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CRÍTICA

'Hotel Transilvania 3': Diversión en alta mar, pero no le pidas demasiado

Drac, Fran, Mavis y el resto de la familia monstruosa regresan en una tercera entrega tras el éxito de las anteriores. Esta vez dejan atrás el hotel para embarcarse en un crucero muy especial.

Por Luisa Nicolás 13 de Julio 2018 | 09:00

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La noche de Halloween los monstruos salen de sus tumbas y cuevas, vagan por la tierra y aterrorizan a los humanos, pero ¿qué hacen el resto del año? Pues irse de viaje como todo el mundo. Tras los éxitos de 'Hotel Transilvania' y 'Hotel Transilvania 2', ambas estrenadas cerca de la noche de los muertos, este verano llega Hotel Transilvania 3: Unas vacaciones monstruosas' donde Drac, Mavis y compañía dejan atrás las tierras rumanas para sumergirse en un alocado crucero al triángulo de las bermudas.

Confundiendo la soledad de su padre con estrés laboral, Mavis (Macarena García en español y Selena Gomez en su versión original) organiza unas vacaciones para toda la familia donde poder desconectar y estar unidos. En la tradición de los monstruos, de estos al menos, el Zing es un sentimiento especial que ocurre cuando conoces a tu alma gemela y solo pasa una vez en la vida. O eso creíamos, porque cuando Drácula sube a bordo del Legacy volverá a sentir el Zing por segunda vez al conocer la Ericka, Ericka... ¡Van Helsing! La capitana del crucero resulta ser la tataranieta de Abraham Van Helsing, histórico archienemigo de monstruos y vampiros, cuyo único fin en la vida es completar el legado de su familia y acabar con todos los no-humanos.

'Hotel Transilvania 3'

De la dirección se vuelve a ocupar Genndy Tartakovsky, responsable de toda la saga. En la carrera de Tartakovsky destacan populares títulos de animación para televisión: es el creador de 'El laboratorio de Dexter' y 'Samurai Jack', y también ha trabajado como productor ejecutivo de 'Las Supernenas' o 'Star Wars: Clone Wars'. En esta tercera entrega de la franquicia, la animación enfatiza más aún en perfiles afilados y angulosos, los personajes son muy físicos y sus movimientos se exageran, se estiran y se retuercen, abrazando una locura que recuerda a los Looney Tunes. Además, el salir de los límites del hotel permite explorar nuevos recursos como el de la fantástica escena subacuática que, sin diálogos, se inspira en el humor clásico del cine mudo; o la del viaje en avión, con referencias a 'En los límites de la realidad'.

La película juega con los patrones y clichés de la comedia romántica, pero está mucho más cómoda cuando se mueve en las convenciones del slapstick apoyando el peso de la comedia en el lenguaje corporal de los protagonistas por encima de los diálogos. Y es aquí, en el apartado visual, donde radica en realidad todo su interés porque la historia en sí peca de ser excesivamente predecible y algo moralizadora. Es muy didáctico, e incluso conmovedor, como los personajes eligen la tolerancia, la empatía y el perdón por encima del conflicto, viendo más allá de sus diferencias, al fin y al cabo "Monstruos y humanos, básicamente todos somos lo mismo". Pero esto no es nada nuevo dentro del cine infantil y a ningún adulto le costará vaticinar exactamente hacia dónde se dirige la historia. Eso sí, el desenlace, con un duelo de buenas vibraciones, esconde una gran sorpresa para el público español. Que sea una sorpresa de vuestro agrado o no, ya dependerá de vuestra tolerancia al delirio de los 90.

Sus intenciones son indiscutiblemente honorables combatiendo los prejuicios, la xenofobia y arrojando una lanza a favor de las segundas oportunidades, pero si escarbamos un poquito la superficie, su mensaje sigue perpetuando estereotipos tóxicos de las relaciones románticas como la idea de la media naranja, única y verdadera, o el poder del amor para cambiar a una persona, por mucho que haya intentado asesinarte una y otra vez porque "el Zing nunca se equivoca" (mira, no). Aunque lo más rancio de todo sean, probablemente, las tres brujas babeantes por el abuelo Vlad, una especie de sex symbol con la voz de Arturo Fernández.

'Hotel Transilvania 3'

Plan familia contra el calor

'Hotel Transilvania 3' es un producto concebido para el público infantil, una película veraniega para combatir el bochorno cuando la playa no está cerca y pasar un buen rato. Sin embargo, los adultos que les que acompañen a las salas no van a encontrar un entretenimiento que piense especialmente en ellos. A diferencia de producciones como las de Pixar, que se comprometen en hacer películas con un doble mensaje imperceptible para niños y niñas, los monstruos de Sony delegan esta responsabilidad en sus personajes secundarios como Wayne y Wanda, los padres lobo que no recuerdan qué es hacer "lo que les dé la gana".

A pesar de todo, estamos ante un buen entretenimiento que aprovecha sus 97 minutos de duración con un ritmo vertiginoso, un diseño deslumbrante y la intención de complacer al espectador que haya disfrutado con sus dos anteriores entregas. Pero además, y lo que es más importante, no subestima a su público aunque utilice un lenguaje narrativo y visual especialmente atractivo para los y las menores, porque también merecen su dosis de chistes de pedos y perritos.

Nota: 5

Lo mejor: Su animación y la imaginación a la hora de retratar a los diferentes monstruos.

Lo peor: No tiene en realidad nada nuevo que contar.