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PRECRÍTICA

'Dos hermanos', degeneración cómica

El nuevo trabajo de Daniel Burman recae de manera constante en la sobreactuación de unos personajes ya de por sí histriónicos, dejando a un lado elementos apenas pincelados más que interesantes.

Por Óscar Martínez 14 de Junio 2010 | 19:53

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Tras la buena acogida de la mayoría de sus películas tanto en su tierra natal como en el resto del mundo, el argentino Daniel Burman se ha convertido en una figura verdaderamente valorada dentro del panorama cinematográfico. Fiel a unos principios en los que la tragicomedia y el tono costumbrista suelen ser las piedras de toque de su filmografía, Burman ha consolidado un estilo muy particular gracias a títulos como 'Esperando al mesías', 'El abrazo partido', 'El nido vacío' o 'Todas las azafatas van al cielo'.

'Dos hermanos', degeneración cómica

En esta ocasión Burman convierte en imágenes la obra 'Villa laura' de su habitual productor, Diego Dubcovsky, y se sirve para ello de dos grandes figuras de la televisión y el teatro argentino como son Antonio Gasalla y Graciela Borges. Por desgracia, y a pesar de su inocencia y afabilidad, 'Dos hermanos' resulta ser una tragicomedia sin demasiado trasfondo que parece centrarse más en otorgar a sus dos actores principales un excesivo protagonismo para su supuesto lucimiento que en aventurarse en los interesantes derroteros que nos plantea.

'Dos hermanos', degeneración cómica

Con ello, el nuevo trabajo de Daniel Burman recae de manera constante en la sobreactuación de unos personajes ya de por sí histriónicos, en una película abiertamente teatral en su confección y concepción, que se nutre en demasía de ese conflicto nacido de dos personalidades completamente opuestas sin prestar la debida atención ni a sus más que interesantes secundarios, ni a la elegancia de esa comedia humana que en varios pasajes destila, ni a esa decadente cotidianidad que impregna todos y cada uno de sus fotogramas.

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