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PRECRÍTICA

'El Equipo A', aceptable serie B

La película de Carnahan funciona cuando no elude su condición de entretenimiento descerebrado.

Por Óscar Martínez 28 de Julio 2010 | 16:48

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Siguiendo la sempiterna oleada de remakes, begins y demás carencias de ideas que está surgiendo de la industria hollywoodiense desde hace ya unos cuantos años, este fin de semana llega a las salas españolas 'El Equipo-A', adaptación de la popular serie televisiva ochentera que tenía al gran George Peppard al mando del proyecto, a quien sustituye el siempre agradecido Liam Neeson. Dirigida por Joe Carnahan, responsable de la gamberra 'Ases calientes', la reconversión a blockbuster veraniego de los cuatro runaways se nos presenta como un producto medianammente ameno, que funciona a ratos y nos evoca a la serie original a otros, una mezcla de acción, aventuras, humor y efectos digitales a mansalva que, por suerte, no elude en casi ningún momento su condición de entretenimiento descerebrado construido en base a hipérboles sobre hipérboles (o lo que es lo mismo, a ver quién la hace más grande) tan banal como disfrutable.

'El Equipo A', aceptable serie B

De hecho, cuando 'El Equipo-A' pretende aproximarse a la acción más, digamos, seria, cuando pretende fotocopiar a Jason Bourne y compañía, es cuando la película de Carnahan pierde frescura sin ganar con ello en seriedad, hundiéndose entre la épica del action-hero y el aluvión de CGI. Con todo, el film cumple en líneas generales las expectativas de entretenimiento palomitero, así como la mayor parte del elenco interpretativo a excepción de un M.A bastante desangelado con vicisitudes morales poco menos que absurdas. Se echa en falta algo más de humor, así como los imposibles disfraces de Hannibal (aquí un mero apunte en una escena en el aeropuerto), pero nadie podrá negar que el conjunto alcanza los límites del aprobado. Eso sí, sin demasiados lujos.

'El Equipo A', aceptable serie B

Como era de esperar, 'El Equipo-A' no será, ni mucho menos, un film a recordar, ni marcará un antes y un después en la concepción de cine-entretenimiento, pero dentro de un gris paronama veraniego en el que Nolan y Pixar parecen ser las únicas excepciones al tedio cinematográfico, bien podría ser que la película de Joe Carnahan se encuentre entre una de las opciones más remarcables.