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CRITICA

'Año Uno', humor cavernícola

La nueva comedia de la factoría Apatow se encuentra más cerca del humor de 'Casi 300' o del refrito de un film de Mel Brooks que del listón exigido hasta el momento por la productora.

Por Óscar Martínez 28 de Agosto 2009 | 20:14

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Dirigida por Harold Ramis y protagonizada por Jack Black, Michael Cera, Olivia Wilde, David Cross, Juno Temple, Oliver Platt, Christopher Mintz-Plasse, Hank Azaria y Vinnie Jones, 'Year One' es la nueva comedia de la factoría Apatow.

La película es una sátira en torno a las historias narradas en la Biblia.

Humor cavernícola

Con un largo listado de comedias más o menos fáciles que van desde 'Locas vacaciones de una familia americana', 'Una terapia preligrosa' o 'Al diablo con el diablo', el veterano Harold Ramis ha tenido ciertos momentos de verdadera lucidez creativa a lo largo de su dilatada filmografía con los títulos 'Mis dobles, mi mujer y yo' y ese clásico del género llamado 'Atrapado en el tiempo'.

'Año Uno', humor cavernícola

Con dichas referencias, y teniendo en cuenta que estamos ante una nueva producción de la factoría Apatow, cabía esperar de 'Año Uno' un producto bastante superior al que se nos ha ofrecido. Con un humor vacuo y carente tanto de chispa e inteligencia, la nueva comedia protagonizada por Jack Black y Michael Cera sobrevive a base de puntuales fogonazos que se nos antojan completamente insuficientes para mantener un film carente de guión, a pesar de seguir de manera cronológica episodios arbitrarios del Antiguo Testamento.

Así pues, 'Año Uno' está más cerca de ser un refrito de tercera de 'La loca historia del mundo' de Mel Brooks que de, por ejemplo, 'La vida de Brian', a pesar de que en un par o tres de gags Ramis trate de adaptar de manera infructuosa a su particular formato la comedia más universal de los británicos Monty Python.

'Año Uno', humor cavernícola

De este modo, y como era de esperar, el nuevo film de Harold Ramis se sustenta única y exclusivamente de un Jack Black haciendo de Jack Black, y de un Michael Cera algo desubicado cuyos puntuales destellos de humor se limitan a algunos comentarios pretendidamente inteligentes que, como mínimo, se elevan por encima del humor cafre y descerebrado en la línea de 'Casi 300' preponderante a lo largo de sus 100 minutos de metraje.