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CLUB DE CINE

'Moulin Rouge', el espectáculo barroco que resucitó al musical

Nicole Kidman y Ewan McGregor protagonizan este experimento por el que Baz Luhrmann trasladó un género en coma a la mentalidad del siglo XXI.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 19 de Enero 2012 | 09:18
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Las mejores historias comienzan prácticamente sin quererlo. James Cameron comenzó 'Titanic' como un gigantesco proyecto de efectos especiales y descubrió a Jack y Rose, el alma de la película. Baz Luhrmann continuaba experimentando con la música y las artes escénicas, pero encontró una gran historia en Satine y Christian.

Moulin Rouge

'Moulin Rouge!' llegó en un momento en el que el género de las canciones en el cine estaba en estado comatoso. Luhrmann quiso probar con este tipo de cine que bien puede encumbrar o destruir una reputación. 'Romeo + Julieta' fue una actualización arriesgada de la obra de Shakespeare y no dejó a nadie indiferente. 'Moulin Rouge!' mantenía ese toque de modernidad, pero de forma mucho más coherente.

Utilizando una estética muy cuidada, un vestuario de escándalo y una fotografía muy estudiada, creó el trasfondo de la película, ver a Nicole Kidman con el vestido rojo o ataviada con diamantes consigue una gran entrada visual. Pero el espectáculo sólo acaba de empezar. El crescendo lo marca la impresionante banda sonora.

Un DJ a principios del siglo XX

Mucho antes de que la generación 'Glee' volviera a poner de moda el mashup, la mezcla de canciones, Baz Luhrmann cogía grandes éxitos de ayer y de hoy y los convertía en hilo conductor de la historia de amor. De Madonna a Elton John, de Nirvana a Queen, de pronto todas las canciones tenían sentido en un todo, todas cabían en el cabaret del París de principios del siglo XX. Sin quererlo había encontrado la fórmula para llegar a puristas y amateurs en este complicado tipo de cine. La cultura popular permite que todos podamos identificar gran parte de las palabras que estamos escuchando, pero que a la vez le demos una connotación que quizás antes no nos habíamos planteado.

Los números de baile de la época en la que los videoclips se convertían en auténticos cortometrajes terminaban de poner el punto artístico al show. Cada uno con su propio sentido y estilo diferenciado, acorde con la imaginación del director pero coherentes con el conjunto de la película. Poderosos como "El tango de Roxanne" o "Lady Marmalade" o tiernos como "Elephant Love Medley" o "Come What May". Un musical perfectamente hilado en el que no parece que canción e historia vayan separadas. Y por supuesto con coloridos y vistosos bailes que recargan el trabajo del australiano, muy barroco pero que tampoco se permite tantas licencias como en 'Romeo + Julieta'.

Moulin Rouge
Hasta ahora me he centrado en la parte artística, la puesta en escena. Pero Baz Luhrmann consiguió algo más con 'Moulin Rouge!'. Me enamoró con la historia de Nicole Kidman y Ewan McGregor. De ellos sacó una pareja que debería pasar a la historia dentro del cine con su trágica relación llena de obstáculos. Con permiso de 'Los otros' o 'Las horas', el papel más impresionante que ha tenido Kidman en su carrera, la cortesana que nos descubrió a todos una gran voz, acompañada por otra sorpresa: McGregor.

Para ellos es la pantalla, John Leguizamo y demás secundarios no son capaces de ganar peso con la interpretación de la pareja, a pesar de cumplir con las expectativas de sus papeles. Aderezado no sólo con el poder de los versos sino también con frases muy estudiadas para sacudir emociones, lo que comenzó como una nueva extravagancia del australiano se convirtió en un nuevo romance que crearía adeptos con el paso del tiempo.

Amor entre bambalinas

Un guión irá manifestando la influencia de las artes en el director, desde el teatro a la escritura o la música, sólo abrazando estas destrezas podría atreverse a convertir "un antro de pecado" en uno de los primeros teatros modernos de París. El ideal de actualización sigue presente mientras comprobamos cómo lo que parecía un amor fortuito pasaba a ser triángulo por obligación y ponía como malo de la película al peor amigo del corazón: los celos. La ambición de una mujer que nunca ha creído ver cumplida y los duros golpes de la vida real para un idílico protagonista formarán parte de la evolución de las dos almas que cautivan al espectador desde que se encienden los focos hasta que cae el telón.

¿Horterada? Sí. ¿Ñoña? Bastante. ¿Videoclipera? Por supuesto. ¿Pop? 'Moulin Rouge!' tiene todas las características para echar hacia atrás en un primer momento. Pero son precisamente esas las que hacen que la película haya conseguido resucitar el género musical por el que ya nadie apostaba con un simple "renovarse o morir". El que no arriesga no gana, y Baz Luhrmann lo dio todo con la que, de momento, es su gran obra. Una actualización a la era MP3 de un tipo de cine que venía necesitándolo pero sin perder toda la clase y el romanticismo que debe tener una buena canción de amor.

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