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CRÍTICA

'La gaviota': Chéjov en la distancia

Crítica de 'La gaviota', dirigida por Michael Mayer. Protagonizada por Annette Bening, Billy Howle, Saoirse Ronan, Corey Stoll y Elisabeth Moss. Basada en la obra de teatro del ruso Antón Chéjov.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 31 de Agosto 2018 | 12:41
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El dramaturgo ruso Antón Chéjov escribió en 'La gaviota': "No debemos mostrar la vida como es, ni como debería ser, sino como la vemos en nuestros sueños". El estadounidense Michael Mayer regresa al cine con una adaptación de una de las obras más importantes de Chéjov, la ya citada 'La gaviota', que cuenta con un reparto de ensueño en el que Annette Bening, Billy Howle, Saoirse Ronan, Corey Stoll, Elisabeth Moss, Jon Tenney y Brian Dennehy se sumergen en una adaptación luminosa del lúgubre drama.

La gaviota

Rusia, inicios del siglo XX, Irina es una actriz de reconocido prestigio que triunfa sobre los escenarios de Moscú. Después de una función, recibe la terrible noticia de que su hermano Sorin se encuentra gravemente enfermo. Sin dudarlo, la mujer regresa a su lujosa mansión en el campo. El volver a la casa le hará reencontrarse con su hijo Kostia, un joven dramaturgo frustrado que se gana la vida escribiendo relatos en prensa; también se vuelve a encontrar con Masha, una mujer amargada que decidió desposarse sin amor con el profesor Medvedenko. Esa noche, el joven Kostia vivirá otro reencuentro al ver a Nina, la joven que dos años antes amó y fue su musa. Una velada en la que saldrán a relucir antiguas heridas del pasado.

Drama ruso con enfoque estadounidense

Sin duda, Mayer afronta un duro reto, adaptar un clásico del teatro ruso. Sin duda, se trata del proyecto más ambicioso del director de 'Flicka' y 'Una casa en el fin del mundo'. Sin embargo, el resultado es agridulce. Por un lado está un reparto notable pero, por otro, se está ante una adaptación a la que le falta drama e intensidad. Es más, se diría que parece más bien una película británica de época que una drama ruso de inicios del siglo XX.

La gaviota

De hecho, el drama de amores no correspondidos o la conexión de 'La gaviota' con 'Hamlet' apenas es atisbada. Primero, el personaje de Kostia está mal dibujado, no es culpa del actor, Billy Howle muestra a un joven atormentado en busca del reconocimiento constante y enamorado de una joven que no le corresponde. Es error de guion, al no saber mostrar ese tormento con escenas con mayor intensidad dramática, quedando su desengaño con Nina como un amor ya por sí poco apasionado o la búsqueda del reconocimiento materno como el mero berrinche de un niño mimado. De hecho, parece que Howle y Saoirse Ronan guardaron todo ese cariño y afecto para 'En la playa de Chesil', en la que tenían más química y estaban más compenetrados, gracias a un guion más concreto también. Está también Corey Stoll, buen actor pero no que transmite esa sensación de estar ante un embaucador, un canalla. La transición que se hace entre el tercer y el cuarto acto transmite paso del tiempo.

Un buen reparto para una adaptación liviana

Tampoco las actrices logran deslumbrar, pero no por ellas, ya que Annette Bening está magnífica en el papel de madre arrogante, más preocupada por sí misma que por su hijo; igual que Elisabeth Moss, con un papel sí más cercano a la amargura que transmite Chéjov con su personaje; Saoirse Ronan es la que tiene la interpretación menos redonda, pero es porque su triángulo amoroso no está bien planteado, además de que no tenía la química con Corey Stoll para parecer enamorados. Sin embargo, lo que más hace que sus interpretaciones no logren destacar es, una vez más, le falta intensidad, drama, provocando que sea una película demasiado liviana para ser una adaptación de Chéjov, estando más cercana a las adaptaciones británicas de una novela de Jane Austen, que nada tiene que ver con el drama ruso.

La gaviota

Con lo cual, 'La gaviota' puede interesar para aquellos que no hayan visto la obra original ni tampoco conozcan el drama que oculta el escrito de Chéjov. Sin embargo, para aquellos que ya hayan disfrutado en escena, la verán demasiado contemporánea, incluso excesivamente comprensiva con los personajes egoístas, siendo una adaptación con buenos actores pero que no aporta nada que no se haya visto en anteriores adaptaciones, como la de Sidney Lumet, Claude Miller o Marco Bellocchio.

Nota: 6

Lo mejor: Los actores, son los que, realmente, levantan la película.

Lo peor: Es una adaptación completamente desapasionada, le falta intensidad y drama.

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