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CRÍTICA

'Paul', el road trip más friki de esta galaxia

Greg Mottola dirige el tándem Pegg-Frost en una mezcla de comedia de carretera y cine de alienígenas, con chistes demasiado fáciles y un extraterrestre que se dejó el carisma en otra galaxia.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 20 de Julio 2011 | 08:45
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Amar el cine de ciencia ficción es uno de los requisitos básicos para denominar a una persona "friki". 'Star Wars' y sucedáneos son sus películas de culto y se conoce todas las razas que pueblan la galaxia cinematográfica. Desde que comienza 'Paul' ya nos hacemos una idea de quiénes han sido las "musas" de los guionistas... y que tienen a un infiltrado de la tribu friki entre ellos.

Paul

Si precisamente los guionistas son Simon Pegg y Nick Frost no cabe la menor duda que nos vamos a encontrar una cinta con un humor muy peculiar, y en este caso mezclan dos géneros tan difíciles de sumar como son el de extraterrestres y el de las road movies.

Turismo nerd

Con su viaje, iniciado desde la famosísima Comic-Con de San Diego, catedral del frikismo absoluto, Pegg y Frost construyen el que sería el sueño de todo fanático de las galaxias muy, muy lejanas. Ya no sólo con el recorrido sino con el momento álgido que es conocer a Paul.

El extraterrestre incluye los estereotipos de una comedia de las que clasificaríamos como tonta y de las películas de aliens, los primeros se ven cuando habla, los segundos desde fuera. El resultado es un personaje bastante predecible, simplemente chabacano y que en eso tampoco termina de convencer.

Suele ocurrir que en este tipo de comedias precisamente el protagonista acabe siendo eclipsado por los secundarios. Algo que precisamente vemos en 'Paul'. Jason Bateman y la pareja de alelados agentes federales acaban robando el carisma del extraterrestre, pero sobre todo hay que destacar a Kristen Wiig, Ruth es una maravilla de personaje que tiene más gags que el resto de los personajes juntos, y además lo hace con estilo.

La pareja protagonista resulta muy bien dirigida por Greg Mottola, aunque parece que Pegg y Frost podrían hacerlo todo solos. Su humor británico se deja ver de vez en cuando haciéndolos una pareja adorable dentro de lo absurdos y torpes que son. No es que precisamente innoven dentro de la comedia, pero cuando un tandem funciona tan bien un rato entretenido está asegurado.

Homenaje tras homenaje

Como road trip las hay mucho más graciosas. Como película de ciencia ficción es lo más básico del género, no se meten en ningún problema de guión más que "extraterrestre llega a la tierra, el gobierno se dedica a estudiarle y cuando parece que el último paso es la disección el extraterrestre intenta volver a casa". Parece el típico tópico de película de marcianos en las que el foráneo no se dedique a comer humanos. Pero 'Paul' tiene un as guardado en la manga.

Paul
Y es la cantidad de guiños que podemos encontrar a lo largo de la cinta. Algunos son al séptimo arte, como el búnker de cajas de Indiana Jones o el nombre de Lorenzo Zoil en referencia a 'Lorenzo's Oil'. Otros son pequeños guiños obvios al cine de ciencia ficción, como las camisetas de los protagonistas o el momento (grandísimo por cierto) en el que entran en un bar de carretera y la banda está tocando la melodía de la cantina de 'Star Wars Episodio IV'. Y situaciones como la aparición de Sigourney Weaver en escena, diosa de este tipo de películas, lo convierten en un homenaje al género. Queda aquí demostrado que Frost y Pegg son los más frikis entre los frikis, y están orgullosos de ello.

Prescindible crítica social

Como buenos europeos que son, intentan introducir temas polémicos que critican a la sociedad norteamericana, como el fanatismo cristiano o la idiotez de los pueblerinos. Realmente están metidos de forma muy forzada y no termina de convencer que en una comedia con un alienígena fumado se dediquen a dar sermones sobre la ciencia y la religión, pero al mostrarnos las escenas más graciosas del personaje de Wiig es hasta perdonable.

Sin embargo, y aunque no llegue a resultar pesada, nos deja con la sensación de que 'Paul' no supone nada nuevo en ninguno de los sentidos. Nos hará reír, faltaría más siendo quienes son los guionistas, pero tampoco acabaremos en el suelo de la risa. A pesar de los guiños, que hemos de admitir que son muy grandes, y de no poder calificarla de aburrida, esperábamos más de una pareja los protagonistas, así como del personaje de Paul que no aporta absolutamente nada a la historia más allá de ser el detonante.

Los amantes del género de ciencia ficción encontrarán más de una razón para darle una oportunidad a la cinta, es una de las pocas comedias que hay actualmente para ellos. El resto podrá encontrar una hora y media de entretenimiento y algún que otro chiste, pero quizás podrían haber arriesgado más y no conformarse con chistes utilizando salidas fáciles tan terrícolas como la palabra "cojones".

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