas alojado en la nube.

Desde la Asociación de Empresas de Vídeo (AEVIDEO) aseguran que el ocaso de este sector se ve reflejado en un descenso de más del 90% desde 2006. La cadena de videoclubs Blockbuster generó en 2004 unas pérdidas de 5,5 millones de euros, un 65% más que en 2003. La compañía achacó estos malos resultados a la piratería ya que, según un estudio que realizaron, en España se copiaron 70 millones de películas ese año. En 2005, la facturación descendió otro 25%, por lo que en 2006 terminaron cerrando todas sus sucursales en nuestro país.

En septiembre de 2009 existían 3.830 videoclubs, en 2011 sólo 1.158. El último dato oficial que tienen es de 2014, cuando había 734. Y actualmente se calcula que hay menos de 500. En la capital la cifra se había reducido a menos de 30 videoclubs en los últimos años, pero en la actualidad ya son menos de diez.

Los dueños de estos locales han tenido que cambiar por completo la estrategia del negocio, incluyendo reparaciones de consolas u ordenadores, o vendiendo también productos de comida y bebida para sacar rentabilidad del negocio.