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PRECRÍTICA

'Gru, mi villano favorito', básica aunque entrañable

El primer largometraje de Illumination Entertainment resulta ser una producción tan entretenida como, en el fondo, olvidable.

Por Óscar Martínez 5 de Octubre 2010 | 20:37

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'Gru, mi villano favorito', fiel traducción al original 'Desplicable me', es el primer largometraje de animación de Illumination Entertainment, productora fundada por Chris Meledandri en 2007, y que cuenta con el trío compuesto por Pierre Coffin, Chris Renaud y Sergio Pablos en las labores de dirección.

'Gru, mi villano favorito', básica aunque entrañable

Con Steve Carell (en el doblaje al español, Flo) dando voz a su principal protagonista, 'Gru, mi villano favorito' resulta ser un básico aunque entrañable entretenimiento familiar, infinitamente distante a la filmografía de Pixar o algunos de los últimos trabajos de Dreamworks como 'Cómo entrenar a tu dragón', si bien bastante por encima de la media general. Con esos minions descaradamente gestados en base a los Rabbits de la Wii, el film de Illumination Entertainment logra entretener notablemente al espectador durante sus poco más de noventa minutos de duración, si bien el conjunto adolece de una excesiva inocencia general.

Sin duda alguna, podríamos exigir al film de Coffin y compañía una mayor carga dramática -en la línea quizá de, por ejemplo, 'Los increíbles'-, tanto en su protagonista principal como en esa némesis de nombre Vector, personajes dotados del carisma suficiente como para resultarnos emblemáticos, pero demasiado cómicos y carentes de verdadera malicia como para provocar una auténtica tensión en el espectador; del mismo modo, la relación entre Gru y las tres jóvenes huérfanas resulta tierna aunque tremendamente obvia, como la casi totalidad de su argumento.

'Gru, mi villano favorito', básica aunque entrañable

De este modo, a pesar de que 'Gru, mi villano favorito' parece contener buena parte de los ingredientes necesarios para convertirse en un producto mucho más relevante de lo que en realidad es, finalmente termina sabiendo a poco, si bien sus virtudes logran sacar a flote una producción tan entretenida como, en el fondo, olvidable.

El 3D, digno aunque prescindible.