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PRIMERAS IMPRESIONES

'Heridas abiertas': Por qué el alcoholismo y la tristeza de Amy Adams te van a ganar

La actriz de 'La llegada' se pasa a las series con 'Heridas abiertas', ficción que estrena este 9 de julio HBO España.

Por Sandra Sánchez Guerra 6 de Julio 2018 | 09:10

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Ver a Amy Adams de protagonista en una serie era la cuenta pendiente que teníamos con la actriz y 'Heridas abiertas', miniserie que HBO España estrena este 9 de julio, ha llegado para saldarla. Es la siguiente intérprete que salta a la gran pantalla de esa lista de nombres a los que, sobre todo, hemos visto en cines, y lo hace interpretando a Camille Preaker, una periodista que se refugia de su tristeza en el alcohol pero que ni con una barra libre de vodka consigue saber cómo afrontar el tormento que se le viene encima al regresar a su ciudad natal, Wimp Gap, para investigar los asesinatos de varias niñas de la zona.

Con la producción de Blumhouse detrás, 'Heridas abiertas' adapta la novela homónima de Gillian Flynn, la autora de 'Perdida'. Y, además, al frente de la dirección se encuentra Jean Marc Vallée, quien ya se puso detrás de las cámaras en 'Big Little Lies'. Como sus títulos referentes, esta miniserie encierra también un misterio tras el que va de caza Adams pero, sobre todo, se pone un especial hincapié en las sombras y el trauma personal que rodean a Camille Preaker y le fuerzan a ser como un fantasma dentro de su propia vida.

 Amy Adams y Patricia Clarkson en 'Heridas abiertas'

Desde su arranque, la serie te abre las puertas de la casa de muñecas en la que se rompió Preaker y donde se conservan almacenadas todas sus grietas. En paralelo a la búsqueda que inicia como periodista, vamos infiltrándonos en esa casa, en ese ambiente familiar, un tanto malsano, en el que la protagonista huye de su madre Adora, personaje a cargo de la actriz Patricia Clarkson ('La milla verde', 'House of Cards'). Amy Adams sigue siendo una niña, la muñeca de porcelana, la caja frágil que de un momento a otro puede caer y hacerse añicos por dentro.

Los paralelismos que van brotando entre el pasado y el presente son sin duda el elemento clave que fomenta la intriga de esta historia, que de entrada recordará a la ya mencionada ficción en la que se reparten el protagonismo Reese Witherspoon, Nicole Kidman y Shailene Woodley. De hecho, comparte con ella esos rápidos flashes, como fogonazos mentales, que rememoran algo de la vida pasada del personaje.

Aunque hay algún momento de distracción y la sensación de que 'Heridas abiertas' no llega a ofrecer todo lo que debería en su primer capítulo, Amy Adams su alcoholismo y sus pocas ganas de vivir contribuyen a causar el interés suficiente para que te apetezca ver más. Por lo pronto, estamos ante un producto que simplemente ha presentado las piezas del puzzle y que se toma su tiempo en hacerlo, por lo que no está hecha para seriéfilos impacientes y ávidos de un ritmo frenético, al menos por lo que muestra el episodio que da el pistoletazo de salida a la miniserie, compuesta por ocho capítulos.

 'Heridas abiertas'

Amy Adams, frente a frente consigo misma

No obstante, se defiende con estilo a la hora de mostrar en imágenes Wimp Gap y la burbuja en la vive encerrada Camille Preaker. Tiene también la sórdida ambientación policíaca de 'True Detective' pero lo más interesante es que, en el fondo, ese marco de asesinatos es un catalizador hacia las profundidades de la protagonista, una puerta a otra dimensión a través de la que podemos penetrar dentro del personaje durante su infancia, siendo Sophia Lillis, la Beverly Marsh de 'It - Parte 1', quien vive el dolor de Preaker antes que la actriz de 'Animales nocturnos'.

Promete el tratamiento que puede tener la relación madre e hija y el desconcierto y el dolor de esa intérprete a la que la Academia de cine estadounidense le sigue debiendo una nominación por 'La llegada'. Adams es una llave de entrada a lo desconocido que puede resultar muy estimulante. Teníamos ganas de verla en esta tesitura, más si cabe si su personaje está reconfortado en la ficción por mujeres igual de interesantes y mantiene esa fiereza dialéctica y ese desasosiego ante su propia existencia que están muy presentes en el inicio de la miniserie.